El proyecto de Orta y García Pimienta, ante su primera 'miurada'
La visita al Barça este domingo en Montjuïc es el primer gran reto que prueba la mejoría apuntada por el Sevilla en las últimas jornadas
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Sevilla/En la mejor racha de Xavier García Pimienta desde que llegó al Sevilla, con dos triunfos en casa ante Valladolid y Betis y un meritorio empate en San Mamés, la primera miurada se acerca para el proyecto sevillista, que hasta ahora en el primer tercio de Liga ha tenido dos trayectorias competitivas diametralmente opuestas, una antes del primer parón, decepcionante y que metió al equipo en puestos de descenso en uno de los peores arranques ligueros de la historia, y otra en la que se enmendó aunque con altibajos, con un punto especialmente crítico, por ejemplo, en Vitoria ante el Alavés, donde cayó dejando una pésima imagen, aunque desde entonces sumar 7 puntos de 9 posibles ha sido el bálsamo que ha tranquilizado a todos coincidiendo además con el polémico anuncio de la ampliación del contrato del entrenador hasta 2027.
Una visita al Barcelona no es nunca una vara justa de medir, y menos en la situación de precariedad en la que el club se ha encasillado en la presente campaña, pero el sevillismo siempre le ha dado especial importancia a cómo se comporte el equipo en plazas de Primera, ante equipos de la talla del azulgrana o el Real Madrid en sus estadios. La historia dice que lo más normal es salir derrotado en esos compromisos, pero sí juega un papel al menos en el análisis, vamos a decir romántico, de la afición qué cara presente ante toros de estos encastes, siguiendo el símil taurino.
El Sevilla, aún en plena ventana FIFA y sin once internacionales con sus selecciones, prepara la visita del domingo a Montjuïc, la primera cita de altura para García Pimienta, para quien será también un partido especial por su vuelta a la que fue su casa, ya que se formó como entrenador en la cantera del FC Barcelona. “Estuvo a un cuarto de hora de ser elegido entrenador del primer equipo”, llegó a afirmar Víctor Orta en su presentación.
El sevillismo tiene especial curiosidad en comprobar la capacidad de competir de su equipo en un escenario como es la actual y provisional casa de los azulgrana. Es también una prueba de nivel para el proyecto de Del Nido Carrasco y Víctor Orta.
Muchos entrenadores en el Sevilla, incluso exitosos y ganadores de títulos como Juande Ramos, Unai Emery o Julen Lopetegui, no fueron capaces de ganar en Barcelona. La última gran alegría data de 2010, en la Copa del Rey, cuando el día de Reyes, el 5 de enero, el Sevilla de Manolo Jiménez vencía 1-2 con tantos de Capel y Negredo. En la Liga aún hay que remontarse mucho más atrás, a la época de Joaquín Caparrós y aquel 0-3 con doblete de Toedtli que llenó el Camp Nou de pañuelos blancos en contra de Joan Gaspart. Eso fue en la 2002-03. así pués 21 temporadas han pasado y el Sevilla no ha ganado ganado en sus visitas ligueras al Barça.
El ‘aceptable’ precedente de García Pimienta
En su única comparecencia como visitante ante su ex equipo, el entrenador barcelonés no dejó precisamente una mala imagen. Fue la temporada pasada con la visita de la UD Las Palmas también a Montjuïc, donde el Barça sufrió para abrir el partido ante los canarios. El equipo amarillo sufrió una temprana expulsión, en el minuto 24, y jugó más de una hora con un futbolista menos. El meta Álvaro Valles tenía que derribar a Raphinha como último hombre y veía la roja directa.
Pero la imagen del equipo de García Pimienta ante el Barcelona no fue ni mucho menos pobre. Pese a que Las Palmas llegaba tras una mala racha de cinco jornadas sin ganar, se plantó en el Lluís Companys con un planteamiento valiente, con una defensa muy adelantada que trató de achicar los espacios al Barça de Xavi asumiendo los riesgos de dejar mucho terreno entre los centrales y el portero, lo que finalmente derivó en la jugada de la expulsión de Valles. No obstante, con diez hombres en el campo, los amarillos aguantaron, ya que el equipo azulgrana, muy atascado y sin saber hincarle el diente a su rival, no abrió el marcador hasta la salida de Joao Félix, que decidió el duelo con un pase a Raphinha. Fue en el minuto 59. Pero todavía con 1-0 y en inferioridad numérica, el equipo de García Pimienta le dio un serio susto al Barcelona, ya que Moleiro pudo empatar en el 87 en una internada en la que se plantó solo ante Ter Stegen, pero su tiro salió pegado al lateral de la red,
Pero es lo que suele ocurrir en estos escenarios, en los que el sevillismo está cansado de ver competir bien a su equipo y acabar mordiendo el polvo en un chispazo o recibir tres goles en un plis plas. Es la primera gran prueba para el proyecto y para la mejoría que todos celebran de la mano de García Pimienta. Esto es más serio.
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