¿Y a quién le importa Siria?
Un leve golpe de timón
Berizzo aceptó variar su innegociable 4-3-3 hacia un 4-2-3-1 y dar seguridad a un equipo con la confianza tocada.
El Spartak calibrará el acierto del cambio.
Sevilla/Como cantó Antonio Machado al olmo seco, en su esperanza de otro milagro de la primavera, al Sevilla de Eduardo Berizzo "algunas hojas verdes le han salido" con su leve golpe de timón para lograr un triunfo con prurito de catalizador. De alguna forma, el entrenador argentino revitalizó a su equipo, que presentaba graves síntomas de una enfermedad que podía ser letal, con la variación de su hasta ahora innegociable esquema de juego. El recurso al doble pivote, ese tibio giro táctico con N'Zonzi y Pizarro en paralelo para dar más seguridad al equipo, salió bien, en principio.
A Berizzo, al que se lo ha acusado de tozudez táctica, siempre se le ha conocido un dibujo muy reconocible, un 4-3-3 en el que dos de los centrocapistas actuaban de interiores y otro de pivote defensivo. Con matices, claro, porque los dibujos son esbozos. Y este mismo Sevilla ha jugado ya a ratos con Pizarro y N'Zonzi juntos, si bien el argentino se ubicó de seis y el francés de ocho, y actuaron en paralelo alguna vez como en Liverpool. La diferencia es que en esta ocasión N'Zonzi fue seis y Pizarro también fue seis, si cupiera la duplicidad de dorsales. Y la idea cuajó en un primer periodo en el que el Sevilla abrió así el camino del triunfo. Otro asunto es que luego fuera irregular en la puesta en escena.
En este partido ante el correoso Leganés de Garitano concurrían varias circunstancias. La primera podría atender a una mera cuestión de confianza. Desde que N'Zonzi se lesionase en San Mamés, el centro del campo había sido superado de manera tan obscena en Moscú y Valencia que hacía falta una revolución, pero sin traicionar la filosofía del técnico. La segunda es anímica: el Sevilla estaba dando señales de falta de confianza tras el refrendo en Mestalla del desastre ruso. Sin seguridad, con miedo a ser apabullado en cada pérdida de balón, no podía seguir el Sevilla. Y la tercera puede que tuviera que ver con el regreso precipitado de N'Zonzi como salvador: venía de un mes sin jugar desde su lesión en Bilbao, con dos días de entrenamiento.
Todo ello coadyuvó a la decisión de Berizzo de traicionar su dibujo. Y le salió bien ante un equipo que llevaba siete partidos sin perder de nueve disputados. El Sevilla estaba obligado a ganar en su vuelta a casa después de un largo mes sin el calor de su gente, que también transmitió esa desconfianza, ese miedo que se atisbaba en el equipo, de forma alarmante.
Ahora bien, el giro táctico no es la panacea que cura todos los males. En este equipo subyacen otros problemas. Quizá por esa inseguridad fallase tantos goles cantados en el área contraria, y no sólo ante el Leganés, o perdiese tantas pelotas en las transiciones defensa-ataque, como si le faltasen automatismos para el contragolpe, o se descompusiese por los nervios y concediese demasiados centros al área... O quizá haya un mal de fondo en el sistema. De momento, ante el Spartak se le ofrece la obligatoria ocasión de refrendar el giro de sistema. La continuidad en la Champions está en juego y todo lo que no sea un triunfo sería desandar el camino andado, dar un paso atrás tras el paso adelante. Y lo que hay atrás es el precipicio...
Corchia se entrenó tras superar su sobrecarga; Correa es duda
Los dos cambios obligados de Berizzo ante el Leganés, dos sustituciones que trastocaron su plan de relevos y refrescos durante el partido, no tienen lesiones graves. Corchia sufrió una sobrecarga de la que se ha recuperado, hasta tal punto de que ayer ya se ejercitó como uno más en la sesión matinal de la plantilla, si bien hizo ejercicios de descarga junto al resto de titulares del encuentro del sábado. En cambio, quien no se ejercitó, en espera de que se le hagan pruebas médicas específicas, fue Correa. El cuerpo médico sospecha, y así se lo comunicó a Berizzo, que puede sufrir una elongación en la zona de los isquiotibiales, producto de un encontronazo con la pierna extendida con Amrabat. Es duda para recibir al Spartak.
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