El ralentí de la operación salida: Monchi ante la ley del mercado
Sevilla FC
El Sevilla ya se garantizó unos 35 millones de euros antes de que llegase junio en espera de la operación del verano, el traspaso de Koundé
Al excedente de fichas, 27, se une la necesidad de remodelar la plantilla
El mercado de verano más complicado para Monchi
Diego Carlos: Las razones de una venta que levanta ampollas
La quinta revolución de Monchi tuvo un inicio precoz, que inevitablemente trajo aparejado el consiguiente debate, con el traspaso de Diego Carlos al Aston Villa. Los más de 31 millones de euros que el Sevilla ingresará, más los algo más de tres millones que se garantiza con la compra de la ficha de Pozo, a la que se comprometió el Almería si subía a Primera División, han supuesto una inyección de cerca de 35 millones de euros.
Se trata de una cantidad que no está mal para habérsela garantizado el club antes incluso de que terminase mayo, aunque no anunciase la venta de Diego Carlos hasta el pasado miércoles, 1 de junio. Pero ahora llega una segunda fase de ralentí en las salidas.
Queda prácticamente todo un mes para que la cúpula ejecutiva de Nervión ajuste las cuentas y cierre con equilibrio el ejercicio 2021-22, que hay que recordar que se presupuestó de forma arriesgada en su capítulo de ingresos por competiciones hasta cuartos de final de la Champions, y ahí hay un agujero que tapar, independientemente del gasto que generaron los fichajes de Tecatito y Martial, que se sumaron a los cerca de 40 millones de euros invertidos en agosto en concepto de compra de derechos, nóminas aparte, por los fichajes de Rafa Mir, Montiel, Delaney y Augustinson. El coste de Lamela se enjugó con la venta de Bryan Gil y Dmitrovic llegó como agente libre. Porque cabe recordar que el Sevilla fue el animador del verano pasado, cuando la mayoría de los clubes aún estaban en la resaca de la crisis del Covid.
Pero más que el ajuste presupuestario, lo que más condicionará las decisiones de la dirección deportiva y del comité ejecutivo serán el mercado y su inexorable ley. Y ahí es donde, después de ese sprint inicial de mayo con los ingresos por Diego Carlos y Pozo, se puede producir un ralentí en los motores de las negociaciones.
El Sevilla necesita deshacerse de su excedente de fichas, ya que tiene 27, sin contar ya a Martial ni a Javi Díaz, cuyos contratos expiran en junio, ni a Diego Carlos, puesto que a los 22 futbolistas que siguen en nómima del primer equipo hay que sumarles cinco que vuelven tras sus cesiones: Berrocal, Óscar Rodríguez, Idrissi, Rony Lopes y Luuk de Jong. Pero esa necesidad no invitará a regalar a los futbolistas, salvo soluciones de urgencia al final del mercado.
El verano pasado, Monchi tuvo la ventaja de que varios futbolistas terminaban contrato: Vaclík, Escudero, Aleix Vidal, Franco Vázquez,... Y Sergi Gómez fue traspasado a bajo coste al Espanyol. Pero este verano será distinto, pues la mayoría de jugadores en nómina tienen contrato hasta 2024 o 2025.
Sólo Munir y Gudelj terminan su vínculo en 2023, estando el delantero hispano-marroquí en la rampa de salida, por su escasa participación en el tramo final de la pasada temporada. El serbio, en cambio, sí se confirmó en su tercer año como un buen comodín que cumplió como central cuando llegó el bache de lesiones. Con escaso mercado, podría quedarse como hombre de club.
Pero Munir no es el único candidato a abandonar el Sevilla para hacer hueco a la necesaria quinta gran remodelación de Monchi, tras las de 2005, 2013, 2016 y 2019. Para esta nueva revolución el traspaso de Koundé se antoja fundamental, aunque por ahora hay tranquilidad con esa presunta oferta que está preparando el Chelsea. Ocampos es otro de los jugadores que podrían dejar dinero en caja, ya que está considerado por las web especializadas en mercado como el tercer valor del Sevilla... junto a En-Nesyri. El foco estará en Koundé, internacional por Francia en año de Mundial.
El verano, que apenas se atisba aún en el calendario, será complejo, porque el rendimiento de la plantilla demostró que necesita savia nueva. Pero antes de buscarla Monchi debe acelerar la operación salida, ahora al ralentí, al ritmo que marque el mercado, que es el que va imponiendo sus leyes.
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