Peque pone otra vez el aire en contra y es una ciclogénesis explosiva (5-1)

La crónica del Barcelona-Sevilla

Un penalti ingenuo provoca una tempestad para el equipo de García Pimienta, que se vino abajo de forma estrepitosa

El Sevilla se hundió ante el Barcelona e incluso se fue con dos futbolistas lesionados

Así le hemos contado el Barcelona-Sevilla

Peque se lamenta ante De Burgos Bengoetxea tras el penalti ingenuo que cometió.
Peque se lamenta ante De Burgos Bengoetxea tras el penalti ingenuo que cometió. / Alberto Estévez | Efe

Barcelona/Estropicio gordo para el Sevilla en su visita al líder de la Liga, este Barcelona que juega bien al fútbol y golea a todos con una pléyade de infantes en sus filas. Los sevillistas se hundieron de manera estrepitosa tras regalar un penalti ingenuo por parte de Peque en el minuto 22. Fue una defensa propia de un delantero y el futbolista formado en la cantera azulgrana derribó de una manera juvenil a Raphinha. Pero lo peor no fue eso, fue la ciclogénesis explosiva que provocó en el momento en el que el aire volvió a ponerse en contra de la tropa de Xavi García Pimienta.

El bienintencionado Sevilla del técnico catalán se hundió en la primera contrariedad que tuvo en su visita al dentista. Un error, un regalo increíble de Peque, lo hundió de tal manera que la imagen pasó de prometedora a desoladora en poco menos de cinco minutos. Los blancos, que estaban correctamente situados y que incluso tuvieron algunas salidas peligrosas a través de Lukébakio, dieron varios pasos hacia atrás en su recuperación como equipo con posterioridad.

Porque el Sevilla se hundió en el Estadio Olímpico de Montjuïc de una manera impropia de un equipo profesional. No se puede venir todo abajo de esa manera por mucho que estén delante Lamine Yamal y toda esa constelación de estrellas juveniles con las que se maneja el Barcelona de Hansi Flick.

Los veinte primeros minutos de los sevillistas fueron buenos, incluso Lukébakio tuvo una llegada, pero después el hundimiento fue total

Si en los 20 minutos iniciales, el Sevilla había sido capaz de dar una buena imagen y de ponerle las cosas complicadas al Barcelona, es imposible entender qué le paso después a las mentes de sus futbolistas para darle tantas facilidades al actual líder de la Liga española. Todo fue correr como pollos sin cabeza y, fundamentalmente, no estar bien situados nunca para tapar las contras de los azulgranas.

El segundo gol se iba a generar otra vez en un error de Peque. Éste fue menos grave, sin duda, pero acabó de la misma manera que el anterior, con la pelota en las redes de Nyland. La consecuencia fue idéntica en esa pérdida en el centro del campo, entre otras cosas porque el Barcelona se maneja a velocidad de vértigo y las piezas tardaban demasiado en recomponerse sobre el tablero. Bastó con que Koundé se abriera de piernas, otra vez delante de Peque precisamente, para que Pedri se quedara solo en la corona del área. Por allí no aparecieron los dos medios centro defensivos, Agoumé y Gudelj, y todo se complicó aún más apenas cuatro minutos después del 1-0.

El absurdo penalti fue decisivo, pero aún más lamentable fue la actitud de los blancos a partir de ese momento por las facilidades dadas

Más que un huracán

El Sevilla había dimitido del partido demasiado pronto, al primer inconveniente, y ya todo lo que podía pasarle era malo. Ni una sola buena noticia para la escuadra de García Pimienta, que no reaccionaba en su banquillo, ante la ciclogénesis explosiva que se le venía encima. Porque aquello tenía incluso una categoría superior a huracán, el gol parecía que podía llegar cada vez que el Barcelona tenía en su poder el balón, allí no defendía absolutamente nadie.

Y en otro despiste defensivo llegó el tercero. Agoumé se durmió en la salida de un córner, corrió hacia delante a su habitual velocidad e impidió que Lewandowski estuviera en un claro fuera de juego después del disparo de Raphinha. Tres a cero en el minuto 39 y quien y quien menos estaba deseando irse ya hacia los vestuarios para ducharse y echarse la colonia cara para pensar en otra cosa.

