Nianzou, una ecuación por resolver

El francés, muy condicionado por su elevado coste y su irregular rendimiento, demostró en la segunda parte con el Getafe que hay materia que aprovechar a sus 22 años recién cumplidos

La esperada jerarquía de Saúl en un púber Sevilla

Nianzou observa el balón en un rondo junto a Lukébakio. / Juan Carlos Vázquez

La ecuación de Nianzou sigue sin cuadrar en el Sevilla. No hay quien resuelva la incógnita para que cuadre por un lado el elevado coste anual de su ficha y por otro lado el rendimiento. Precisamente la fuerte inversión que hizo por el central francés el club de Nervión en agosto de 2022 sigue apareciendo como un lastre que emborrona cualquier apreciación que pretenda ser objetiva.

También su muy irregular rendimiento y la incertidumbre que deja en cada intento de regate o cada salida en falso al espacio. Son manchas que lo acompañan, mientras que el condicionante de la edad se suele dejar en el tintero. Porque Tangouy Nianzou (París, 07-06-2002) tiene apenas 22 años, cumplidos hace nada, pese a que el sevillista de a pie puede hasta estar cansado de verlo tras dos temporadas aciagas. Y por ahí, por su juventud, y por las cualidades que tiene ve García Pimienta que hay materia prima.

El peso de relevar a Koundé

Por un lado está el gravoso coste anual del ex futbolista del Bayern Múnich, que llegó por Koundé. Pesan mucho los 16 millones de euros que dio permiso a pagar el comité de dirección a instancias de Monchi por un jugador que entonces tenía 20 años y venía a sustituir a un titán. También pesa la alta ficha que le firmaron, una de las más altas actualmente tras dos mercados, enero y verano, en clara rescisión. Un sueldo que impide siquiera que salga cedido para que continúe su formación.

La consecuencia es que ha permanecido en la plantilla esta temporada de renovación con el aval del entrenador, quien ve en sus virtudes el contrapeso de la balanza para que el resultado de la ecuación sea finalmente positivo. Hasta ahora, siguen pesando mucho más las dudas.

Un baluarte en la segunda parte

Aun así, contra el Getafe se vio durante el propio partido una evolución de Nianzou que invita a la esperanza, cuando ya parecía un caso perdido. El joven central volvió a dejar pistas de que como último hombre es un cable pelado, aunque el error más grosero fue de su compañero en el eje de la zaga, Marcao, que propició la única ocasión clara del Getafe, el disparo al poste de Uche.

Posteriormente, Nianzou se rehízo e incluso participó con un buen pase rompiendo líneas en el 1-0, al inicio de la jugada. Pero cuando se produjo la epifanía de Nianzou fue en la segunda parte. Se erigió en un baluarte, se creció conforme el equipo de Bordalás buscó al Sevilla, y más aún tras la expulsión de Juanlu.

Nianzou, según las estadísticas de Whoscored, realizó seis despejes, una entrada y un robo y tuvo un 88,7% de acierto de pase. Ahí pesó algún error en el inicio del partido. Y también dio dos balones largos, uno el susodicho de la jugada del gol. Sólo realizó una falta.

Casi inédito junto a Badé

A su peculiar situación no ha ayudó que García Pimienta lo eligiera como titular en el primer partido, en Las Palmas junto a Gudelj, y luego lo sacara del equipo, mediando un gol en propia puerta en un desesperado intento de despeje tras una acción mal defendida por los compañeros de zaga.

Hasta la quinta jornada no volvió a contar con él, junto a Marcao. En Vitoria podría repetir como titular el joven francés. Con Badé ya disponible y Marcao con fractura nasal, la duda es si el técnico lo ubicará junto a su compatriota siendo ambos diestros y más hechos a jugar en el perfil derecho de la zaga. Pocas veces se han visto juntos los dos galos, Badé y Nianzou.

Si el rendimiento contra el Getafe pesara más que ese matiz técnico, debería jugar. Y podría hacerlo con una nueva pareja, porque, y ése es otro condicionante, el Sevilla no acaba de dar con una zaga fija. Quizá Nianzou ofrezca una solución.

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