Un pulso tan firme como claro su final
Planificación Sevilla Fc
El Sevilla reconoce contactos con el Barça e insiste en que su postura con Lenglet es exigir el cheque en la sede de LaLiga con los 35 millones.
La planificación necesita dinero líquido y no un acuerdo puede que más favorable, pero a la larga.
El Sevilla –y hace bien– se mantiene firme en mostrar sólo una vía posible a Clement Lenglet para abandonar el Ramón Sánchez-Pizjuán. Después pasará lo que tenga que pasar y el mismo club lo asume en las declaraciones de algunos de sus empleados, como MarchenaMarchena, o en lo que transmite, por ejemplo, a sus nuevos jugadores. Ibrahim Amadou, protagonista relegado a un rincón en su presentación por el asunto estrella, el futuro de Lenglet, también lo da por perdido. “Me hubiese (dijo en pasado) gustado poder jugar junto a él al menos una temporada”, decía.
Pero el pulso es el pulso. Y la postura del Sevilla, la oficial, tan firme como tan claro el final de toda esta historia. A José Castro y a Joaquín Caparrós se les llenó la boca ayer para exigir al Barcelona el único camino posible: ingresar un cheque en la sede de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) por valor de 35 millones de euros.
“Es verdad que me llamó el presidente del Barcelona y que me dijo que tenían intención de incorporar a Clement Lenglet, pero nosotros tenemos muy claro que no lo vendemos y que sólo hay una fórmula para que salga, que es pagar en la Liga de Fútbol Profesional la cláusula de rescisión. Lo tenemos tan claro y meridiano que lo queremos renovar y se lo hemos dicho al jugador, que tiene una oferta encima de la mesa. ¿Que si sé lo que va a hacer el Barcelona? No... no sé lo que va a hacer el Barcelona. Ya no sabemos nada más”. Así de claro fue José Castro ante la primera pregunta sobre el asunto, de momento, del verano.
Lo secundaba poco después su mano derecha, Joaquín Caparrós, director del área de fútbol, y quien añadía un matiz importante: mientras el pago de la cláusula no se produzca, Lenglet entrenará a las órdenes de Pablo Machín en la ciudad deportiva e irá a la pretemporada con el resto del equipo a Benidorm. “He hablado con él, estuvo ayer con nosotros, con el presidente... El Sevilla no quiere traspasarlo, ha hecho su reconocimiento médico y tendrá que entrenar. Y si no hay noticia tendrá que viajar. En el fútbol hasta que la tela (el dinero) no esté en la Federación –lo corregía por detrás Castro diciéndole, ‘en LaLiga’– no hay nada que decir”.
En todo esto subyacen varios puntos importantes de entender. Uno, el Sevilla y el actual presidente, tras casos anteriores en los que recibió críticas por ceder a las presiones de los jugadores (Krychowiak o Gameiro) y negociar con el PSG y el Atlético acuerdos que al final eran más satisfactorios, necesita no dar de nuevo esa imagen. La diferencia es la proyección de los jugadores: diferentes casos del medio polaco y el punta francés, cercanos a los 30 años, con el de Lenglet, con 23.
Dos, el Sevilla necesita dinero líquido para poder fichar, lo que un acuerdo con el Barcelona para evitar el trámite del pago de la cláusula y los gravámenes fiscales –no obstante, cambiaron a mucho más flexibles hace un par de temporadas– no haría posible en las condiciones que querría el club sevillista pese a que posiblemente lleve a la larga más ingresos. Para empezar, el Barça ya ha deslizado que incluiría tres millones más para pagar los derechos de formación al Nancy, lo que elevaría a 38 millones la cuantía de la operación. Si se incluyeran variables por objetivos, como suele ser habitual, estas cantidades irían fluctuando. Sin embargo, la letra pequeña llega con los pagos aplazados. A todos los clubes les supone un grandísimo esfuerzo hacer frente de golpe a cantidades así, incluso al Barcelona.
Pero igual al Sevilla, que necesita fichar y necesita... dinero en caja. Ya han llegado dos centrocampistas y un portero, pero aún es evidente que Machín espera como agua de mayo un central y un nueve y las cantidades de las que se habla no son pequeñas.
Y, evidentemente, el caso de Lenglet se puede extrapolar perfectamente al de Steven N’Zonzi, quien, aunque con otro talante, está presionando al Sevilla igual para su salida. La postura del Sevilla, lógicamente, es idéntica.
“N’Zonzi tiene dos años de contrato. Está en el Mundial, sólo queda él de nuestros representantes y a partir del viernes somos todos de Francia. Pero ahí no hay tutía. Pertenece al club y no se habla nada más”, se apresuraba a avisar Caparrós cuando le recordaban que su padre ha comunicado al Sevilla su intención de salir en el presente mercado.
Ése fue y es el meollo, la sustancia... de todo el acto organizado ayer por el club de Nervión para presentar a su primera cara nueva. El baile ha empezado y las partes toman posiciones. Lo demás es simple palabrería. Los elogios desmedidos a lo bien que trabaja la secretaría técnica, las carreras y “los gestos” que antes hacía Caparrós en el césped y cómo ahora dirige la planificación, las carreras que antes “Paco Gallardo daba por la banda y ahora por los pasillos detrás de Jesús Arroyo”, la “fichajitis”, esa enfermedad que sume en una suerte de locura en esta época del año al aficionado y a gran parte de la prensa...
El verano ha empezado. Pasen y vean. Y sobre todo, escuchen y no se asusten.
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