Con la lesión de Ejuke, García Pimienta trató de retocar con Suso en el descanso por Peque, pero duró muy poco en el campo

Lesión de Ejuke

Pero no, restaba mucho tiempo por delante y aquello exigía una dosis de sufrimiento mucho mayor. Para colmo, la musculatura de Ejuke se rompió a lo grande antes del intermedio en otra clara muestra de que la noche no estaba para nada. La solución fue la entrada de Lokonga para, al menos, frenar la sangría por el centro del campo, donde llegaban con tremenda comodidad todos los azulgranas.

Ejuke se echa manos a su musculatura en el momento de la lesión.
Ejuke se echa manos a su musculatura en el momento de la lesión. / Movistar

Después, ya en el intermedio, sería el turno para el segundo remiendo. Suso entraba en el sitio del desacertado Peque, del hombre que cometió los dos errores, el primero de ellos tremendamente ingenuo, que derrumbaron a los sevillistas casi como si se tratara de un equipo de escalafones inferiores.

Ya no había absolutamente nada que hacer en esta visita al Barcelona, pero cabe suponer que la intención del entrenador sería suturar la herida para que la debacle no se convirtiera en una patología mucho más grave. Suso ofreció ciertas dosis de tranquilidad, metió incluso un balón que pudo convertirse en penalti a Isaac (59’), pero hasta en eso estaba el aire en contra. Fuera de juego inicial del lebrijano.

Los sevillistas ni siquiera mostraban intensidad para hacerle ver al Barcelona que no podían jugar tan fácil con lo que tenían por delante

Incluso ese soplo de aire fresco por parte de Suso también se acabó cuando se tocó su aductor. Otro más para la enfermería y ya las malas noticias se agolpaban para los sevillistas. Tras un gol claro fallado por Ansu Fati (72’), gol anulado a Lukébakio (72’) por fuera de juego en el arranque.

El Barcelona había levantado el pie del acelerador, Flick quitaba a los principales y metía a futbolistas del filial y hasta después se celebraría el retorno de Gavi. Pero al Sevilla le caerían dos goles más, aunque por medio fue capaz de marcar también a través de Idumbo en una arrancada desde el centro del campo con una definición perfecta. 5-1 y era el momento de echarse el perfume caro tras la ducha. El aire había vuelto a rolar y se pone de nuevo de cara, algo que con estos futbolistas no es la mejor de las circunstancias.

Ficha técnica

5 FC Barcelona: Iñaki Peña; Koundé, Cubarsí, Íñigo Martínez, Balde; Marc Casadó, Pedri (Gavi, 83'); Lamine Yamal (Pablo Torre, 76'), Raphinha (Fermín, 66'), Ansu Fati (Gerard Martín, 76'); y Lewandowski (Pau Víctor, 66').

1 Sevilla FC: Nyland; José Ángel, Badé, Marcao, Pedrosa (Montiel, 82'); Lukébakio, Gudelj, Agoumé (Idumbo, 70'), Ejuke (Lokonga, 46'+); Peque (Suso, 46') (Sow, 70) e Isaac.

Goles: 1-0 (24’) Lewandowski transforma con paradinha un penalti absurdo de Peque a Raphinha. 2-0 (28’) Pedri lanza un excelente disparo de rosca tras un pase atrás de Lamine Yamal tras una pérdida de Peque. 3-0 (39’) Lewandowski desvía un disparo de Raphinha con Agoumé dormido en el fuera de juego. 4-0 (81’) Pablo Torre remata con comodidad un pase atrás de Koundé y el balón entra tras tocar en Marcao y Badé. 4-1 (87’) Idumbo arranca desde el centro del campo y define con la derecha de forma perfecta. 5-1 (89’) Pablo Torre lanza una falta lateral y el balón entra sin tocarlo nadie.

Árbitro: De Burgos Bengoetxea (vasco). Amonestó a Pedrosa (48'+), Ansu Fati (74') y Sow (85')

Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de LaLiga EA Sports disputado en el Estadio Olímpico de Montjuïc ante 47.848 espectadores.

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