Paz entre Betis y Sevilla: Ahora sí, la 'fiesta' del derbi fluye...

La llamada entre Ángel Haro y José María del Nido Carrasco desbloquea la enrarecida situación y recupera la naturalidad de una rivalidad pocas veces bien entendida

Los presidentes de Betis y Sevilla anuncian la paz firmada antes del derbi

José María del Nido Carrasco y Ángel Haro, en el acto previo al último derbi sobre Las Setas.
José María del Nido Carrasco y Ángel Haro, en el acto previo al último derbi sobre Las Setas. / Juan Carlos Muñoz

26 de marzo 2025 - 06:23

El derbi no es una fiesta. Por ponerle pegas, para hablar de la sevillanía del derbi habría que discutir su etimología inglesa y su origen hípico, más aristocrático que plebeyo. De ahí las comillas simples que flanquean la palabra en el titular. Puede serlo para las compañías televisivas que hacen su agosto con un partido que los sesudos hombres de marketing rebautizaron como El Gran Derbi de forma pantagruélica y exagerada. Un sintagma nominal nacido de las tripas mercantilistas de los que sólo miran cómo sacar rédito de las pasiones humanas. Y los que inventaron el conceptito no eran andaluces, como para que luego digan que los exagerados somos los andaluces... Pero hay que convenir que hace tiempo que triunfó la concepción del partido de máxima rivalidad, con lo peligrosos que son los extremos, como fiesta. Así que concluyamos que la paz firmada por Ángel Haro y José María del Nido Carrasco y anunciada este martes por la mañana le viene bien a todo el mundo. Tengamos la fiesta en paz y que fluya el derbi.

Los dos presidentes de Betis y Sevilla, Sevilla y Betis, realizaron el lunes por la tarde, sin luz ni taquígrafos, un gesto en pro de Sevilla. Un gesto por los sevillanos más que por su derbi, por su pretendida fiesta futbolística y por sus dos clubes más representativos, que sólo son una parte del alma sevillana, aunque para algunos sea la más importante. Cada uno es cada uno.

La que triunfa con la paz firmada es Sevilla, porque el otro escenario era indecoroso y peligroso, aparte de una constatación de que este evento sociológico que trasciende lo deportivo -que sea trascendente no significa que tenga que ser festivo per se- será todo lo que sea menos una fiesta. Pero hay que colegir que triunfa la ciudad con esta imagen trasladada de naturalidad y cordialidad recuperadas. Porque el fútbol y su retransmisión televisiva para millones de espectadores de todo el mundo habrían seguido su curso bajo la etiqueta de El Gran Derbi. Pasase lo que pasase en el estadio Benito Villamarín o en los distintos escenarios en los que se vive el derbi, ya sea una peña de amigos, el ámbito del trabajo, un gastrobar sin barra o el salón de un hogar. Que hasta la intimidad de lo doméstico llega la división visceral del fútbol según Sevilla.

Haro y Del Nido Carrasco firmaron la paz a la fuerza. No había otra solución a ese callejón sin salida. Fue un acto de necesaria responsabilidad, como ambos consensuaron en sendos vídeos grabados, cada uno para sus medios de comunicación. Que ésa es otra. El mero hecho de que los presidentes de Betis y Sevilla tuvieran que realizar una proclama en pro de la paz por separado y cada uno desde sus gabinetes de comunicación también manifiesta la deriva de desnaturalización de estos tiempos digitalizados. Lo que no arregle un buen vídeo... Pero esto, visto el resultado, es lo de menos.

Del Nido Carrasco aceptó la invitación al palco que le realizó Haro. “El Sevilla Fútbol Club ha aceptado la invitación del Real Betis Balompié y acudirá el domingo al palco del Benito Villamarín”, anunció en el susodicho vídeo en la mañana de ayer. Y su homólogo bético lo ratificó así: “Al margen de la rivalidad que tenemos que tener y que existirá siempre en el terreno de juego, fuera del terreno de juego tenemos que tener un clima de concordia, de honestidad, de sinceridad”.

El dirigente sevillista, que había roto las relaciones con la directiva del otro club por la denuncia del Betis tras el derbi de la ida, habló de esa alta responsabilidad: “Tanto el Real Betis Balompié como el Sevilla Fútbol Club han entendido la responsabilidad de los cargos que ostentamos, la responsabilidad de unas instituciones tan importantes en una ciudad dual como es Sevilla y la importancia del Real Betis Balompié y del Sevilla Fútbol Club para la ciudad y por eso hemos visto la necesidad de establecer ese marco que debe regir nuestras relaciones en el presente y en el futuro”.

Responsabilidad y necesidad: dos conceptos que superan en sustancia el carácter festivo del derbi. Quién metió la pata antes es lo de menos. Es tarde ya para discernir quién metió antes el dedo en el ojo al otro. Se abriría un hilo interminable que rebobinaría la historia del fútbol sevillano hasta sus albores y ya hay quien anda en esas cuitas. La realidad es que los dos presidentes enmendaron una plana que venía torcida y sin mediación política, por pura madurez cívica, por sensatez de gestores responsables. Que cunda.

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