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Cortes de tráfico por la Carrera Nocturna

Un regreso al "no hay ni para balones"

Sevilla FC

El Sevilla, aparte del crédito que hipotecará a la sociedad durante los próximos 10 años, evidencia su angustiosa situación económica en pequeños ahorros y acciones del día a día

El desliz financiero del "ilegítimo" que aprovecha Del Nido Benavente

José María del Nido Carrasco, Pepe Castro y Víctor Orta, este mismo verano. / José Luis Montero

Son de esas cosas que todo el mundo escucha pero de las que nadie habla. Comentarios, críticas, chistes con más o menos carga de sorna... y situaciones reales que se hilan con este tipo de bulos más o menos fundados.

En el Sevilla ya hace tiempo que se tiene asumido que apretarse el cinturón (no uno ni dos puntos, sino varios) es una realidad. El crédito de 108 millones de euros pedido a un fondo extranjero –el eufemismo es que es un plan financiero– ha hipotecado el club para los próximos 10 años y se añade al que ya se suscribió con el fondo CVC de 127 millones y a 50 años con el auspicio de LaLiga. De esos ya se han recibido y gastado 75.

Pero ahora hay noticias, rumores... preocupantes que van más allá de la reducción del gasto en plantilla anunciado de más de 50% y que tienen que ver con la economía diaria.

Por ejemplo, la reducción en personal que el club anunció con la salida de profesionales en la dirección deportiva como Fernando Navarro y Emilio de Dios. Adelantó la entidad de forma oficial –a través de un comunicado– un plan de reestructuración salarial que afectaría a todos los departamentos. Desde entonces, aunque antes también, el ambiente de trabajo en el Sevilla es ciertamente tenso, como es lógico. En algunas áreas se anunciaba una reducción del 50% del personal...

Golpe de realidad

Los sevillistas viejos recuerdan la célebre y exagerada frase de un directivo clave en la transición, Augusto Lahore

Todo eso se hila con rumores, algunos de los cuales ven la luz, de forma más o menos interesada según el informante, en los medios de comunicación y, sobre todo, en las redes sociales, esa boca infectada que lo vomita todo.

Se ha escuchado que una propuesta del consejo de dirección es que el primer equipo haga una parte de la pretemporada en las recién estrenadas nuevas instalaciones de la ciudad deportiva, equipadas con habitaciones, cocinas, comedores y estancias para que los jugadores puedan llevar a cabo una concentración. Algunos no lo ven como una barbaridad pese a las temperaturas que se pueden registrar en julio en la zona de Montequinto. Dicen que García Pimienta tendrá la última palabra y el argumento es que Mendilibar hace un año se quejó de que en Montecastillo hacía mucha calor y que, para el caso, lo mismo es Jerez que Sevilla...

Son pequeñas cosas, pequeños ahorros en los que, como dijo aquél, todo suma. Las malas lenguas en redes sociales también hablan de que en esta economía de guerra se ha optado por no abonar a la plantilla del Sevilla Atlético las primas acordadas por el ascenso.

Más datos que hacen pensar que la tesorería, pese a las palabras del presidente en la presentación de García Pimienta, están en un momento delicado: el Sevilla ha dado instrucciones a sus intermediarios de confianza para encontrar un comprador para En-Nesyri antes del 30 de junio. El problema con los balances económicos en el ejercicio se pretende paliar en gran medida con una gran venta que impida un descalabro ya garantizado sin los ingresos por competición europea. Y en la misma campaña de renovación de abonos han querido ver escondida la angustiosa precariedad económica, pues el plazo se ha adelantado del 6 de julio como fecha límite en la pasada campaña al 24 de junio (antes del 30) en la presente.

De enormes críticas y aprovechados memes ha sido objeto la respuesta el miércoles de Víctor Orta a la pregunta de si el Sevilla se quedará con Agoumé en propiedad. “Su opción de compra (8 millones) es objetivamente poco realista para nuestra situación económica”, replicaba el ejecutivo, que ha aceptado 250.000 euros por un jugador de cantera (Luismi Cruz) cedido en el Tenerife con opción de compra firmada por 1,2 millones.

Y hasta brindar el Sánchez-Pizjuán para la Champions de la hamburguesa ha sido objeto de choteo en muchos círculos.

Entre los comentarios de los sevillistas viejos, o no tanto, está la célebre frase, con su tinte de exageración, de un hombre clave en la transición, Augusto Lahore, fallecido hace poco. “Para que la afición entienda la situación: no hay ni para balones, ni para pagar la luz...”, decía en un golpe de realidad un directivo que miró con celo por cada peseta o euro (conoció los dos) que entraba en la caja en la era Roberto Alés.

El hombre de los números de ahora, José María Cruz, ya ha dicho que se va en cuanto pueda, en cuanto deje las cosas medianamente ordenadas...

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