Sevilla-Atletico de Madrid, final: Otra derrota de pura impotencia (1-2)

Pablo Barrios marcó en el minuto 93 el 1-2 ante la pasividad de Saúl y dejó en nada el golazo de Agoumé, que igualó de penalti Julián Álvarez en la primera parte

La previa: Tiempos para tener fe

Saúl se preocupa por Sow, que se lesionó en una de las últimas acciones.
Saúl se preocupa por Sow, que se lesionó en una de las últimas acciones. / Antonio Pizarro

Tercera derrota consecutiva de un Sevilla que no reacciona y que empieza a mirar la clasificación hacia abajo con recelo. Pablo Barrios echó un jarro de agua fría con un gran gol en el minuto 93. Un gol en el que medió la pasividad de Saúl, fuera de sitio y permitiendo el pasillo hacia dentro del mediocampista atlético. El partido tuvo que detenerse en el minuto 57 por las protestas del sevillismo contra la directiva. Y hubo tres minutos de parón del juego. Y al final en el minuto 93 marcó el gol de la sentencia un Atlético ramplón, el peor de Simeone que ha pasado por Nervión en mucho tiempo...

La segunda parte había sido de ida y vuelta entre momentos de tedio. Kike Salas tuvo la mejor ocasión sevillista en el minuto 48 actuando ya de lateral. Pero el buen partido de Agoumé no tenía correspondencia con la zona ofensiva, donde Lukébakio perdía balones, Akor Adams era incapaz de combinar con un compañero y Ejuke tuvo que ser cambiado después de relevar a Rubén Vargas por su lesión en la acción del 1-0 (7'). Y el Atlético había avisado: Nyland salvó a los suyos en el minuto 50, a tiro de Giuliano, y en el 89, a tiro de Julián Álvarez.

Imagen de Gol Norte en el minuto 58 con las cartulinas de "Júnior, vete ya".
Imagen de Gol Norte en el minuto 58 con las cartulinas de "Júnior, vete ya". / Antonio Pizarro

A la tercera fue la vencida y marcó el Atlético en el alargue, que no hubiera sido de de seis minutos si no hubiesen mediado las protestas de la afición. Hubo lanzamientos de algunos papeles de Gol Norte (las cartulinas amarillas con el lema Júnior, vete ya) y el árbitro entendió que no se podía jugar con el griterío. Aunque en realidad sólo cayeron algunas bolas de papel. Fútbol moderno... Lo cierto es que cuando parecía que habría empate llegó el jarro de agua fría. Un castigo a la impotencia y el conformismo de un Sevilla que se desfondó y se quedó sin alma al final.

Lukébakio se queja de una posible falta ante Pablo Barrios, autor del 1-2.
Lukébakio se queja de una posible falta ante Pablo Barrios, autor del 1-2. / Antonio Pizarro

Buena primera parte

El equipo de García Pimienta tuvo una buena puesta en escena en la primera parte frente al Atlético. Lukébakio creó muchos problemas desde la derecha y desde ahí surgió la jugada del gol de Agoumé (1-0, 7'), un auténtico golazo que marcó el medio centro con el interior desde la frontal al aprovechar un rechace tras centro de Pedrosa. Fue en una acción colectiva de mérito. Rubén Vargas se lesionó al enmendar con un taconazo a Pedrosa el mal control que hizo del pase anterior desde la derecha. Tuvo que salir Ejuke por el extremo suizo.

Pero después cometió un error la zaga sevillista dejando entrar a Gallagher, que fue derribado por Badé, quien entró tarde al cruce. Lo marcó con clase Julián Álvarez (1-1, 24'). El Sevilla empero no se vino abajo con el empate en el minuto 24. Construyendo el juego desde atrás y con Agoumé muy participativo en la distribución, un pase al área del medio centro sevillista casi lo cuela dentro Akor Adams, que remató sobre la marcha sobre el cuerpo de Oblak en su salida (30'). El Atlético contraatacó pero Badé salvó la más clara casi al final, justo antes de otra buena llegada sevillista con volea de Pedrosa que se fue fuera por poco. Antes Lukébakio tuvo otra buena ocasión para haber hecho el 2-1, pero su tiro se fue demasiado cerrado y Oblak lo sacó a córner.

En los prolegómenos ha habido tensas movilizaciones del sevillismo de base contra la directiva.

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