Marcao, ¿camino de un nuevo caso Gnagnon?

Pretemporada Sevilla FC

El defensa brasileño, que es uno de los que el club querría perder de vista, llega de las vacaciones en un estado de forma que dista mucho de lo que debe ser un futbolista profesional

Marcao charla en el primer día de entrenamientos con uno de los nuevos miembros del cuerpo técnico
Marcao charla en el primer día de entrenamientos con uno de los nuevos miembros del cuerpo técnico / Juan Carlos Muñoz

El Sevilla tiene un problema serio con una serie de jugadores a los que desearía perder de vista, sobre todo a sus sueldos. Es además algo que urge para poder reducir la presión sobre el limite salarial de la Liga, excedido muy sobradamente. Pero no es nada fácil. Los nombres están en mente de todo el mundo y no sólo es Rafa Mir. Dmitrovic, Januzaj, Joan Jordán, Óscar Rodríguez y, cuando lleguen, Delaney, Augustinsson... Pero también Marcao. El brasileño cayó con el pie izquierdo desde su llegada. Monchi, que fue el que lo fichó, confirmó que aterrizó con una lesión antigua de su época en el Galatasaray. Después, la exigencia de los entrenamientos en España (muy diferente al ritmo de la liga turca) le hicieron entrar en una rueda en la que su musculatura saltaba por los aires continuamente. Y eso fue precisamente de lo que avisó Lopetegui, el primero que lo vio entrenarse en Sevilla. Tenía problemas para aguantar el ritmo físico y a la primera sesión mínimamente exigente su musculatura protestó. Después, tras dos roturas, pasó dos veces por el quirófano.

Marcao siempre fue un jugador pesado. Tiene problemas de desplazamiento y se le vio enseguida en cuanto tuvo que competir. Lo suple con inteligencia y recostándose en donde es fuerte, en la anticipación y la reducción de los espacios. Con metros a su espalda está perdido.

Pero el estado en el que ha regresado de las vacaciones pone en seria duda que pueda ser un jugador al que puede meter en el carril García Pimienta. Visiblemente pesado en el primer día de entrenamientos en el Sevilla, su situación empieza a parecerse demasiado a la que vivió en Sevilla Joris Gnagnon, otro al que caló muy rápido Lopetegui y herencia de la época de Caparrós en la dirección deportiva. Y ya sabemos cuál fue el final del francés en Nervión. Tras alguna cesión al club al que se le pagaron 15 millones de euros, acabó siendo objeto de un despido disciplinario por su falta de profesionalidad, ya que los abogados del Sevilla lograron demostrar que, pese a los intentos y al plan que le encomendó el nutricionista -por cierto, víctima de los reajustes económicos también- no fue capaz de estar en el mínimo estado de forma exigible para un futbolista profesional. El jugador recurrió y todo acabó favorablemente para el Sevilla.

El Sevilla, según se ha comentado en varios foros, está estudiando la posibilidad de desligar a algunos de estos descartes finiquitando sus contratos...

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