SEVILLA
El encendido de las luces de Navidad, en directo

Con la misma sencillez

Víctor Navarro

03 de agosto 2017 - 02:33

Sevilla/Bajo una tremenda ovación de más de 15.000 aficionados saltó Jesús Navas de nuevo al Sánchez-Pizjuán como jugador sevillista. Con el 16 a la espalda, un dorsal emblemático para la entidad por el inmortal recuerdo de Antonio Puerta, el palaciego quiso agradecer sobre el césped durante muchos minutos a los miles de aficionados que, durante horas, habían aguardado a las afueras del estadio para la presentación de una estrella que regresa a su casa.

Acompañado por su hijo, el nuevo emblema blanquirrojo se paseó sobre el césped y comenzó a dar golpes al balón para demostrar que aún maneja la clase que nunca demostró haber perdido, lo que se tradujo en el éxtasis de la grada, que lo despidió con el himno del centenario como telón magistral.

Antes, Jesús Navas compareció en sala de prensa para su presentación más formal ante los medios de comunicación. Escoltado a su derecha por José Castro, presidente de la entidad, y a la izquierda por Óscar Arias, director deportivo, encontró camuflado entre los periodistas a un viejo conocido como Frederic Kanoute, historia viva del sevillismo y que lo acompañó en muchas de las tardes de gloria del equipo; juntos formaron una pareja temible, uno con sus centros y otro con sus remates.

Pero sus primeras palabras fueron para el público que después lo esperaría con los brazos abiertos. "Me siento muy feliz, la afición en todo momento me ha demostrado este cariño. Es por eso que tenía muchas ganas de volver. Cumplo otro sueño más", comentó el canterano, que a sus 31 años no parecía haberse marchado nunca, pese a que hace cuatro que hizo las maletas para marcharse a Mánchester a defender la camiseta del City.

Su vuelta a casa no fue sencilla. Las negociaciones se extendieron, quizás, más de lo esperado, aunque en la cabeza del palaciego sólo estaba una cosa cuando terminó contrato con los británicos el pasado 30 de junio: volver jugar en el Sevilla. "Hubo otras opciones", confirmó. "Pero esperé hasta el final porque quería volver aquí. Quería disfrutar con el equipo, con la afición...", continuó.

Ayer tuvo ya una pequeña muestra de lo que le espera cuando el Sánchez-Pizjuán ruja en los partidos oficiales. Lo hará con el 16 de Antonio Puerta a la espalda. "Sé lo que representa y por eso siempre lo llevo en el recuerdo. Él tenía unos valores increíbles y lo tendremos siempre presente", avanzó.

La madurez le ha dado galones. Aunque mantiene ese espíritu sencillo de cuando despuntaba en las categorías inferiores del equipo hispalense. "¿Un apelativo? Creo que lo que me ha hecho llegar hasta aquí ha sido la humildad y tener los pies en el suelo", resolvió, y por ello considera "un orgullo" que su rostro esté en el exterior del Sánchez-Pizjuán como una de las grandes leyendas de la historia del club.

De hecho, ésa es una de las muchas cosas han cambiado desde su "hasta luego" cuatro años atrás ("han puesto wi-fi en la ciudad deportiva", bromeó). Tal es así que no queda ningún jugador con el que compartió vestuario en su primera etapa. Por eso puede aportar ahora muchas cosas que ha aprendido durante su estancia en Inglaterra. "Vengo a ponerlo todo al sevicio del equipo", aseguró.

Navas, además, pasa de comparaciones con Vitolo. ¿Siente más presión por tener que cubrir la baja del canario? "Él es él, y yo soy yo. Vengo a darlo todo. Ya saben cómo trabajo, cómo entreno cada día. Por ello no será", explicó el canterano.

Es por ello que se le preguntó por la charla con Eduardo Berizzo, su nuevo entrenador. "Me ha pedido que siga como vengo jugando, aportando dinamismo y velocidad. Lo que yo quiero es jugar y le he dicho al míster que en el Manchester City he estado hasta de lateral", recordó el nuevo dorsal 16 sevillista.

¿Y cómo regresa Navas? "Han sido casi dos meses sin actividad. He entrenado por mi cuenta, pero debo ponerme las pilas porque vienen partidos importantes", aseguró con las miras puestas en la eliminatoria de Liga de Campeones: "Marcará el devenir de la temporada".

Pero los objetivos son grandes. A sus espaldas como sevillista quedan ya seis títulos -dos Copas de la UEFA, dos Copas del Rey, una Supercopa de Europa y otra Supercopa de España- que todavía aspira a que sean muchos más. Porque el palaciego ha mostrado su ansia de mantener la línea ascendente que el equipo sevillista ha mostrado en los últimos años.

Porque Jesús Navas aseguró que, pese a los casi 2.000 kilómetros que separan Mánchester y Sevilla, él siempre ha seguido las andanzas del equipo de su corazón. "El año pasado estuvo peleando con los de arriba hasta que se descolgó al final", comentó el canterano.

"Al final cualquier equipo te puede ganar. Tenemos que seguir esta línea porque se puede pelear por todo", aventuró Navas instantes antes de vestirse de corto y saltar al césped a recibir el cariño y el calor de las más de 15.000 almas que se dieron cita un 2 de agosto por la tarde para recibir a su ídolo, que regresa a casa tras cuatro años fuera.

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