Así se fraguó la remontada del Sevilla en el Euroderbi hace once años

Cuando las cosas no van como gustaría, nunca está de más echar una mirada al pasado. Eso es lo que hizo el Sevilla Fútbol Club en la temporada 2023/2024 con su documental La Copa Imposible. Este estreno quería homenajear aquella Europa League conseguida diez años atrás en Turín ante el Benifica, cuyo guión es digno de una obra de ciencia ficción. No sólo por cómo lograron los hispalenses clasificarse para el torneo, gracias a derrotar al Valencia en la última jornada con cuatro goles de Álvaro Negredo que certificaron la novena posición y, posteriormente, el pase a la ronda previa del torneo tras la sanción de la UEFA a Málaga y Rayo Vallecano; sino por el desarrollo de la misma.

En la tercera ronda antes de la fase de grupos, los pupilos de Unai Emery derrotaron al Mladost Podgorica, para hacer lo mismo en el playoff ante el Śląsk Wrocław. Los hispalenses terminaron invictos antes de los dieciseisavos de final, dejando en el camino a Slovan Liberec, Friburgo y Estoril; y en el primer enfrentamiento en la fase del KO se sobrepusieron al Maribor. Fue entonces cuando el destino quiso que se cruzaran los dos equipos de la capital andaluza en competición europea. Los octavos de final de aquella Europa League serán recordados eternamente por lo que supusieron en ambos barrios.

Una afición "cachonda" y el deseo de realizar "una gesta"

En el documental anteriormente mencionado, el Sevilla dedica un capítulo exclusivamente a la eliminatoria ante el eterno rival. El vicepresidente de la entidad hispalense, José Castro Carmona, asegura que el partido de ida "con ese 0-2 fue tan doloroso" que el equipo quería "hacer una gesta. Había una intención interior propia de toda la afición de ir al campo del Betis y pasar la eliminatoria". Aquél sentir de la hinchada blanquirroja se fue fraguando desde que el conjunto verdiblanco se llevó la ida, algo que refrenda Jorge Andújar, Coke, que recuerda "la charla del míster y los primeros comentarios sobre un partido en el que merecimos más, lo que nos fue retroalimentando", asegurando que la afición estaba "cachonda" con "remontar ese resultado adverso en el Benito Villamarín". Castro reconoce que fue una eliminatoria de "fuego, que era lo que tenían los sevillistas por llegar allí y ganar".

Alberto Bastos Pimparell, más conocido como Beto, fue una figura trascendental no sólo en aquella eliminatoria sino de todo el campeonato. El luso casi se emociona al echar la vista atrás con un equipo que era consciente de haber caído en la ida, pero que creía "mucho en la remontada", algo que reafirmó de camino al estadio del Real Betis: "Sentíamos que íbamos a remontar". Ramón Rodríguez Verdejo, Monchi, es otro de esos baluartes de sevillismo que ayudaron a darle la vuelta a la eliminatoria. En el documental, el que fuera director deportivo de la entidad hispalense no tiene pelos en la lengua al asegurar que los suyos fueron "ganando confianza, mientras que ellos iban ganando miedo".

Emery y la confianza de meter un gol

Sin duda, el paso de Unai Emery por el Sevilla Fútbol Club solamente puede calificarse como fructífero. Sus tres Europa Leagues consecutivas en el banquillo blanquirrojo dan buena prueba de ello, y el vasco recuerda con cariño aquella etapa y el comienzo de todo. Sobre la eliminatoria frente al Real Betis, el actual técnico del Aston Villa reconoce que fue muy claro a sus jugadores: "Podemos marcar un gol, sea en el minuto cinco, en el diez, en el cuarenta, en el sesenta, en el ochenta o en el ochenta y cinco. Si metemos un gol, ya estamos solamente a otro".

El actual presidente de la entidad, José María del Nido Carrasco, asegura que "se preparó muy bien el partido, y salió como estaba previsto. Es de esos partidos en los que tienes la sensación de que, da igual lo que pase, vas a conseguir el resultado que necesites", algo que apoya Emery con "la sensación de que todo eran piedras que iban encajando una tras otra". Los goles de José Antonio Reyes y Carlos Bacca dieron ese empuje necesario al combinado hispalense para llegar hasta el final de los 90 minutos, aunque aún quedaba un mundo por delante.

