El plus de competitividad de Rubén Vargas

El suizo se ajusta al perfil buscado en un refuerzo de invierno: nivel y rendimiento inmediato; su irrupción aporta trabajo y calidad por dentro y ha nublado a Ejuke

El Sevilla desploma aún más su límite salarial, de 2,5 millones a 684.000 euros

Rubén Vargas, entre Badé e Idumbo en un entrenamiento.
Rubén Vargas, entre Badé e Idumbo en un entrenamiento. / Juan Carlos Muñoz

Rubén Vargas, hasta el momento, se ha convertido en el mejor ejemplo de lo que debe ser un refuerzo de invierno. Llegó en los primeros días de mercado y rápidamente ha ofrecido un rendimiento positivo para el equipo. Su apuesta ha sido un acierto de Víctor Orta, un ejecutivo que por méritos propios se ha ganado la crítica y la repulsa del sevillismo por el conjunto de operaciones que ha realizado desde su llegada. En cambio, el suizo, como Lukébakio, se cuenta entre sus aciertos.

Y es que en estos casos en los que la adaptación es importante se nota la cultura europea. El suizo, además con ascendencia latina, llegó y pegó. Debutó recién aterrizado ante el Valencia en el Sánchez-Pizjuán disputando sólo unos minutos, 21, suficientes para presentar sus credenciales, entre ellas un disparo a la madera. Desde entonces ha sido un titular fijo en el esquema de su entrenador, Xavier García Pimienta, que lo ha convertido en un jugador insustituible por lo que aporta, entre otras cosas un plus de competitividad del que el equipo no estaba sobrado.

Rubén Vargas celebra su primer gol con el Sevilla.
Rubén Vargas celebra su primer gol con el Sevilla. / José Manuel Vidal | EFE

El internacional helvético es un jugador que ha adelantado por la derecha en poco tiempo a futbolistas que en teoría estaban por delante de él en el estatus del vestuario sevillista. En las cinco jornadas posteriores a su debut ante el Valencia siempre ha sido titular, sumando cerca de 400 minutos –396– en un total de seis partidos en los que ha anotado un gol, frente al Barcelona, y ha dado una asistencia, frente al Valladolid a Juanlu en el 0-3.

Ejuke y Peque, sin sitio

Las prestaciones de Vargas no tienen discusión y han mandado al banquillo a dos de las principales apuestas del proyecto de verano. Ofrece el suizo en su fútbol muchas más cosas que no pueden dar Ejuke y Peque, grandes damnificados con la irrupción del centroeuropeo, sobre todo el nigeriano por la posición que ocupa en el campo. Vargas aprovechó en su llegada que Ejuke terminaba de recuperarse de una lesión para hacerse con el puesto y ganarse la confianza de García Pimienta.

El jugador africano perdió el sitio siendo, nada más y nada menos, que el mejor regateador de la Liga, por delante incluso de Lamine Yamal y Vinícius. Pero se lesionó en el Lluís Companys ante el Barça y no ha logrado aún recuperar su puesto.

El nigeriano, siendo éste muy explosivo en sus apariciones por la banda, es un jugador que no puede competir con Vargas en otros aspectos a los que García Pimienta le da una gran importancia. El ex jugador del Augsburgo aporta una capacidad de trabajo y un desgaste que se antojan fundamentales en el sistema defensivo y que han contribuido a mejorar la solidez del bloque.

También ofrece Vargas el plus de ser un jugador que aparece por muchas zonas del campo, que no tiene problemas para jugar por dentro y que con esos movimientos se vuelve indetectable para sus rivales. Posee además un excelente golpeo y ese compendio de virtudes hace que el entrenador lo anteponga a otras opciones como las mencionadas de Ejuke y Peque, pero también a la de Idumbo, un jugador que tuvo su momento en la temporada con la lesión del extremo internacional con las Águilas Verdes.

Sin duda, el suizo se ajusta al perfil del refuerzo ideal de invierno: experiencia y rendimiento inmediato. Una ecuación que, evidentemente, no es un invento y que tiene su coste economico. Vargas es un jugador con un bagaje internacional, que ha disputado un Mundial y una Eurocopa y eso se nota en el cómputo global.

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