De un enero de retoques a un mercado clave

Puede que un par de asignaturas pendientes se hayan convertido en algo más serio y lo que iban a ser –o siempre debió ser en este mercado complicado– simples retoques puede desembocar en la necesidad de encontrar jugadores que ofrezcan un rendimiento inmediato, además a un nivel alto, que puedan superar lo que tiene actualmente Pablo Machín en sus manos.

Digamos que, si ya el mercado de enero iba a ser de vital importancia para el Sevilla, la nueva lesión de Maxime Gonalons ha caído como una bomba tanto en la dirección de fútbol que encabeza Joaquín Caparrós como en los despachos del cuerpo técnico.

Y eso ha terminado de convertir la apertura del plazo de inscripción de fichas el primer día del año en un examen duro y complicado para el utrerano y sus colaboradores más directos, los ex futbolistas Paco Gallardo y Carlos Marchena.

Y el Sevilla ha llegado a esta situación porque, sobre todo, arrastra deberes por hacer del pasado mercado de verano, como se ha encargado de recordar durante todo este tiempo Pablo Machín cada vez que se le ha preguntado en sus comparecencias públicas.

Pero la situación se agrava cuando lo que antes eran dos asignaturas de las llamadas troncales por aprobar, la llegada de un central y la de un delantero, ha ido a más. El nuevo contratiempo sufrido por Gonalons eleva a tres las operaciones en las que el proyecto tiene prohibido fallar, esto es, en las que el Sevilla necesita rendimiento inmediato y elevar el nivel de la plantilla.

Históricamente, el mercado invernal siempre ha sido una oportunidad en la que es difícil encontrar lo que cubra las necesidades de un equipo con las garantías que siempre se piden en este tipo de situaciones. Enero siempre fue más para oportunidades de mercado y para fichajes de cara al futuro, a la siguiente temporada, y para ir acelerando el siempre complicado proceso de adaptación. Venir de otra dinámica de entrenamientos, no conocer el sistema, los compañeros, lo que desea el entrenador... precisa un tiempo que en esta época del año los técnicos no están en disposición de poder dar a los que se incorporan.

Para Machín el segundo golpe sufrido por Gonalons –ocurrido además de nuevo en un partidillo de entrenamiento y en una semana en teoría tranquila y sin competición– ha significado un varapalo muy importante. El francés, después de reaparecer apenas quince minutos ante el Espanyol, iba a ser el hombre con el que descargar a Banega de responsabilidades defensivas (el argentino ya decidió el duelo dando un paso adelante), iba a ayudar el juego aéreo a una plantilla no muy sobrada de centímetros y, en definitiva, estaba llamado a ser un jugador de importantes soluciones para todos los problemas detectados en la primera fase de la temporada.

La propia clasificación autoexige al Sevilla la necesidad de elevar su nivel de rendimiento y para ello Machín tiene claro que, sí o sí, espera un central de garantías, un delantero y ahora es muy probable que un nuevo medio centro.

Lo de los retoques, operaciones que tengan que ver con jugadores que no hayan ofrecido las respuestas esperadas y que puedan colocarse en el mercado si se ponen a tiro otras opciones, puede decirse que pasan ahora a un segundo plano en la planificación, aunque también deban hacerse.