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El refrendo del estadio a Lopetegui, ¿definitivo?

Sevilla FC

El sevillismo obvió los debates y se entregó al Sevilla y a Lopetegui en el primer derbi con público del técnico, con la duda de si la salida en tromba el equipo fue puntual o es un paso adelante

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Lopetegui, a la izquierda de la imagen, devuelve los aplausos a la grada del Sánchez-Pizjuán tras el derbi. / Antonio Pizarro

Fue el primer derbi de Julen Lopetegui en el Ramón Sánchez-Pizjuán con público. Antes había ganado cuatro, dos en Heliópolis, los dos con afición en la grada y el color y el calor ambiental de estos partidos, y otros dos en Nervión, pero con el silencio que impuso la nefasta pandemia. Y también había empatado uno, sin público en el Benito Villamarín, y había perdido el más reciente, el de la Copa del Rey, con todo lo que cayó del cielo ese día. Pero a Julen le estaba faltando vivir lo que significa este partido en toda su dimensión... con los suyos. Hasta que le tocó. Y lo disfrutó a lo grande. El final apoteósico, tras la comunión durante el partido entre equipo y afición, tuvo un gesto colectivo muy significativo: la ovación cerrada a Lopetegui, el refrendo total de su estadio, cuando los profesionales se entregaron a la grada para compartir la euforia.

Al son de la popular e intemporal canción de Antón perulero, original de cuando España era un imperio colonial, el mismo que tantas veces ha escuchado Monchi cuando se le canta lo de León San Fernando, Lopetegui escuchó a su gente corear su apellido entre vítores y palmas. Todo un lujo que se le había negado hasta ahora, porque sus grandes éxitos, el título de la sexta Europa League y el cuarto puesto con récord de puntos, fueron sin el fervor de su gente, por culpa del Covid. Y porque el derbi, caprichos del calendario, siempre había sido en Nervión sin público, hasta este domingo, víspera del Día de Andalucía.

Lopetegui estaba deseando vivirlo así. "Muy contentos sobre todo por la afición, darles esta alegría, después de tanto tiempo, a nuestra afición, que sean capaces de disfrutar, de hacer volar al equipo, como lo han hecho… Esa energía que transmiten en días como hoy es difícil de explicar", dijo tras el partido.

La proposición adverbial después de tanto tiempo también es aplicable a su persona, que no había disfrutado hasta ahora de ese refrendo colectivo tan absoluto, con la euforia inherente a un derbi ganado ante los tuyos.

El sevillismo se volcó con el Sevilla de Lopetegui. Todos los debates latentes quedaron aparcados, que en un derbi no ha de haber concesión alguna al enemigo, y menos en uno tan condicionado emocionalmente por lo acaecido en el de la Copa del Rey. Pero la pregunta es inevitable. Y así se le hizo al técnico guipuzcoano en la sala de prensa del estadio que un rato antes se le había entregado en cuerpo y alma. ¿Puede jugar así desde el inicio el Sevilla en otros partidos, y no sólo por la adrenalina de un derbi? "Claro que sí, y también lo hemos hecho en otros partidos. A veces los partidos salen de una manera y otras, de otra. Destacamos un poco esa mentalida, esa actitud y ese carácter que el equipo ha mostrado, que es un ADN del equipo en las últimas tres temporadas. A veces lo hacemos mejor y otras peor", replicó Lopetegui, como incómodo ante esa cuestión aparcada... en el derbi.

El plan del técnico sevillista, sabedor de que la reserva de la plantilla está bajo mínimos en este momento, fue perfecto. Contemporizar como otras veces, manosear el balón ante el ofensivo y crecido Betis de Pellegrini, habría sido una fórmula diabólica. Y también cabe la duda de si esa salida intensa, atosigante, en tromba, fue producto de la forma en la que el Sevilla, históricamente, afronta los derbis, máxime en su feudo y con el estadio ansioso de revancha. "Aparte de ese doscientos por cien el equipo ha estado acertado, ha estado decidido, hemos sabido desarmar todas las virtudes del Betis. También es cierto que en el fútbol a veces tienes fases de dominio, no marcas y todo se ve de otra manera. Y nosotros en esa fase conseguimos marcar, incluso pudimos marcar más goles", replicó.

Con este triunfo, el quinto nada menos de los seis derbis ligueros que ha disputado Lopetegui, se encarama al podio de los entrenadores sevillistas con mejores resultados. Apenas concedió un empate ante el Betis de Pellegrini la temporada pasada, al margen de esa derrota en la Copa en la que las bajas condicionaron tanto al Sevilla, sobre todo en la portería.

Los resultados del guipuzcoano son incuestionables. A ritmo de récord, el de las porterías a cero, el de la mayor puntuación histórica liguera con los 77 de la pasada temporada, el técnico de Asteasu ha mantenido su imagen acorazada ante el debate sobre el juego. Y ya acumula 201 puntos en 102 partidos del Sevilla en Liga, con 58 triunfos, 27 empates y apenas 17 derrotas en sus casi tres campañas completas. Números, números y números incontestables. Y frente a los fríos dígitos, la sensación de que no puede haber mejor entrenador para este Sevilla que Lopetegui... Pero, ¿será definitivo ese gran refrendo del estadio?

Ahora, tras dejar plasmada su hegemonía esta Liga ante el Betis, al Sevilla de Lopetegui le queda perseverar en su persecución del Madrid y mantener la llama de la Europa League. Altísimos retos para los que debe zanjar la racha de bajas –otro factor de fondo del debate del juego–, antes de que algún paso atrás rompa el refrendo.

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