La ventana
Luis Carlos Peris
Perdidos por la ruta de los belenes
Sevilla FC
En la temporada más dura que se recuerda desde el último descenso, las ilusiones han aflorado en el sevillismo llegando mayo. Y precisamente se encuentra la afición en la semana más bonita del año, con la posibilidad cerca y al alcance de la mano de meterse en una final europea, algo impensable hace sólo un par de meses cuando la amenaza del descenso era una realidad.
La plantilla, una vez que el pasado jueves pudo espantar definitivamente el fantasma con la victoria sobre el Espanyol –no sin cierta dosis de heroicidad con una remontada culminada en los últimos minutos con el gol de Pape Gueye–, tiene desde este lunes la cabeza en el duelo ante la Juventus, una oportunidad histórica de hacer olvidar a su gente todo lo que ha sufrido en una campaña con muchos errores en la planificación que, además, trajeron otros errores fruto de los nervios de los dirigentes que agravaron un curso que la entidad inició con el paso cambiado.
La afición se ha movilizado y se espera en Turín el desembarco de unos 1.500 sevillistas
Se prepara, como ante el Manchester United, un ambiente especial en el partido de vuelta en Nervión
Pero se ha rodeado todo para que el Sevilla vuelva a vivir dos semanas inolvidables, la primera con la presente y el partido de ida en el Juventus Stadium. Ha dado con el entrenador idóneo, con hambre además de hacer cosas en Europa y a un nivel más alto de lo que ha acostumbrado en su carrera; el grupo con la cabeza liberada de la presión de los puntos en la Liga tras lograr virtualmente la permanencia; y el deseo de disfrutar después de una temporada de mucho sufrimiento y no pocas críticas recibidas desde todos los sectores posibles.
El entrenador de la Juventus, Massimiliano Alegri, ya avisaba ayer en Italia. “El Sevilla es un equipo fuerte y tiene experiencia en la competición, está acostumbrado a jugar semifinales porque ha ganado muchas Europa Leagues”, decía sabedor de lo que tiene detrás en su historia el conjunto nervionense: nada menos que seis títulos en sus vitrinas.
El objetivo es hacer un partido serio en Turín para lograr un resultado que permita dar rienda suelta a la magia en la vuelta en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Nadie duda que el 18 de mayo habrá en Nervión otra fiesta como la que vivió la noche del 3-0 al Manchester United.
La afición se ha movilizado. Se espera que alrededor de 1.500 sevillistas vuelen entre el miércoles y el jueves hacia Turín y estén en el estadio de la Juventus para apoyar a los de Mendilibar. Los corazones suben de palpitaciones y los estómagos empiezan a sentir el cosquilleo de las mariposas. El propio Monchi explicaba este proceso: “La transformación que se produce en la entidad cuando llega esta competición es difícil de igualar. Estamos otra vez en un lío gordo. Igual que cuando llegamos a Colonia lo veíamos muy complicado, estamos en ello. Vamos al menos a ilusionarnos”.
El sevillismo, gracias a la ilusión que ha logrado generar Mendilibar, vive la semana más bonita del año. El sueño es real por mucho que hace un mes y pico fuera impensable. Hay un rival enfrente que es un coloso en Europa, pero también una gran historia detrás.
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