Todas las preguntas de la guerra de los Del Nido en el momento de mayor encrucijada

La batalla accionarial en el Sevilla llega a un punto clave con el final de la agrupación, el mecanismo por el que el consejo ha mantenido a raya hasta ahora al ex presidente y poseedor de la mayoría

Y nadie se baja del burro

Del Nido Benavente revisa sus documentos instantes antes del inicio de la última Junta Extraordinaria.
Del Nido Benavente revisa sus documentos instantes antes del inicio de la última Junta Extraordinaria. / José Luis Montero

Sevilla/Pasada la Junta Extraordinaria, que transcurrió según lo que preveían unos y otros, una calma tensa se apodera del campo de batalla. Ambos bandos son conscientes de que se acerca un momento clave para ganar la guerra y cada cual traza sus estrategias para asegurarse, en la medida de sus posibilidades, el preciado triunfo. 

Y, como en las grandes guerras de la antigüedad, entre el oro de los reyes los que manejan cada batalla son los generales, esos abogados a cuya sapiencia y sagacidad encomiendan los entresijos y estrategias que acaban marcando el destino de lo que vaya a ocurrir y quede para la posteridad.

Y ahora, con la próxima Junta Ordinaria de diciembre acercándose, varias preguntas e incógnitas asaltan a los que se interesan por tratar de entender –aunque sea un poco– qué es lo que sucede, qué ha sucedido hasta ahora y qué puede suceder en la guerra accionarial que libran el máximo accionista, José María del Nido Benavente, y el otro bando de grandes familias sevillistas con las que se ha alineado su hijo y quien le usurpa el trono. De trama medieval.

La fecha de la Junta de diciembre

Es un tema nada baladí. De hecho, puede ser una de las cartas guardadas del consejo, aunque ya han avisado los abogados del bando de Del Nido Benavente. En la Junta del miércoles se le preguntó en varias ocasiones al presidente si la Junta Ordinaria será convocada para antes o después del día 10, que es cuando expira la agrupación de acciones por la que se le ha impedido votar al máximo accionista los puntos referentes al cese de los cargos. Del Nido Carrasco dio sospechosas evasivas tipo “¿usted cree que yo sé hoy cuándo voy a convocar otra Junta con la de trabajo que tenemos?”. Un claro voleón para despejar el peligro. 

El presidente del Sevilla, José María del Nido Carrasco, en la mesa presidencial.
El presidente del Sevilla, José María del Nido Carrasco, en la mesa presidencial. / José Luis Montero

Teniendo en cuenta que debe ser convocada con un mes de anterioridad, nadie duda de que el consejo tiene ya más que pensada una fecha. Y tiene su importancia porque el mandato expira y debe ser nombrado un nuevo órgano rector. Si la Junta se celebra antes del 10, la mesa presidencial podrá volver a impedir votar a Del Nido padre usando esta interpretación jurídica. Su hijo formará un consejo a su antojo, pero inmediatamente vendrá el efecto contrario, pues el máximo accionista convocará una nueva Junta Extraordinaria que se tendrá que celebrar en enero o a lo más tardar en febrero, ya liberado de esa cortapisa de la agrupación de más de 30.000 acciones que realizó en 2018 para incluir tres miembros en el consejo por el derecho de representación de las minorías, que son el propio Del Nido Carrasco, Nervión Grande S.L. (que ahora representa Jorge Marín) y Enrique de la Cerda, único consejero actual afín a Del Nido padre.

¿La hora del pacto?

Muchos sevillistas aún creen que Del Nido Benavente no puede votar pese a tener mayoría por el pacto de gobernabilidad que firmaron los máximos accionistas –todos salvo Rafael Carrión– el 22 de noviembre de 2019 como regate con filigrana al acuerdo de venta que había con los americanos y del que se echó para atrás el propio dueño de Financa. A cambio, ahí se propusieron los sueldos y el reparto de dividendos y de ahí el afortunado sobrenombre de “pacto por la pasta” (Accionistas Unidos dixit). 

