El primer test duro para la plantilla del Sevilla: 5 partidos en 13 días

Cerrado el paréntesis de la jornada FIFA, al Sevilla se le viene encima un calendario durísimo en el que no va a tener tregua y en el que además está obligado a reaccionar y a salir del encefalograma plano en que se encuentra.

Tras tres derrotas seguidas y la suspensión del choque ante el Atlético, los de Mendilibar inician una fase en la que no van a tener tiempo de descansar con partidos cada tres días con la dificultad añadida de estrenarse en la fase de grupos de la Champions League, una competición que ya el Sevilla ha podido comprobar varias temporadas el enorme desgaste físico que acarrea.

El equipo nervionense inicia este maratón en el Sánchez-Pizjuán este domingo 17 (18:30) ante Las Palmas. No van a tener los de Mendilibar tiempo para descansar, pues el miércoles 20, dentro de ocho días, tendrán el bautizo de fuego ante el Lens, el equipo del bombo 4, también en Nervión (21:00).

Otra vez sin tiempo de recuperarse, el Sevilla debe visitar en la sexta jornada de Liga uno de los estadios más difíciles de Primera, donde también cayó la campaña pasada en el inicio de Liga, El Sadar de Pamplona. El Osasuna recibirá a los sevillistas el domingo 23 a las 16:15, enganchando con rapidez una nueva jornada de Liga, esta vez intersemanal, el martes 26 ante el Almería en el Sánchez-Pizjuán (19:00), sólo cuatro días antes a la visita a uno de los grandes, el Barcelona de Xavi en el estadio de Montjuïc por las obras del Nou Camp. Será el viernes 29.

Cinco partidos en 13 días que pueden marcar el futuro de la entidad y también, cómo no, el de Mendilibar.

Será el primer momento para evaluar el nivel de la plantilla y la profundidad del vestuario. Aún hay jugadores que no han debutado, ya que, aparte de Sergio Ramos, tampoco se han presentado Mariano, Lukebakio y Soumaré, dos jugadores éstos de los que se espera que aporten mucha frescura, sobre todo en competición europea. Además, otros que deben sumar como Sow y Gattoni apenas han tenido tiempo para mostrarse unos minutos, en el caso del argentino con la mala fortuna de resultar expulsado en el primer partido ante el Valencia.