Por el peldaño ascendente

Se coló de rondón sin que nadie le hubiese invitado el dichoso virus. El parón había venido al cargado equipo de Lopetegui como el aceite a las espinacas, hablando con este símil precisamente en un día señalado en Sevilla como el Domingo de Resurrección, pero tuvo que tragarse el sapo el club nervionense de anunciar en pleno Sábado Santo el positivo de uno de sus jugadores. Se temía por ello desde que se supo que el último entrenamiento de la semana cambiaba de hora y, al menos, no fue el implicado uno de los titulares fijos de este equipos, pues habiendo habido diáspora de internacionales se podía esperar cualquier cosa.

Y como estas cosas nunca se pueden elegir, ni el momento ni la identidad del afectado, el Sevilla tendrá que recibir al líder con Escudero aislado en su domicilio tras cantar la gallina en el preceptivo test semanal, una baja más que se une a una plantilla hípercargada de esfuerzos que, por ejemplo, se encontró con Koundé con el cuentakilómetros casi pasado de vueltas en su regreso de jugar con la selección sub 21 francesa. Que encima, eso, que no es ni la absoluta.

La ocasión en circunstancias normales es para echarle su poquito de picante al guiso, pues a los atractivos que siempre plantea un clásico de nuestra Liga como es un Sevilla-Atlético de Madrid, la condición de líder de los colchoneros y la posición de los blancos en la cuarta plaza ponen el acento en que el duelo en Nervión sea claramente el partido de la jornada y en el que estarán puestas muchas miradas, entre otras cosas porque Real Madrid y Barcelona están al acecho y hay en este país muchos intereses para hacer todo lo posible y lo imposible también si es necesario para que la Liga se pelee única y exclusivamente en estos dos tramos de colores, el blanco por un lado y el azulgrana por el otro.

Ni que decir tiene que el Sevilla a nivel nacional interesa para lo que interesa y que hoy habrá muchos adeptos de más en una cita que debe servir a los de Lopetegui para reafirmarse y para apretar todo lo que puedan la cabeza de la tabla, que nunca se sabe lo que puede pasar en las diez jornadas que restan para cerrar el campeonato.

El respiro por el parón es relativo, ya que ha habido internacionales que han vuelto con mucha más carga de la que se llevaron en sus piernas, pero no queda más remedio que convivir con ello. Sí ha sido beneficioso este celebrado paréntesis para jugadores como Fernando, como Jesús Navas, como Diego Carlos o como Lucas Ocampos, quienes estaban muy saturados y habituados a tener que competir con tiempos incompletos de recuperación, particularmente el argentino y el ex campeón del mundo, que salían de una lesión.

Con diez puntos de colchón con el quinto clasificado (nueve ya tras el triunfo ayer del Villarreal, la mejor forma de no confiarse es mirar al peldaño de arriba y el siguiente objetivo de los de Lopetegui debe ser dar caza al tercero, ahora a cinco puntos, y así sucesivamente.

La estadística dice que cualquier tropa que comande el Cholo Simeone tiene grandes posibilidades de resultar victoriosa en confrontación con las nervionenses, pero Lopetegui siempre defendió con gran parte de razón que nada del pasado afecta a lo que vaya a ocurrir en un partido determinado. El balón echará a rodar y serán once contra once. Y ahí sí que habrá que hacer lo posible para que lo planteado durante la semana se ponga de manifiesto de la mejor manera posible.