Que el motor siga rugiendo
Sevilla FC
La duda de Ocampos, ausente dos sesiones seguidas, pone a prueba una mejoría en el nivel de intensidad en la que también son claves Soumaré, Isaac y En-Nesyri
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Quique Sánchez Flores ha logrado elevar el nivel de energía del equipo, lo que ha permitido al Sevilla salir airoso en duelos complicados, como el que libró el pasado domingo ante el Atlético de Madrid. Su entrenador, Diego Simeone, lo avisó en la previa de dicho encuentro, que acabó con victoria de los nervionenses con un tanto de Isaac. “Es un equipo que ha ganado en intensidad y será un partido muy duro”, vino a decir el argentino, que sabe que el actual Sevilla, con la presión de Isaac Romero y En-Nesyri arriba, con Soumaré y con Ocampos se convierte en un adversario que promete guerra y que ha ganado en el último mes en raza.
Lejos ha quedado, afortunadamente, aquel equipo frágil, blando y sin ritmo con un Rakitic sin la velocidad de antes y muchas veces con Fernando en el once. Ante el Atlético, un equipo que precisamente no es una madre, el Sevilla logró salir ganador en el 57% de los duelos, algo bastante llamativo y que empujó lógicamente lo suyo para lograr que los tres puntos se quedaran en casa.
Ahora, Quique Sánchez Flores está pendiente de uno de sus hombres con más peso específico en el equipo y quien imprime un carácter especial como es Lucas Ocampos. No ha entrenado el argentino en la presente semana por unas molestias, pues se ha ausentado en las dos sesiones que el grupo ha llevado a cabo miércoles y jueves (lunes y martes hubo descanso), por lo que las alarmas de algún modo se han encendido.
El extremo sufre un problema en los isquiotibiales que han necesitado cierta descarga de trabajo, ya que el esfuerzo en el partido ante los de Simeone, en el que mantuvo varios pulsos en carrera con Marcos Llorente y con Nahuel Molina, fue bastante intenso.
Las galopadas de Ocampos son marca de la casa en ataque y en defensa también realiza una función importante. Además, en los dos últimos partidos el de Quilmes ha desempeñado una función muy específica con un doble rol de extremo en ataque y lateral de una defensa de cinco cuando el equipo está en fase defensiva que hace que la zaga se sienta más protegida con Acuña metido como un central más.
Ocampos, en principio, no está descartado para el partido ante el Valencia, en el que el Sevilla buscará seguir su buena racha de resultados, pero la baja del argentino en dos sesiones de trabajo le resta posibilidades, está claro. El entrenamiento de este viernes, el último antes de la visita a Mestalla, será fundamental para saber si el preparador madrileño puede contar con una de las piezas mágicas para dotar de caballos de potencia a un motor en el que también cumple una función de desgaste y trabajo el francés Soumaré, mucho más potente cuando Agoumé se ha situado a sus espaldas.
Otro tema es la dupla que forman Isaac y En-Nesyri como primera línea de presión atosigando la salida de balón del rival cada uno a su estilo.
Reajustar y reforzar el entramado defensivo, junto con la consigna clara de que la defensa no pierda la espalda y centrales diésel como Badé y Sergio Ramos tengan que correr a campo abierto o hacia atrás, ha sido el gran logro de Quique en los últimos partidos. De ahí que la presencia de Ocampos, por todo lo que significa en el Sevilla sea una parte importante.
El argentino es un incombustible y aunque muchos aficionados a veces se desesperan con sus imprecisiones a menudo fruto de su aceleración, es un baluarte que da mucho en el juego aéreo, en carrera y para ganar las segundas jugadas. Una pieza clave para que el motor siga rugiendo.
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