Marcao, un problema endémico de difícil solución

El central, tras un arduo trabajo con apoyo psicológico, cambio de hábitos y ayuda de los técnicos, debe empezar de cero al quedar estigmatizado contra la Real Sociedad

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Marcao, en el Algarve este verano, en su primera convocatoria con García Pimienta.
Marcao, en el Algarve este verano, en su primera convocatoria con García Pimienta. / AFP7 / Europa Press

Con Marcao, por ahora, el Sevilla no ha podido llevar a cabo el aserto de hacer de la necesidad virtud. El pasado 17 de julio, durante la presentación de Saúl como nuevo refuerzo, Víctor Orta fue preguntado por los descartes que había realizado García Pimienta para el primer amistoso de pretemporada. Se trataba de Januzaj y Joan Jordán, cedidos luego con elevado coste para las arcas sevillistas,... y Marcao. “No vamos a hablar de nombres propios, pero tenemos un plan y lo teníamos claro, los jugadores lo sabían, los que no jugaron lo sabían”, reconoció el director deportivo sevillista sin querer referirse directamente al central brasileño por si finalmente no lo podía colocar. No lo colocó y ahora nadie podrá extraerle nada con su nombre asegurando que era un descarte... Pero la realidad es que lo era. Y ahora se ha convertido en un problema endémico de incierta solución. Ante la Real Sociedad quedó estigmatizado.

La situación de Marcao ha ido cambiando desde aquel 17 de julio hasta ahora. Transcurrió el verano y una pequeña lesión muscular del brasileño puso aún más cuesta arriba su posible salida, para la que la principal cortapisa es su elevada ficha y su amortización pendiente desde que lo fichara Monchi, junto con Nianzou, en el verano de 2022 como relevo de Diego Carlos tras la venta de éste y Koundé. 

Luego empezó su calvario con las lesiones. Hasta siete de diversa consideración, pero todas de carácter muscular, ha tenido Marcao. Se veía fuera en verano, tras dos temporadas sin continuidad. “Tras dos años muy difíciles al pasar por lesiones, estar cerca de la familia me ha ayudado y luego mi psicóloga. Pensaba que era una tontería y cuando pasaron los momentos difíciles me ayudó a pasar por este proceso”, reconoció en los medios del club recientemente el jugador, que donde admitió que tuvo que cambiar “hábitos como la alimentación, los entrenamientos...”, explicó. 

Ante esta situación, y viendo que el futbolista ponía todo lo que podía de su parte “para estar mejor este año”, la dirección deportiva, en consenso con el cuerpo técnico, le dio la vuelta a la situación. En lugar de condenarlo a un ostracismo interior, fue elevado a la categoría de capitán.

Debutó con el brazalete con poca fortuna frente al Girona (0-2), después de que quedase retratado en el gol de Ayoze al final del Sevilla-Villarreal (1-2). Jugó contra el Getafe y sufrió una pequeña fractura nasal. Reapareció con máscara ante el Valladolid y, tras quitársela, fue expulsado en el minuto 90. Durante esa fase se asentó la pareja Badé-Nianzou. Y en cuanto se han lesionado éstos, Marcao volvió al once y quedó muy señalado por el absurdo penalti que cometió frente a la Real Sociedad. Lo señaló el entrenador sacándolo del campo, y luego con buenas palabras, y lo señaló la afición pitando. Fue muy llamativa su imagen al final del partido, solo, en el banquillo, como si tuviera que empezar de cero.

García Pimienta apostó por él este verano... a la fuerza. Si no podía salir, había que aprovecharlo. Pero la realidad es que cuando ha estado disponible Nianzou ha preferido a éste incluso para el perfil izquierdo, cuando es diestro.

Contra la Real, Marcao tuvo que hacer de Nianzou: jugó siendo zurdo en el perfil derecho. Y el resultado quedó plasmado en la superioridad de la Real, en las dificultades para sacar la pelota de atrás, en el penalti, en el cambio y los pitos. Ahora la incógnita es cómo solventará el técnico este problema, ya endémico, en Leganés.

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