El papel de Joan Jordán, carne de meme: de lo habitual a lo grotesco

Jorge Sampaoli es una figura excéntrica. Él mismo, con sus excesivos tatuajes que ahora se tapa bajo kilos de ropa, también por su exceso friolero, se encarga de nutrir esa imagen extravagante que a veces roza lo estrambótico, lo estrafalario. Así ha logrado triunfar en el fútbol, porque Sampaoli, guste más o guste menos, ha triunfado salvo en la selección Argentina.

Sucede que esa tendencia que lo convierte a veces en un histrión, por su falta de mesura tanto en su engolada verborrea como en su afectado discurso -los jugadores son latas de tomate y tal-, se le vuelve en contra cuando se choca de bruces contra las propias limitaciones suyas o de su equipo: he ahí el papelito del Sevilla en el Camp Nou, con un solo remate a portería.

Pero para papel, el de la cuartilla que entregó a Ocampos para que se la entregara a Joan Jordán cuando quiso dar otro giro táctico en pleno partido, en la misión imposible de arreglar el entuerto ante el Barcelona de Xavi.

No es la primera vez, ni será la última, que Sampaoli ordena a su brazo en el campo, el muy disciplinado Joan Jordán -al catalán lo acompaña la mala suerte y también ha sufrido antes la mofa del respetable-. Es su forma de comunicar las nuevas órdenes. Pero en esta ocasión se entretuvo más de la cuenta el jefe del centro del campo y además se detuvieron en el gesto del futbolista leyendo las cámaras de DAZN, con lo que se multiplicó el efecto siendo además ante el Barcelona: todo cobra muchísima más trascendencia.

El fútbol es el deporte rey por su capacidad de trascendencia social. Cuando se acerca la Cuaresma en Sevilla, en Twitter hubo más de un guasón que aprovechó la imagen de Joan Jordán leyendo el papelito de marras para recordar gestos vinculados a la Semana Santa: el capillita ojeando el programa (léase pograma) ante la preciosa cruz de guía de la cofradía de Los Caballos (vulgo, la Exaltación; perdón, es al contrario); el famoso Tío del Papel del misterio del Señor de la Sentencia (el judío que lee el edicto de Pilatos condenando a muerte a Jesús); Joan Jordán con un costal y leyendo los relevos...

Aquí se han recogido algunos, también hay memes (como se los llama ahora a esos montajes jocosos difundidos en las redes sociales) con guasa de la mala. Y ésos es mejor dejarlos en el tintero infame de las redes sociales.

También los hay meramente futboleros, como el que dice "que nadie se la pase a Lamela", por el horrible partido que estaba haciendo el argentino, que incluso reconoció que entró muy mal desde el banquillo tras el descanso.

En fin. Que una derrota, si viene acompañada con algún gesto proclive al sarcasmo, invita a que el personal, al menos, se solace. Mejor la ironía que la ira. Que no se pierda la guasa... pero la buena.