La paradoja del Sevilla: una plantilla en entredicho llena de campeones

Uno, dos, tres... y cuatro. Cuatro flamantes campeones tiene el Sevilla en su plantilla más un subcampeón tras la resolución del torneo olímpico de fútbol en París, donde España ganó el oro con Juanlu como protagonista, una gesta memorable a la que contribuyó el lateral sevillista con su gol decisivo ante Marruecos en las semifinales y jugando 50 minutos de la finalísima en el Parque de Los Príncipes.

El futbolista de Montequinto, que el próximo 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen, cumplirá 21 años, disfruta del mayor éxito de su carrera después de una temporada con altibajos en el Sevilla. Le ha llegado su momento. Como también vive un punto de clímax, frustrado por España, otro joven valor de la plantilla sevillista, Loïc Badé (24 años), que se tuvo que conformar con la plata pese a que Francia era favorita al oro como anfitriona y por potencial. Aun así, ha llamado la atención de la Roma.

La leyenda de Jesús Navas

El éxito, mayor en el caso de Juanlu y ensombrecido en el de Badé por el favoritismo frustrado de Francia, de los dos futbolistas del Sevilla en los Juegos Olímpicos viene a corroborar una tendencia que abrió Jesús Navas, con su participación en la conquista de la Eurocopa, horas antes de que Montiel y Acuña se proclamaran campeones de la Copa América con Argentina.

El mítico capitán palaciego ganó su cuarto título con España (Mundial 2010, Eurocopa 2012 y 2024 y Liga de Naciones 2023) engrandeciendo su leyenda a sus 38 años. Y lo hizo, al igual que Juanlu siendo decisivo en las semifinales, con la jugada que dio inicio al gol de la remontada definitiva (el 2-1 de Dani Olmo) frente a Francia.

Otro título para Montiel y Acuña

Montiel fue titular en la final de Argentina frente a Colombia, en la que la Albiceleste completó el triplete mágico de reeditar el título de la Copa América con el Mundial de Qatar en medio. En los tres torneos participó el lateral derecho, héroe argentino del Mundial con el penalti decisivo contra Francia, y también Acuña, que no jugó la final por una lesión muscular de la que ya se ha recuperado.

Contrasta esta realidad con el catastrofismo en el que están instalados el Sevilla y el sevillismo. Una visión negativa que viene arrastrada por dos temporadas nefastas en la Liga pero que también tuvo una cima histórica con la conquista de la séptima Europa League en Budapest, el 30 de mayo de 2023, no hace tanto tiempo...

Éxitos individuales, dudas colectivas

La afición sevillista disfruta con estos logros individuales pese a que se mantiene ojo avizor con lo que ocurre en la actualidad deportiva del club de Nervión. Con la planificación a medias, pese a que la base de la plantilla ya está configurada, queda todavía tela de cortar en forma de salidas, para que haya hueco para los nuevos fichajes. Iheanacho y Agoumé, quinto y sexto refuerzo, aún no están inscritos en la Liga a menos de una semana del comienzo de la misma en Las Palmas.

Víctor Orta está "ocupado con las inscripciones", para las que debe dejar hueco en la plantilla. Y precisamente Montiel es una de las principales bazas de mercado para aligerar la nómina y tener jugosos ingresos con los que paliar la maltraída economía del Sevilla, que se ha visto obligado a una economía de guerra con la que ha dividido por la mitad el coste de la plantilla. En ello anda, pendiente de colocar a Óscar Rodríguez y de convencer a Joan Jordán, o de que cuaje una oferta firme por Badé para rematar la plantilla antes del comienzo liguero, si es posible.

Entretanto, el sevillismo está expectante e inquieto con la fortísima apuesta por García Pimienta y su fútbol arriesgado, quizá poco apto para una plantilla en profunda transición. Una plantilla que aún mantiene futbolistas campeones, de la vieja guardia y de la nueva: Jesús Navas, Montiel, Acuña, Badé... y Juanlu, el oro olímpico sevillista.