Un mercado con más ruido que fuego real
A diez días del cierre, la llegada de Rubén Vargas por Jesús Navas es el único movimiento en la plantilla, en la que las posibles ventas de Lukébakio y Badé pierden fuerza
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Ya sabemos que esto puede cambiar en horas, pero de momento el mercado de invierno en el Sevilla no obedece a las expectativas creadas, ni en traspasos ni en llegada de refuerzos. Lo único que se ha cumplido, a diez días mal contados para el cierre de la ventana de inscripciones, es lo que pedía García Pimienta desde la marcha de Ocampos. La llegada de un extremo era lo que machaconamente repetía una y otra vez como prioridad el entrenador barcelonés cada una de las muchas veces en que se le ha preguntado desde septiembre hasta la fecha.
La presencia del suizo Rubén Vargas, junto con el adiós de Jesús Navas, ha sido el único movimiento en la plantilla, más allá del cambio en la ficha federativa –de canterano a profesional– de José Ángel Carmona. Lo demás, todo han sido especulaciones, con fuertes rumores en el caso de Badé y Lukébakio que cada día que pasa pierden más fuerza. Todo hay que decirlo.
El atacante belga, en clara vena goleadora, aseguraba a este mismo periódico esta semana que los sevillistas pueden estar tranquilos porque, “cien por cien”, se va a quedar al menos hasta el próximo verano. Y en lo que se refiere al francés y a la oferta del Aston Villa, las negociaciones parecen enfriarse ante las altas pretensiones económicas del Sevilla y lo que el club inglés pone encima de la mesa a la hora de la verdad.
El Sevilla, haciendo cuentas de todo lo que conllevaría desprenderse de Badé, ha tirado alto, por encima de los 30 millones, y ahí el club de Birmingham tiene sus reservas. El Sevilla sabe que si vende al francés debe fichar un central y la entidad está muy lejos de la regla del 1:1 con el límite salarial. De cada millón en ventas podría destinar a fichajes sólo el 20% y el 60% en salarios. Además, al Rennes le correspondería un porcentaje de la plusvalía y tampoco hay que olvidar los créditos firmados, pues hay una parte en factoring que repercute en los ingresos por traspasos, aunque eso, tarde o temprano, hay que pagarlo.
Por ello, la situación se ha enfriado, si bien es cierto que tampoco había tomado tanta temperatura. Se hablaba que el Aston Villa llegaba a los 21 millones con algunos más en variables. A lo sumo, sobre 25 o un poco más. Para el Sevilla, que invirtió 12 en la opción de compra de Badé, hace que no le salgan las cuentas.
Y en lo del delantero tampoco hay avances. Sí tanteos, como al que hemos asistido con el plante de Juninho Vieira o los sondeos con Alerrandro, pero todo está en manos de Iheanacho. La dirección deportiva entiende que, con el equipo eliminado de la Copa y fuera de peligro en una única competición, la Liga, puede que lo más prudente sea tirar con lo que hay si el nigeriano no libera su ficha y, sobre todo, si Lukébakio no se mueve.
Lo de Valentín Barco parece frenado –aunque acabará saliendo– por el cambio de entrenador en el Oporto, el club que se había interesado por él, y ayer también surgía la posibilidad del regreso de Marcao a Brasil ante el interés del Gremio de Porto Alegre, que pidió la cesión abierto además a incluir una opción a compra, pero el jugador insiste en quedarse.
Con lo cual, cuando quedan diez días para el cierre del mercado –el lunes 3 de febrero a las 23:59– todo puede pasar, pero también que las cosas se queden más o menos como están. O que, como otras veces, haya mínimas variaciones pero inesperadas.
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