Un mercado en cuarentena
Sevilla FC
La situación de incertidumbre económica en los clubes, abocados a reducciones de empleo y rebajas salariales, obliga a replantear la estrategia de fichajes mientras los rumores no cesan

Mientras la pandemia de Covid-19 y las prioridades sanitarias y de movilidad siguen mandando en nuestras vidas, pensar en el fútbol, en cómo acabarán las competiciones, continúa siendo un tema secundario pese a que las guerras entre Rubiales, Tebas y Aganzo den a entender que el futuro del fútbol está en sus decisiones. Mucho más baladí es ahora mismo la situación del mercado de fichajes, en el que los profesionales no saben a qué atenerse, puesto que mientras los contratos televisivos estén suspendidos nada de lo que se diga tiene valor real.
La rumorología sigue su curso como si nada hubiera ocurrido, pero los verdaderos protagonistas de esta historia saben que ni siquiera lo que está escrito en los contratos se sabe a ciencia cierta si tendrá validez.
Mientras se siguen escribiendo páginas y piezas y piezas en internet sobre un posible regreso de Rakitic al Sevilla, un jugador por el que su club pide como mínimo 20 millones de euros y que triplica en su sueldo al del futbolista que más cobra de un club que acaba de presentar un ERTE que afecta no sólo a la plantilla del primer equipo sino a 360 trabajadores, podría decirse que todo vale en este tiempo de estado de alarma.
Pero la realidad es otra bien distinta y la realidad es que los profesionales de la gestión en el fútbol, entre comillas, se ríen de estas informaciones que nos tienen entretenidos. Hoy en día nada es como hace un mes en el fútbol y hasta que la situación económica en Europa no empiece a volver a la normalidad no se sabrá a ciencia cierta las consecuencias de esta gran crisis sin precedentes en la historia.
Los clubes tratan de adaptarse a una nueva situación que pone en serio peligro su subsistencia y su realidad ahora mismo es hacer malabares para poder abonar las nóminas de unos profesionales pagados en muchos casos por encima de sus posibilidades. Dando gracias en muchos casos a que el Fair Play financiero impuesto por la UEFA y los límites salariales han puesto un tope a los gastos, aun así hay muchos clubes que van a tener problemas importantes.
En el entorno del Sevilla se sigue hablando de posibles fichajes y posibles traspasos en unas cifras que ahora mismo no son reales porque el mercado ha dado un vuelco y las cláusulas de rescisión puede decirse que han dejado de tener validez, no legal, pero sí real.
En el Sevilla continúan señalando a Diego Carlos y a Ocampos como los reyes de este mercado gracias a sus millonarias cláusulas de rescisión, pero lo cierto es que, pese a lo que se publica, nadie sabe ahora mismo qué clubes en realidad se van a lanzar a la aventura de pagar cantidades importantes que lastren una economía que no son capaces de asegurar.
En el caso del Sevilla, más problema es, por ejemplo, para sus gestores cómo van a asumir la cantidad de sueldos que el club tiene diseminados por el mundo entre jugadores cedidos. Dicen que en gran parte el ERTE presentado por el club viene motivado por este asunto nada nimio, pues el Sevilla tiene como mínimo a once profesionales de primer nivel, con salarios y fichas de élite, diseminados por Europa y también en Uruguay (Carballo).
Amadou, Gnagnon, Aleix Vidal, Roque Mesa, Kjaer, Sergio Rico... son algunos de los ejemplos más claros de la plantilla paralela que Monchi tendrá como patata caliente dentro de dos meses, suficiente como para preocuparse y tener que dibujar varios escenarios diferentes, cada cual más caótico y en el que en ninguno de los casos entraría la vuelta de Rakitic. De momento.
En el Sevilla, una de las medidas pensadas ha sido potenciar los informes de jugadores locales, algo que en lo que se refiere al filial se está suscribiendo a jugadores de ligas locales que reduzcan el gasto al mínimo.
Ayer se vinculaba al Sevilla nombres como Tacatito Corona, valorado en más de 30 millones de euros, cuando las cotizaciones de Transfermakt, que si ya antes no tenían ningún valor real, ya no lo tienen ni estimativo. El mercado, a día de hoy, está en poder del virus.
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