La lucha de Quique contra una herencia envenenada

Uno de los fallos recurrentes de la plantilla que se le echó en cara a Monchi después del formidable éxito inicial de su apuesta en Julen Lopetegui de la revolución que realizó en su regreso en 2019 fue que no corrigió con el paso del tiempo el exceso de jugadores con buen pie y poco dinamismo. Conforme los años fueron cayendo sobre futbolistas de escaso corte físico, de mediocampo hacia delante, y mucho talento técnico hasta el punto de sentirse más seguros con largas posesiones el defecto se fue acentuando. Y eso sucedió al tiempo que un futbolista como En-Nesyri, por ejemplo, empezaba a atascarse con el juego cada vez más posicional.

El defecto se acentuó con Jorge Sampaoli hasta límites que obligaron a su destitución por su incapacidad para corregir el vicio de jugar la pelota desde la defensa, con errores que costaban puntos. José Luis Mendilibar le dio la vuelta como a un calcetín al ideario. Pero con Diego Alonso el Sevilla volvió a las andadas. Y ahora Quique Flores trata de extirpar el veneno.

En la comparecencia previa al partido con el Atlético de Madrid, retranqueada hasta el viernes, dos días antes, gran parte de su discurso versó sobre el asunto del dinamismo, la energía, el juego al espacio... Quique llegó a mostrar su irritación por ese juego al pie. "Hay que crecer desde el orden y luego es un equipo (el Sevilla) que tiene que aprender desde el orden a soltarse. Pero soltarse sabiendo dónde están los espacios y con mucha movilidad. El hecho de jugar al pie me irrita. Jugar al pie sin buscar la portería contraria, me irrita. Hemos encontrado un ataque rápido que nos da soluciones y ahora debemos encontrar un ataque posicional que nos dé soluciones y tiempo de control".

Se refería con ese hallazgo de un ataque rápido a lo expuesto en Vallecas con el regreso de En-Nesyri acompañando a Isaac en la doble punta. "Hemos encontrado mucha acción arriba juntando a Isaac y En-Nesyri. Mucha acción y mucha energía. Es una pareja que va a poner en problemas a las defensas, corren bien a los espacios, con claridad, llegan bien al área y tienen resolución. Hay que confirmar que esas sensaciones iniciales son buenas y que pueden sostenerse".

En su amplia comparecencia y ante la lejanía aún del partido, abundó en ese ideario que quiere inculcar a su plantilla, incluso puso como ejemplo el Athletic, por su energía, otro concepto que reiteró como clave. "Lo más importante es que los mecanismos funcionen, y para que funcionen se necesita mucha energía y mucha capacidad. Tienes que buscar los espacios, anticipar los movimientos, cuándo tienes que saltar, si quieres bascular, si quieres el bloque adelante, si quieres apretar, cerrar pases interior… O tienes energía, o no vas. Un ejemplo muy bueno es el Athletic de Bilbao, que siempre juega con el mismo sistema, pero con una energía que parece que tiene defensa de ocho en lugar de cuatro. Y eso es cuestión de energías y de mecanismos".

Incluso al ser preguntado por Idumbo Muzambo, que desde que llegó está a sus órdenes, y de Mateo Mejía salió a relucir la idea del dinamismo. "Son chicos ágiles, con hambre, con mucho dinamismo. Conozco más a Idumbo, que entrena todos los días con nosotros. A Mateo lo hemos tenido menos días con nosotros. Hacen todo lo que les pedimos. En el filial están demostrando su nivel y pueden aportar al primer equipo". Llevan dos goles cada uno.

También habló de la zaga, pero ahí anduvo con menos ahínco sobre las necesidades del equipo, aun con la baja de Agoumé. "No puedes estar lamentándote y poniendo excusas. Se ha caído Agoumé y hay un espacio para que otro jugador tenga una oportunidad", indicó.

A todo esto, llega nada menos que el Atlético de Madrid. Quizá no sea el partido más idóneo para calibrar si el Sevilla se olvida del juego al pie, del que abomina Quique, porque respetará al Sevilla. "Es un grande y como tal lo trataremos", dijo De Paul ayer. ¿Y qué espera Quique? "Espero un partido muy trabado, muy disputado, muy enérgico. Espero un partido con pasajes parecidos a los que ya hemos tenido (en la Copa). El Atlético de Madrid sí cambia de sistemas e incluso dentro de un mismo partido. Aquí siempre ha sido un partido grande, un partido duro, y esperemos que nos adaptemos a todo eso".