El proyecto se instala de nuevo en la nadería

El Sevilla de García Pimienta, que volvió a quedar retratado, corre el riesgo de quedarse sin objetivos mucho antes del final de temporada

El Sevilla suma dos derrotas consecutivas por segunda vez en la presente Liga

Xavier Garcia Pimienta atiende a los medios oficiales del Sevilla.
Xavier Garcia Pimienta atiende a los medios oficiales del Sevilla. / Europa Press

Hace sólo veinte días todo eran risas e ilusiones. Tras vencer a la Real Sociedad en el estadio Reale Arena el sevillismo sacaba pecho y hacía cuentas para poder llegar a Europa. Xavier García Pimienta no ocultaba su satisfacción por lo que en su opinión había sido el mejor partido desde su llegada a Nervión. Dos jornadas después, de nuevo todo es presa del pesimismo. La derrota en el derbi, unida a la de la jornada anterior ante el Athletic en casa, ha devuelto las críticas al proyecto, ha colocado otra vez al Sevilla en la mediocridad de la Liga y ha demostrado que los movimientos en el mercado de invierno no fueron los mejores.

Las dudas se abren paso de nuevo en la afición, que si soñaba con la posibilidad de que el Sevilla pudiera dar caza a los equipos que luchan por competiciones europeas, aunque sea la tercera de ellas en el escalón, la Conference League, se ha dado de nuevo de bruces con la realidad.

El Sevilla llegó a estar por encima del Betis en enero tras vencer al Girona en Montilivi y después permaneció dos jornadas a un solo punto de los discípulos de Manuel Pellegrini. Ahora, tras caer en el Benito Villamarín ante 600 de los suyos en las gradas, pese a adelantarse muy pronto en el marcador gracias a un gol de Rubén Vargas, los de García Pimienta están a once puntos de su eterno rival, que ocupa actualmente la sexta plaza de la clasificación de LaLiga EA Sports.

El Sevilla, con 36 puntos y tras sumar dos derrotas consecutivas teniendo que recibir a continuación a uno de los grandes, el Atlético de Madrid de Diego Simeone, tiene cuatro puntos de desventaja sobre las plazas séptima y octava (en poder de Rayo Vallecano y Mallorca), que este año pueden dar acceso al Viejo Continente, una distancia que no es insalvable, pero que puede ser un mundo para un equipo que no es nada fiable como el de García Pimienta. Posiblemente si no es capaz de ganar dos partidos seguidos en toda la temporada es que no sea merecedor de jugar en Europa.

Lo cierto es que el desencanto en la afición es total. El derbi ha tocado la única fibra sensible en la que la hinchada había instalado su pequeña cuota de orgullo, tener dominado al eterno rival en los duelos entre ambos, partidos que trascienden a lo deportivo y que en lo emocional ha disparado la autoestima del enemigo. Ahora, y más tras la mala imagen ofrecida en Heliópolis, de nuevo las voces se escuchan en contra del proyecto deportivo –y también institucional– que lideran José María del Nido Carrasco y Víctor Orta y que sigue a las riendas del técnico barcelonés, un proyecto de entrenador más que una realidad que aún se pellizca por las mañanas ante el espejo cuando se ve con el escudo del Sevilla en el chándal que tiene la oportunidad de vestir.

La afición no perdona que el consejo de dirección renovara de forma tan forzada a García Pimienta en el mes de septiembre y que el club deambule por la competición y por el día a día sin la cabeza visible de un presidente que no evite la mínima ocasión de ponerse delante de una afición que lo abronca sin perdonar una oportunidad.

Del Nido Carrasco no dio la cara, por ejemplo, en el entrenamiento a puertas abiertas que el club organizó el sábado en el Sánchez-Pizjuán para motivar al equipo en la víspera del derbi. Allí, más de 15.000 sevillistas volvieron a aprovechar para pedir la dimisión del consejo de administración en pleno y la marcha de los dirigentes.

El director deportivo, que ya no escapa tampoco de salir escaldado cuando hay una bronca, no tiene crédito alguno y el del entrenador se limita a haber evitado riesgos de caer en puestos de descenso. Que puede hasta ser meritorio con esta plantilla. O no. Para eso hay criterios y criterios...

Pero la situación se acerca a un punto en el que el Sevilla puede caer en la peligrosa dinámica de quedarse sin objetivos con aún mucho campeonato por jugarse. Casi los mismos puntos que tiene por debajo del Betis (11) los tiene por encima de los puestos de descenso (9). Por tanto, la ilusión de dar caza al eterno rival en 9 jornadas es directamente proporcional al peligro de acercarse a la zona caliente. Lo mejor para todos será que gane dos partidos cuanto antes y que cada uno vea la botella lo medio llena o medio vacía que quiera.

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