La agrupación de acciones expira el 10 de diciembre y la duda es si el consejo convocará la Junta Ordinaria antes o después

Ese pacto, firmado hasta 2027, en uno de sus puntos, establece que el presidente y el vicepresidente pueden alinear el sentido del voto para garantizar la gobernabilidad cuando se someta a votación cualquier asunto. En el momento en el que Del Nido padre da por roto el pacto, él entiende que sus acciones no han de alinearse en el voto. El otro bando sí porque el presidente (antes vicepresidente) es su hijo y tiene la representación. 

Así, por ejemplo, el consejo de Pepe Castro sacó adelante las cuentas y la gestión hasta el ejercicio 20-21, antes de acogerse a la agrupación de acciones. Pero a partir de esa fecha dos autos ejecutables de la Audiencia Provincial y de un juzgado de instrucción prohíben expresamente alinear el sentido del voto y suplantar la voluntad, en concreto, de Del Nido Benavente, obviando cualquier acuerdo parasocial al que hayan llegado los grupos. De ahí que desde entonces las cuentas no hayan sido aprobadas y de ahí que para los puntos del orden del día que tengan que ver con los cargos del consejo (cese, nombramiento, remoción, acción social de responsabilidad...) el consejo se haya acogido a la agrupación de acciones para excluir de las votaciones las más de 30.000 acciones del ex presidente.

Del Nido hijo, sin acogerse a ello, ha avisado en las dos últimas Juntas de que se reserva medidas derivadas de “pactos parasociales”

No obstante, desde la Junta Extraordinaria de julio y en la del miércoles, Del Nido Carrasco viene advirtiendo en cada votación que el consejo ha amagado y avisado sobre la posibilidad de alinear el voto, aunque ha dado la impresión de querer preparar el terreno. “Hay otras acciones de derecho, medidas legales derivadas de los pactos parasociales que no alterarían el resultado, que permitirían no considerar su voto contrario a la alineación del presidente y vicepresidente primero. Al no afectar a la votación, no habrá que aplicar, sin que ello implique renuncia para otra ocasión”, leía repetida y mecánicamente el presidente. 

¿Y las cuentas?

Es una gran incógnita: cómo pretende el consejo sacar adelante la aprobación de las cuentas y la gestión, pues sería el tercer ejercicio consecutivo sin hacerlo, y con cuantiosas pérdidas, además. 

El abogado de Del Nido padre, José Manuel García-Quílez, ha pedido en las dos últimas Juntas a la mesa que aclarara si alineaba o no el voto ante las continuas insinuaciones del presidente, porque ello conllevaría una grave desobediencia judicial que podría tener importantes consecuencias individuales. 

La pregunta es si los abogados del Sevilla esconden una carta guardada para hacerlo a partir de diciembre y hasta ahora no. De hecho, en las dos anteriores Juntas han usado dos mecanismos con los que más o menos sorprendió al votar puntos referentes al proyecto del estadio o al crédito de 108 millones, el artículo 7 del Código Civil, y para la designación de auditores, el 190 de la Ley de Sociedades de Capital, ambos un tanto ambiguos y sujetos a interpretación que vienen a tener que ver con figuras como el “conflicto de intereses” o “la buena o mala fe” en la gestión.

Los americanos

Es la llave para obtener la mayoría. Ya ha quedado medianamente descubierto que los trajo fundamentalmente Castro con la connivencia de Alés, Guijarro y –aunque luego se echó atrás– Carrión, pero ahora mismo van de la mano de Del Nido al sentirse engañados tras el pacto. Con esas acciones, un 10-12%, el ex presidente tiene mayoría absoluta, pero existe la duda de en qué situación puede estar ese paquete en el futuro por la quiebra técnica de 777 Partners, según las noticias que llegan. Pero eso puede ir para largo. O no. Mientras, curiosamente Del Nido Benavente acusaba tras la Junta al abogado del Sevilla, Alberto Pérez Solano, de ofrecer a Andrés Blázquez cambiar de bando. Un auténtico juego de tronos...

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