El Sevilla condena las agresiones "físicas y verbales" contra sus altos ejecutivos
Juan Ignacio Navarro y Alberto Pérez Solano sufrieron las iras de unos exaltados al término del encuentro ante el Atlético de Madrid
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La tensión va en aumento en el Sevilla y los incidentes que se produjeron al término del encuentro de este domingo frente al Atlético de Madrid son situaciones que nunca se deben producir. Tanto el director de estrategia y desarrollo, Juan Ignacio Navarro, (conocido como el psicólogo de Del Nido Carrasco) como el abogado y secretario del consejo Alberto Pérez Solano fueron increpados por un grupo de aficionados exaltados que los insultaron y en el caso del primero inclusó se produjo una agresión física.
Navarro, escoltado por agentes de seguiridad, tuvo que salir incluso a la carrera a refugiarse en el interior del estadio, mientras Pérez Solano, en todo momento vigilado por agentes de la Policía Nacional, tampoco pudo salir con normalidad del Sánchez-Pizjuán ante amenazas e insultos.
Así, el Sevilla FC ha emitido este lunes un comunicado de repulsa ante estas manifestaciones violentas ante dos de sus "trabajadores". Aunque se trate de altos ejecutivos, no dejan de ser trabajadores de la entidad.
"En relación a las acciones vandálicas acontecidas este domingo tras el partido ante el Atlético de Madrid, el Sevilla FC condena las injustificables agresiones físicas y verbales que recibieron ayer varios de sus trabajadores, así como las acciones vandálicas producidas tras el partido ante el Atlético de Madrid. El Sevilla FC perseguirá y denunciará cualquier acto violento y de incitación al odio, que en ningún caso representa los valores de nuestra afición", explica la entidad en un comunicado oficial.
Además de estos hechos, hay que recordar que, aparte de las protestas y la manifestación antes del encuentro, el partido estuvo detenido durante unos cinco minutos debido al lanzamiento de objetos al terreno de juego, fundamentalmente bolas de papel, lo que puede provocar una fuerte multa económica para el club y el riesgo de un cierre parcial del estadio al reflejarlo el árbitro del encuentro, Soto Grado, en la redacción del acta.
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