Mejor el Sevilla con tres centrales y dos puntas

Sevilla-Celta | Informe técnico

La oportuna corrección de García Pimienta en el intermedio procuró un equipo más compacto y agudo

Iheanacho, junto a Jesús Navas en una jugada que corta el árbitro.
Iheanacho, junto a Jesús Navas en una jugada que corta el árbitro. / Antonio Pizarro

Saber rectificar a tiempo y enmendar un error es una virtud de todo entrenador que se precie. La autocrítica es muy saludable siempre y más en el deporte profesional. Xavi García Pimienta corrigió su feo borrón de la primera parte, con el inoperante Iheanacho como roma punta de lanza en un 4-3-3 donde los medios naufragaron. Al entrar el ariete García Pascual, que empezó a ganar balones y hostigar a los centrales, Lukébakio se metió a su altura, al tiempo que la zaga cambiaba a tres centrales y Jesús Navas y Kike Salas echaban una mano en el medio. Y el Celta ya no tocó ni salió con la alegría de la primera media hora.  

Defensa  

Ocurrió lo previsible, que Iago Aspas fuera omnipresente en la zona de gestación del juego, enganchando entre líneas y buscando ese pase definitivo. El gran delantero de Moaña siempre interpretó ese papel de actor principal en el Ramón Sánchez-Pizjuán y con más razón lo iba a hacer si enfrente tenía la oposición de un centro del campo tan feble en la resta, en la recuperación del balón. Con Jesús Navas abierto a la derecha, Lukébakio a la izquierda e Iheanacho con un trote pesado que no iba a ninguna parte, los tres mediocampistas, además, pocas veces encontraban un respaldo por delante para esas pequeñas batallas que se libran en la medular y que van decantando el juego para una parte u otra.  Montiel, desde atrás, fue el único que ganó metros para paliar la inferioridad numérica de los medios sevillistas. Y se notó la ausencia del primer defensor, Isaac Romero.

Ataque  

Entre esos tres inoperantes medios de blanco, con Agoumé sin querer ni ver la pelota y perdiendo casi todos los duelos en zona clave, Manu Bueno arrugado y desubicado y Saúl con bajo ritmo aún, era muy difícil surtir de balones a Jesús Navas-Montiel por la derecha y a Lukébakio por la siniestra. El belga apareció en la primera parte en un balón largo que no despejó un central y se llevó soltando un flojo tiro, poco más.

Con ese 4-3-3 tan invertebrado, poco fútbol fluyó de las botas sevillistas. Una acción de extremo a extremo, que acabó en un tiro de Saúl que repelió Guaita. 

La entrada de García Pascual hizo que el Sevilla jugara por fin con once piezas útiles. Además, explotó sus virtudes físicas para desestabilizar a los centrales olívicos. El cambio a tres centrales también hizo que el Sevilla apretara más y mejor y con ello, los medios aparecieron por la corona del área: ahí estuvo Manu Bueno hasta que aprovechó a la tercera un balón parado.   

Virtudes  

Supo rehacerse en el intermedio para igualar las fuerzas en el plano táctico y el ardor por dedicarle la victoria al gran capitán hizo el resto. 

Talón de Aquiles  

No es de recibo que un director deportivo apueste por Iheanacho, un jugador que es sólo pasado.

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