El día en el que parte del sevillismo sentenció a Sergio Ramos

En la vuelta de un partido de Copa en enero de 2017, el central se encaró con los Biris tras marcar un penalti a lo Panenka y pidió disculpas al resto de la afición.

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Sergio Ramos, en su gesto provocador con Biris Norte.
Sergio Ramos, en su gesto provocador con Biris Norte. / EFE
R. D.

04 de septiembre 2023 - 14:41

El regreso de Sergio Ramos al Sevilla ha abierto un cisma entre los aficionados que ven con buenos ojos la vuelta del camero y los que la rechazan sin paliativos. Y es que hay un sector del sevillismo que no perdona al campeón del mundo su actitud en la noche en la que se puso por completo en contra al Sánchez-Pizjuán.

La figura del central siempre ha sido controvertida entre el sevillismo por la forma en que se marchó al Real Madrid en un lejano ya 2005, y otros gestos posteriores. Hasta aquella noche del 12 de enero de 2017, en la primera etapa de Sampaoli en el banquillo, siempre se le había mostrado un mayoritario respeto y cariño al canterano con mejor palmarés de la historia del Sevilla, que se fue justo antes de que comenzara la época dorada de los títulos sevillistas. Incluso en 2014 había recibido un reconocimiento por parte del club para intentar cerrar la brecha de su marcha.

Penalti a lo Panenka y desafío a Biris Norte

Pero en esa eliminatoria de la Copa del Rey (3-3 en la vuelta y 3-0, con el famoso penalti inventado por Mateu, en la ida), el central, que ya había mostrado en reiteradas ocasiones su desacuerdo por los pitos que recibía desde Gol Norte y reafirmado su sevillismo contra ellos, fue un paso más allá. Se hizo cargo de un penalti en dicha portería y lo lanzó a lo Panenka para luego señalarse el dorsal ante Biris Norte, echarse las manos a las orejas con gesto de oírlos y pedir perdón al resto de la afición, que le respondió con una fuerte pitada al unísono.

La provocación fue respondida también con unos insultos desde esa parte de la grada que cinco años después, el pasado abril, supusieron su cierre durante un partido. Muchos aficionados que habitualmente aplaudían al canterano en sus regresos a Nervión cambiaron entonces de parecer al considerar la forma de tirar ese penalti una traición. Para colmo, esa misma semana el Real Madrid visitaba de nuevo el campo sevillista en partido de Liga, lo que no contribuyó a apaciguar los ánimos pese a que el central intentó explicar que no quiso faltar el respeto a la afición sevillista, pero sí mostrar su desacuerdo con la enemistad habitual de Biris Norte, que a su juicio no merecía. Curiosamente en ese posterior encuentro liguero acabaría haciendo en propia meta el gol de la remontada local hacia la victoria. Cosas del fútbol, en el que todo es cambiante e imprevisible, hasta la ahora vuelta a sus orígenes de una leyenda del fútbol que quién sabe si se convertirá de nuevo en ídolo sevillista pese la sentencia a priori irreconciliable de parte de la grada.

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