De la lentitud habitual con Rakitic al fallo de Sergio Ramos a pesar de su amor propio

Retorno a la derrota de los sevillistas en un partido que se aplazó en septiembre y entonces se acogió con agrado por todo el entorno por haber evitado la cuarta derrota consecutiva en la Liga. Han salido ya dos entrenadores, Mendilibar y Diego Alonso, pero Quique Flores sigue teniendo la tarea de ahormar un equipo, algo que quedó claro contra el Atlético que aún no existe.

Rakitic | No es casualidad que el Sevilla ataque peor con él en el eje

Los números indican que cuando Rakitic está en el eje del centro del campo el Sevilla se convierte en uno de los equipos que más veces centra del lateral de LaLiga. Y tiene toda su lógica, no es nada casual, al ritmo que juega el suizo las defensas tienen tiempo de sobra para formarse y a los blancos no les queda otra opción que buscar las bandas para el pase. Volvió a la titularidad tras su sanción y el fútbol era de nuevo más pastoso, además de algunas pérdidas con peligro.

Sergio Ramos Mal despeje en el gol, sus compañeros deberían aprender de él que le da coraje perder, al menos

Le salió mal el despeje al primer intento de centro de Marcos Llorente y prácticamente dejó solo a su ex compañero en el Real Madrid para que éste batiera a Dmitrovic. Está claro que ya no es el central infalible que llegó a ser, pero sus compañeros deberían aprender una lección del veterano, su amor propio, su rebelión ante las derrotas. Transmite que le duele, al menos.

Dmitrovic | Esta vez salvó a los suyos de caer mucho antes

Ha sido criticado en algunas ocasiones por sus errores, pero el guardameta está subiendo el nivel en los últimos partidos y en el Metropolitano fue el responsable de que el Sevilla no comenzara perdiendo prácticamente desde el minuto 2 del encuentro. Morata se plantó ante él en una pared demasiado fácil al borde del área y evitó el gol con su salida. Después salvó otro ante Marcos Llorente.

Januzaj | Rostro de fatiga con un cuarto de hora escaso

Tanto el belga como Rafa Mir fueron dos soluciones perniciosas incluso para los intereses del Sevilla. El gigante de Cartagena no se sabe si llegó a tocar algún balón siquiera, al menos con algo de peligro ninguno. Pero es que el extremo, que sí puso un centro lateral, transmitía que estaba tremendamente fatigado con su rostro cuando jugó un cuarto de hora con el alargue.