El protocolo espera a Banega

Sevilla FC

El argentino aún no se entrena a la vez que sus compañeros ni en las sesiones individuales, que se mantienen mientras los test permiten dar un paso más.

Banega, durante una sesión de entrenamiento del Sevilla FC.
Banega, durante una sesión de entrenamiento del Sevilla FC. / J.l. Contreras

Tal como está de calentito el fútbol español con el caso Fuenlabrada puede decirse que la situación que ha generado Éver Banega es una nueva metedura de pata en toda regla, pues el proceder de LaLiga con toda la vorágine generada por el Covid-19 está totalmente en entredicho y Javier Tebas se encuentra en el centro del disparadero.

Aunque el Sevilla estaría fuera ya del protocolo de LaLiga al haber acabado su participación en la competición nacional, se extreman en el club las precauciones porque la UEFA tampoco se anda con tonterías con estas historias y el acto de indisciplina de Banega podría acarrearle un serio problema al equipo y a la entidad.

El argentino apareció en redes sociales en una fiesta en Valencia junto a Fede Valverde en el interior de una discoteca que fue posteriormente clausurada por un caso positivo de coronavirus, lo que ha hecho que el protocolo de aislamiento haya tenido que activarse no sólo para el rosarino, sino para el grupo de jugadores más cercanos a él.

Esto es, los argentinos Franco Vázquez y Lucas Ocampos, así como alguno más, en este caso Luuk de Jong, que aparecieron en la imprudente barbacoa sin guardar tampoco las distancias de seguridad en una fase del estado de alarma en la que no se permitían reuniones de más de diez personas.

El Sevilla de Julen Lopetegui completó ayer la segunda sesión de entrenamiento tras el descanso de seis días una vez finalizada la Liga y las sesiones siguen evitando el contacto entre jugadores. El club espera que los resultados de los test PCR realizados a toda la plantilla den en su totalidad luz verde a los entrenamientos conjuntos, que son los que deben marcar el inicio de la preparación en su justa medida de la eliminatoria de octavos de final de la Europa League que los sevillistas deben librar ante la Roma el próximo jueves 6 de agosto.

En el caso de Banega la situación exige muchísima calma. Para el argentino, que ya se perdió el último partido de la Liga Santander ante el Valencia por la tarjeta amarilla que vio en Anoeta la jornada anterior y que le acarreaba sanción por acumulación de amonestaciones, el duelo ante la Roma puede ser su última comparecencia con la camiseta del Sevilla. Su marcha del club rumbo al Al Shabab saudí al no renovar su contrato es ya un hecho consumado en la práctica. Un suculento contrato de tres años a razón de 10 millones de euros por temporada lo espera, aunque la Liga en el país asiático, que se retoma en agosto, no empezará para el argentino hasta que llegue octubre.

El jugador tiene ganas de acabar la temporada con el Sevilla y así lo hizo público, deseando despedirse “con un título”, un sueño al que no está dispuesto a renunciar, aunque su acto de imprudencia va a demorar su presencia en los entrenamientos junto a sus compañeros. Por el momento, a Banega –ni a ningún futbolista argentino de la plantilla– no se le ha visto en las imágenes que el club ha difundido de las dos primeras sesiones de trabajo, por lo que se entiende que el club espera que los test PCR den negativo para que pueda compartir trabajo con el resto de la plantilla con cierta normalidad.

Lopetegui y su cuerpo técnico están deseando que los entrenamientos puedan reproducir ya normalmente las situaciones de un partido de competición. Aunque hay tranquilidad en todos estos aspectos, no se olvida que la Roma va a estar compitiendo hasta prácticamente el día del partido y los blancos van a llegar a la cita del 6 de agosto en Duisburgo tras 17 días desde su último encuentro.

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