Una reválida para Diego Alonso plena de glamur ante el Arsenal

Sevilla/Hace algo menos de 16 años, el 27 de noviembre de 2007, la visita del Arsenal abrió en el Ramón Sánchez-Pizjuán el turno de partidos glamurosos que suele contener la Liga de Campeones, Champions para los amigos. Antes, ya habían desfilado por Nervión el Slavia de Praga (4-2) y el Steaua (2-1), pero el partido que al sevillista le ponía estrellas en las pupilas, en su primera participación en la actual versión de la Copa de Europa, era la visita de los Gunners.

Keita, Luis Fabiano y Kanouté (casi nada...) remontaron el gol inicial de Eduardo, el Sevilla acabó primero de grupo y luego llegó el durísimo revés de octavos de final con el Fenerbahçe.

Desde entonces, el Sevilla sólo ha faltado un año a su cita con los torneos europeos y la mayoría de las veces ha sido en la Liga de Campeones. Para un sevillista adolescente, incluso para uno universitario, este tipo de partidos pudieran tener hasta un aire rutinario. Pero nada más lejos de la realidad.

El de esta noche asoma como partidazo con todas las letras. El Arsenal le discutió la Premier League al City la pasada temporada y en la presente, con seis victorias, tres empates y ninguna derrota, va en la misma línea. Mikel Arteta ha armado un mecano con la solidez en su esqueleto que le otorga su quinta temporada al mando del equipo londinense. Recitan de memoria el manual del preparador easonense, al que han complacido con refuerzos de lujo año tras año.

Con todo, el equipo del cañón en el pecho no es más que el Madrid, el rival ante el que se estrenó Diego Alonso como entrenador del Sevilla el pasado sábado. Y los blancos no sólo le aguantaron el pulso al poderoso equipo de Ancelotti, sino que pusieron más méritos sobre la hierba para llevarse los tres puntos. No fue así y los nervionenses siguen con un magro registro de dos triunfos, sólo dos, ante Las Palmas y Almería en Sevilla, después de doce partidos oficiales esta temporada: la final de la Supercopa de Europa ante el City, nueve jornadas de Liga y los dos primeros partidos de la fase de grupos de la Champions.

Precisamente los dos empates ante el Lens y el PSV, de sabor amargo ambos, obligan al Sevilla a no perder esta noche si no quiere ver ya seriamente comprometido su pase a los octavos de final. La siguiente jornada es en el Emirates Stadium de Londres y afrontarla con sólo dos puntos sumados convertiría la segunda vuelta de esta liguilla en una misión más propia de Hércules que de un equipo tan terrenal como este Sevilla.

Ocurre que el Arsenal, a diferencia de hace 16 años, cuando llegó a Sevilla a los mandos de Arsène Wenger con el pase a octavos ya en el bolsillo, comparece esta vez dolido y necesitado. Su inopinada derrota (2-1) en la segunda jornada, en Lens, ha puesto patas arriba el Grupo B de esta Champions y los ingleses van a salir con todo su arsenal, nunca mejor dicho.

Enfrente, Diego Alonso afronta la reválida de todo lo bueno que ya apuntó su equipo ante el Madrid. Como el uruguayo necesita ganar crédito a marchas forzadas y que su gente crea a pies juntillas en su mensaje, y como la próxima semana afloja la exigencia con la visita copera a Quintanar, los retoques esta noche, aun valorando mucho la visita a Cádiz del sábado próximo, se antojan comedidos: los laterales, Lamela, quizás Badé. Incluso los Sergio Ramos, Soumaré, Sow o Lukébakio querrán jugar cuanto más, mejor. Pues eso, a jugar.