Psicología de prórroga y penaltis

Con el resultado de la eliminatoria igualado al término del encuentro, ambos equipos se preparaban para una prórroga que, en palabras de Beto, iba a ser "muy psicológica, no tan estratégica". El cancerbero recuerda que, durante la media hora que duró, "nadie quería encajar gol, porque el que encaje, se va", e incide en que "hablando por mí, yo quería ganar, pero no quería perder". Una doble ocasión del Sevilla que salvó Antonio Adán fue lo más destacado de las dos partes, brillando de nuevo en la tanda de penaltis al detener el lanzamiento de Vitolo.

Su homólogo sevillista es de los que piensan que "un penalti nunca es lotería", y aquel vestuario trabajaba mucho esa faceta. Emery eligió a Gameiro y Rakitic antes de que Coke, al que conocía bien y sabía de su sangre fría a la hora de la verdad, se ofreciera como lanzador: "Jorge cogió el balón y dijo que iba a tirarlo", algo que recuerda con cariño el lateral vallecano: "Cuando dije que lo tiraba, miró hacia otro lado buscando una mirada cómplice y me dijo que no me había escuchado". Para el vasco, aquello fue una lección de aprendizaje, pues reconoce que, tras aquello, fue consciente de que "los que lanzan los penaltis no son los que tiran en los entrenamientos, son los que miran a los ojos y dicen que lo hacen". Los tres primeros penaltis del combinado heliopolitano fueron imparables para el meta sevillista, que asegura haber pensado en aquel momento que no los pararía "ni con alas".

Kevin Gameiro, que siempre será recordado como un héroe Nervión, es de los que afrontaban con "ilusión" su lanzamiento pese a "la presión que teníamos", aunque su disparo resultó inalcanzable para Adán. Alberto Moreno estuvo a punto de errar, pero el toque del guardameta verdiblanco no fue suficiente para desviar el esférico y, en aquel momento, todo dio un giro de 180 grados. Alfred N'Diaye, cuyo rendimiento en la eliminatoria fue de un superclase, llegando a anular por completo a Ivan Rakitic, mandó el balón al palo y el rebote no tocó de milagro en la espalda de un Betis que considera aquello como "otro momento de cambio. Habíamos empatado la tanda y psicológicamente ellos pensaron que la ventaja se había ido".

Tras el penalti de Rakitic, Nono quedaba como única esperanza del beticismo, y Beto asegura que, pese a "no haber hablado nunca con él, se sentía. Yo sentía, y es algo que no se puede explicar por palabras, que él no estaba con la confianza de los demás. Su manera de caminar, de mirarme, de preparar el balón... Yo me hice muy grande, y ese duelo lo gané". Emery recuerda que ese momento fue "cuando verdaderamente descubrimos a Beto, algo que después repetiría en la final. Lo que supone para un portero enfrentarse a los penaltis y manejarlo psicológicamente".

Júbilo de campeones

Tras aquél lanzamiento, en el que nadie sabe verdaderamente si Beto llegó a intervenir aunque él comenta que hizo "lo que me salió. Sacar los dedos y decir que la había tocado", el cancerbero recuerda "salir corriendo como un loco y que me engulleran mis compañeros", en lo que describe como "uno de los días más bonitos de aquella temporada. Ganamos el Euroderbi, lo hicimos en penalti y yo tuve la felicidad y el mérito de parar ese lanzamiento y llevar al equipo a los cuartos de final". Coke asegura que ese fue "el primer gran día de comunión con nuestra afición. Ellos pensaban que éramos capaces de todo y nosotros sabíamos que podíamos hacer cosas muy bonitas".

Ivan Rakitic, fiel conocedor de lo que ocurrió y que terminaría levantando el entorchado al cielo de Turín, también quiso dejar su granito de arena en el documental con unas declaraciones en las que analizó lo que supuso aquella victoria: "El Sevilla había hecho historia. El primer Euroderbi era también suyo, extendiendo su soberanía en el sur de España al viejo continente. Aquél triunfo relanzó de nuevo el proyecto, salvó la figura de Unai Emery, encumbró a Beto como héroe de una hazaña histórica y abrió las puertas de la gloria. Fue impactante, pero lo que nadie podía imaginar es que lo mejor estaba aún por llegar".

Así fue. Europa volvió a teñirse de blanquirroja después de unos años en tierra de nadie. Lo hizo ese año y el siguiente, y volvería a repetirlo en 2020 y 2023. Ahora, a las puertas de un nuevo derbi y con una situación totalmente distinta a la de hace once años, estas gestas son a las que tiene que anclarse el Sevilla si quiere no sólo derrotar al eterno rival, sino regresar a los puestos que tanta gloria le han dado durante estos últimos 19 años.