De Monchi a Víctor Orta: La herencia de plantillas infladas de 2019 a 2024
El Sevilla se halla con el mismo problema que se encontró su ex director deportivo hace cuatro años, cuando también había muchos contratos de alto coste y bajo rendimiento: la inflación crónica
La abrupta rebaja de ingresos por el bajón en las competiciones deja un panorama complejísimo, con jugadores mucho menos cotizados que en 2019
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El Sevilla del proyecto de la regeneración se encuentra en mucho peor situacion que el que halló Monchi cuando regresó a Nervión en 2019. Entonces, el actual presidente de operaciones del Aston Villa tuvo que hacer una gran revolución sobre la plantilla que había heredado de sus dos años fuera, durante su aventura frustrada en la Roma.
El mejor director deportivo de la historia del club de Nervión volvió con muchos bríos de la mano de José Castro, con mando en plaza, y le dio la vuelta a la plantilla con a un calcetín. O quizá no tanto, porque no pudo deshacerse de todos los futbolistas que no encajaban en su nuevo proyecto. Siempre lo reconoció Monchi: le quedó como una espinita y el Sevilla tuvo que acarrear aún con parte del coste de muchas nóminas de cedidos que tuvo que encajar aquel verano de 2019. Víctor Orta quizá no tenga tanto que colocar, pero la actual plantilla tiene menos mercado y mucho más coste proporcional para el club.
Los grandes traspasos de 2019
Las primeras operaciones que realizó Monchi entre aquella primavera y verano de 2019 fueron los grandes traspasos de Muriel, Sarabia y Ben Yedder. El primero dejó sobre 20 millones, unos cuatro menos que lo que costó un año antes. El segundo, 18 millones de euros casi limpios, pues su llegada al Sevilla tres años antes fue a coste mínimo, por el descenso del Getafe. Harina de otro costal fue lo de Ben Yedder al Mónaco, que a través del súper agente Jorge Mendes logró colocar en Nervión el fichaje más caro de la historia del club por rendimiento y coste: Rony Lopes (25 millones). El delantero francotunecino dejó en las arcas menos cantidad que Sarabia, pues fue traspasado por 40 millones y Rony Lopes costó al Sevilla 25. Y a eso había que restarle la amortización de los 9,5 que pagó en 2016 el club blanquirrojo cuando fichó a Ben Yedder del Toulouse.
Tras aquel esfuerzo ímprobo de la renovación de la plantilla en 2019, Monchi reconoció que había tenido que luchar contra el lastre de una herencia envenenada: una gran cantidad de futbolistas de alto coste y bajo rendimiento con contratos largos. Herencia de la etapa anterior de Óscar Arias, apenas una temporada, y más aún de Joaquín Caparrós, que cesó al año también como director de fútbol desengañado del trajín del mundo de las agencias de representación. Pero él reincidió en esa nefasta ecuación durante sus cuatro temporadas entre 2019 y 2023.
Hasta el final de aquel mercado Monchi estuvo colocando futbolistas de un modo u otro. Y tuvo que conceder muchísimas cesiones compartiendo coste de las fichas de los futbolistas en muchos casos. A préstamo se fueron Sergio Rico al PSG; Gnagnon, al Rennes; Kjaer y Arana, al Atalanta; Corchia, al Espanyol; Amadou, primero al Norwich y en enero al Leganés, para terminar rescindiendo su contrato en enero de 2021; Roque Mesa, al Leganés...
Un Sevilla con la lupa de LaLiga
Esas cesiones y alguna rescisión acarrearon coste, pero el Sevilla entonces no tenía problemas de límite salarial. Todo lo contrario que ahora, cuando debe enjugar un desajuste de unos 50 millones de euros para poder inscribir a nuevos jugadores antes de septiembre. Casi nada. Es la consecuencia de la súbita y abrupta rebaja de ingresos por la mala clasificación en la Liga, la pronta eliminación de la Champions y la no clasificación para Europa.
Ahí LaLiga no entiende de barcos y rebajará hasta menos de 75 millones de euros el coste total, amortizaciones incluidas, de la plantilla del Sevilla para la temporada 2024-25. Y ahora, a diferencia de 2019, el Sevilla no tiene tantos futbolistas cotizados, pues los que lo estaban han envejecido y además su rendimiento, como el del equipo ha bajado. Y esa deriva no sólo no la coartaron ni Monchi ni los consejeros delegados del club, Castro y Del Nido Carrasco, sino que provocó la ruptura entre el director deportivo y la cúpula ejecutiva que terminó con la marcha del gestor técnico isleño.
Algunos de los actuales futbolistas, además, están en último año de contrato: Dmitrovic, Acuña, Augustinsson, Delaney, Óscar Rodríguez... Peor son los casos de Januzaj, Rafa Mir y Joan Jordán, que fue renovado en caliente tras el episodio del derbi hasta 2027... Todos son herencia de Monchi y con eso debe lidiar ahora Orta, cuya primera temporada sólo ha dejado más incertidumbre aún. En-Nesyri, su mejor valor, tiene ahora un coste similar a las cifras que dejaron hace cinco años Sarabia, Muriel o Ben Yedder. Así que toca tirar de imaginación, muchísima, para ir colocando descartes. Y sin poder compartir coste de cesiones.
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