¿Qué sería de este Sevilla sin Lukébakio?
El equipo de García Pimienta, con la posesión del 74%, no supo leer la vigilancia intensiva sobre su hombre gol y mostró las carencias del sistema de juego, no sólo de la plantilla
Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante el Espanyol: Sin delantero centro, Badé al rescate
En espera de que Ejuke pase por una minipretemporada, el único argumento ofensivo de este Sevilla sigue siendo Lukébakio. La baja de Isaac por sanción dejó al descubierto que es el único delantero centro de la plantilla... por ahora. Akor Adams vio en el palco cuáles son los defectos de este equipo, que tuvo un 74% de posesión de la pelota y que se perdió en un fútbol inane, con los centrocampistas sin romper y tendiendo a la horizontalidad, y muchos cambios de orientación hacia... Lukébakio. Peque no funcionó como delantero centro. Tampoco el rato que Rubén Vargas se metió por dentro cuando salió Ejuke tras el 1-1. Sólo Badé ofreció remates y fue capaz de marcar dos goles, uno anulado por la miope lupa con que los árbitros modernos miran el fútbol.
El problema del Sevilla no es sólo la posición del 9. Se trata de una falta de criterio ofensivo que ya se vio frente a otro colista como el Valencia. El Espanyol esperó en su campo e hizo marcas individuales a los centrocampistas y atacantes, con ayudas especiales en el caso de Lukébakio. Aun así, el belga soltó varios latigazos y Joan García le hizo dos paradones. El primero terminó en la cruceta para más castigo a ese empecinamiento en buscar a su jugador estelar.
Defensa
El Espanyol apenas atacó. Menos aún cuando, tras una pérdida en campo contrario de Saúl, logró marcar a balón parado el 0-1. Vivió de algunas contras aisladas, que los centrocampistas sólo pudieron cortocircuitar a veces. José Ángel Carmona fue el que más sufrió en su costado, a pie cambiado hasta la salida de Antonetti por Juanlu ya en el minuto 80, frente a los escasos pero verticales ataques de Jofre. Los centrales sí frenaron a Roberto o Puado y sólo se complicaron en alguna salida, dado que eran los que asumieron el inicio del juego incluso atravesando la medular ante un rival que esperaba en su campo. No estuvo en la defensa el problema del Sevilla, que encajó el gol en un accidente -mal despeje de Badé a la espalda de Gudelj- y pudo encajar otro en otro centro a balón parado al final.
Ataque
El Sevilla no puede vivir de Lukébakio. Los rivales ya conocen el peligro del belga y su habilidad para hacer diagonales y buscar su letal disparo de rosca con la zurda. García Pimienta tardó un mundo en darse cuenta de que Juanlu, en lugar de desdoblarlo por fuera, se metía hacia dentro justo en la vía diagonal que suele usar el belga. Peque era un muñequito del pimpampún entre los centrales. En la izquierda, Rubén Vargas jugó más mirando hacia atrás que hacia delante y a los tres centrocampistas les faltó fútbol para romper líneas. Se enredaron con el balón y cuando quisieron acelerar el ritmo les faltó acierto en el control y el pase. Hubo pocos centros o pases en condiciones hacia el inexistente 9.
Virtudes
A trompicones y con Lukébakio y Badé empujando, hizo méritos para algún gol más.
Talón de Aquiles
Un deficitario sistema ofensivo que parte de un centro del campo sin creatividad ninguna.
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