...Y aquí no ha pasado nada
Villarreal-Sevilla | La Previa
La preocupante tendencia en la Liga obliga al Sevilla a repetir la mejoría apuntada en Roma para terminar de reenganchar a su afición y seguir arriba

No se trata de pasar página como cualquier cosa. El bajón de rendimiento que llevó a encender la luz de alarma y a contagiar dudas entre la afición obedece a ciertas razones y el cuerpo técnico habrá tenido el tiempo y las herramientas suficientes para estudiar y corregir cuestiones junto a su grupo de jugadores, pero tampoco se trata de machacar la moral propia más de lo conveniente cuando la autoestima ha vuelto a parámetros al menos similares a los adecuados.
La victoria sumada en el Olímpico de Roma ante un rival que no es el Milan de Arrigo Sachi pero que tampoco es un cualquiera ha devuelto la confianza no perdida pero sí puesta en duda en el último mes. Y es que el bache no fue para menos, o quizá sí. Lo que nadie puede discutir es que se ha cobrado una competición, pues la ilusión de la Copa, ésa que por ejemplo la temporada pasada perduró hasta el mes de mayo, se quedó en la noche barcelonesa en una especie de ridículo que recordó al del Sevilla de Montella en la final del Wanda.
Pero bueno, lo logrado el jueves en la Ciudad Eterna puede decirse que ha puesto de nuevo los marcadores a cero. Ahora queda enderezar el rumbo en la Liga y para eso es una buena oportunidad la visita a un estadio que en los últimos años no ha sido demasiado esquivo con la suerte que salen a buscar los nervionenses. El Villarreal además, un rival otros cursos directo en la lucha por los mismos objetivos europeos que el Sevilla, vive momentos de serias dudas instalado en la zona baja de la clasificación. Tan baja que ocupa puestos de descenso, una cuestión que podría servir para valorar más lo que hasta ahora tiene conseguido el equipo de Pablo Machín, que la memoria en el fútbol es tan frágil que a menudo impide ver la medida real de las cosas.
El Villarreal ha protagonizado desembolsos en fichajes equiparables a los del Sevilla y en ocasiones superándolos. Sin ir más lejos, en el reciente mercado de invierno ha incorporado al ex sevillista Vicente Iborra por una cifra cercana a los 15 millones de euros procedente del prohibitivo torneo inglés o en verano al franco-camerunés Toko Ekambi por más de 18.
Es verdad que cada partido es un mundo. Que haber ganado –y bien en lo que se refiere a imagen– a la Lazio no supone ninguna ventaja de salida hoy en Villarreal. Primero, son competiciones distintas; segundo, el nivel competitivo cambia aunque nos puedan parecer ligas similares la italiana y la española; y tercero, la trayectoria liguera del Sevilla en el presente 2019 sigue siendo mala tirando a ruinosa.
El equipo de Machín necesita con urgencia cambiar esa dinámica y, curioso, las tendencias en la gestión de plantilla en esta semana de torneo europeo han sido opuestas. Mientras el Sevilla apostó por su once de gala en su partido de la Liga Europa ante la Lazio, Calleja en el Villarreal se fue justamente al extremo contrario. Aun así, el equipo amarillo ganó en Lisboa, el Sevilla también en Roma. y hoy en el estadio de la Cerámica la plantilla que confeccionó Caparrós tiene otra prueba de madurez. Para empezar, ya es un reto que este equipo funcione sin su cerebro, un Banega que se ha hecho poco menos que omnipresente en prácticamente los 43 partidos oficiales que ya arrastran los de Machín y que ni hoy ni el jueves en el segundo acto frente a la Lazio podrá ejercer esa labor de magister.
Aunque el sevillismo, como siempre pasa cuando hay caras nuevas, está deseando que aparezca Marko Rog en sus primeros minutos, la lógica dice que Amadou o Roque Mesa, más el primero que el segundo, ha de ser el sustituto del rosarino, cuya ausencia es normal que el equipo la acuse porque no es cualquier cosa. Se quiera o no, es un contratiempo serio para un equipo que en la Liga sigue sin ganar fuera de casa desde finales de septiembre, demasiado tiempo para un grupo que quiere estar en la Champions y que ha visto por ello cómo se le desinflaba un importante colchón de puntos en relación a sus perseguidores.
Claro que el Villarreal tampoco está para tirar cohetes y debe ser hoy la ocasión perfecta para los sevillistas.
El equipo amarillo suma diez jornadas sin ganar. Por algo está con el agua al cuello y se agarra a cualquier clavo ardiendo para sumar y no terminar de descolgarse en el fondo de la tabla.
Su caso es una muestra de cómo se las gasta esta competición que no entiende de nada. Ni de presupuestos, ni de rachas, ni de favoritos, ni de gaitas.
Sólo vale salir ganador de los partidos. Como lo hizo el Sevilla el jueves en el Olímpico de Roma y como tiene que salir hoy del estadio de la Cerámica para que se olvide todo lo anterior. Así ha de ser y aquí no habrá pasado nada...
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