La cabra tira al monte... y la que no, al corral
García Pimienta es un técnico que proclama un fútbol alegre, pero que se tira a cualquier charco a firmar un empate
Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante el Athletic

Ya buscaba García Pimienta su décimo empate, otro duelo con la portería a cero, un concepto que se le afeaba a Manolo Jiménez cuando ganaba 1-0 y que ahora con el barcelonés se elogia por el simple hecho de no perder. ¿Que no eran las mismas plantillas? Cierto, pero con el arahalense fue el Sevilla tercero con Mosquera y Crespo de laterales todo el año y con Duscher y Romaric en la sala de máquinas, con todo el respeto al argentino y al costamarfileño, dos jugadores que han sido igualados por muy pocos de los que han llegado después, cada uno a su manera y en la función que tenían que cumplir.
El Sevilla, ante un Athletic con suplentes (ocho jugadores nuevos respecto a los que ganaron a la Roma), no fue capaz de demostrarse a sí mismo nada. Volvió a relucir que es un equipo con el freno de mano echado, ralentizado por sus propios complejos, como la cabra que tira al monte, que en este caso, por su nula ambición y su obsesión por no perder, acaba tirando más al corral que a la montaña.
García Pimienta buscó otra vez amarrar un punto –se puede comprobar en los minutos y la naturaleza de los cambios–, lo que siempre acaba castigado por la ley del fútbol: un gol a balón parado cuando el final está cerca.
Defensa
El cuerpo técnico confía excesivamente en el sistema defensivo y eso es muy osado con esta plantilla. Con jugadores muy jóvenes y otros muy justitos de calidad el porcentaje de fiabilidad no es como parece. Es un espejismo engañoso apoyarse en que sólo había llegado una derrota, y ante el Barça, en 2025. Un rival con tablas europeas exige mucho más. El centro del Athletic empujó, Iñaki sometió a Pedrosa y Berenguer hizo lo que quiso con Carmona (por no hablar ya de cuando salió Nico).
Ataque
En un partido en casa es donde hay que poner el foco. El Sevilla de García Pimienta no tiene argumentos ofensivos. Valverde es un técnico suficientemente experimentado como para anular a proyectos de estrella como Lukébakio si a éste no lo rodean correctamente para atraer defensas. Con Ejuke es mucho más fácil. Lo de Isaac ya suena a broma de mal gusto. Al menos, es lo que debe pensar la afición sevillista.
Porque lo repita una y mil veces el entrenador, no es verdad que el Sevilla mejorara en la segunda parte. El plan es no tener plan. El ataque posicional no tiene automatismos ni mecanismos con los que el Sevilla sea capaz de generar superioridad numérica en zona alguna del campo. Y en el fútbol no se gana de otra manera.
Virtudes
No se puede negar que los jugadores tienen compromiso y les duele esto.
Talón de Aquiles
El Sevilla es un equipo que proclama un fútbol alegre y ofensivo, pero que se tira de cabeza a cualquier charco a firmar un empate. Y eso, al final, pasa factura.
Uno por uno
Nyland Evitó, una vez más, un desastre mayor.
Carmona Parecía que lo tenía todo controlado (es una ironía) ante Berenguer, hasta que apareció en escena Nico Williams.
Badé Un buen central sin más. Correcto y que comete pocos errores, y en estos partidos se nota. No sale en la foto, pero no evita tampoco casos complicados.
Kike Salas Depende mucho de la dinámica del equipo. Pero su valentía y su calidad se nota en acciones como la que le sacó a Iñaki Williams. Otros evitan cruzarse y salir en la foto.
Pedrosa Iñaki Williams le creó conflictos y en ataque no apareció como suele.
Agoumé No se le puede culpar de la derrota. Sostuvo bien al equipo y va a más. Es un jugador recio, poco vistoso, pero efectivo. Y con la dificultad de estar prácticamente solo en labores defensivas.
Sow No sobresalió y vio una tarjeta que le privará de estar en el derbi. Labor oscura.
Saúl Otro paso atrás. Una buena ocasión con 0-0 y un salto irresponsable para hacer penalti,
Lukébakio Valverde acertó en su plan para frenar al belga, que apareció en contadas ocasiones.
Ejuke Otro que comprobó que todo el monte no es orégano en esta Liga. Se salió muy pocas veces de la red y no encontró la continuidad en su brillantez.
Isaac Romero Ya se ha dicho casi todo de él. No luce estando solo y menos en casa, donde los rivales le generan superioridades numéricas.
Lokonga Habría que preguntarse si era lo que necesitaba el equipo y depende de para qué. Si era para aguantar el 0-0 puede que sí.
Juanlu Su polivalencia es una virtud, pero existe el peligro de que acabe perdido, sobre todo cuando no sabe a qué atenerse, pues pasa de fijo a prescindible.
Vargas Poco tiempo.
Akor Adams ni se le vio.
Idumbo Entró muy tarde.
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