La Junta de esta tarde, abocada a otro intento frustrado de José María del Nido
El Consejo controlará la asamblea de hoy al denegar el juez las cautelares para nombrar un presidente neutral y Benavente puede pedir otra Junta extraordinaria o tirar por la vía penal
Desestimadas las cautelares para que un presidente neutral dirija la Junta
Sevilla/A primera hora de la mañana de ayer saltó una noticia que acerca otra Junta General de Accionistas del Sevilla con más ruido que nueces, con más exabruptos que cambios: el juez denegaba las cautelares que solicitaba José María del Nido Benavente para que fuera un presidente neutral, al margen del Consejo, quien dirigiera la asamblea que empieza esta tarde en Fibes a eso de las seis de la tarde. De hecho, el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Sevilla considera que el Consejo está legitimado absolutamente, lo que hará que José María del Nido Carrasco vuelva a llevar la voz de mando si la cúpula del club lo estima oportuno.
A Del Nido Benavente se le escapó otra baza para imponer el peso específico de sus más de 32.000 acciones, más las de sus adeptos, y la Junta será, pues, como aquellos días calcados que sufría Bill Murray en la película Atrapado en el tiempo, el conocido popularmente como día de la marmota: Del Nido padre exigirá su derecho a voto, que para ello es el máximo accionista de la entidad con más de 32.000 títulos, y así plantear la remoción del Consejo para la anhelada revolución que planea con “el IBEX 35 de Sevilla” como respaldo financiero; y Del Nido hijo, o el vicepresidente Pepe Castro si es quien toma el micrófono, actuará para volver a bloquear ese voto.
De nada le sirve al ex presidente que la justicia le haya dado la razón cuando denunció que no lo dejaran votar en las Juntas del 4 de diciembre de 2023 y del 18 de marzo del pasado año –refleja el auto del 7 de enero que el Sevilla “privó ilegalmente de su derecho de voto a las acciones propias o representadas por D. José María del Nido Benavente que fueron en su día agrupadas”–, pues es papel mojado. Hoy toca otro combate cuerpo a cuerpo.
Según avanzó ayer Cope Sevilla, el racial abogado que presidió el Sevilla hasta su ingreso en prisión se ha planteado ya obviar la vía mercantil y acudir a la vía penal si de nuevo se le deniega su derecho a votar esta tarde. Y por supuesto, siempre va a poder añadir otro eslabón a la cadena y solicitar la enésima Junta Extraordinaria en cuanto pueda.
También volverá a tachar de “okupas” a los consejeros no afines a su causa, que son todos excepto Enrique de la Cerda, y les afeará los numeros realmente feos, espantosos, que arroja la gestión del ejercicio 2023-24 por parte del consejo.
¡81,7 millones de pérdidas!
Cada número rojo que lancen Del Nido y también otros accionistas no afines al abogado pero muy críticos con el Consejo, que los hay y no pocos, será un dardo certero y doloroso al Consejo: 81,7 millones de euros de pérdidas arroja el balance del ejercicio 2023-24, unas cuentas que todo apunta a que no van a ser aprobadas de nuevo; 167,2 millones de euros de pérdidas acumuladas en los últimos cuatro años –41,4 millones en la 20-21, 24,8 en la 21-22, 19,3 en la 22-23 y 81,7 en la 23-24; 65 millones de fondos propios negativos; y sobre todas esas cifras ominosas, ese crédito de 108 millones de euros solicitado y que planea como un enorme buitre negro dando círculos sobre la vertical del club.
Por supuesto que volverá a salir a escena la soldada que perciben los rectores, por mucho que se hayan rebajado los emolumentos a la mitad los consejeros –de 50.000 a 25.000–, pues los 600.000 euros anuales que cobra el presidente José María del Nido Carrasco y los 450.000 euros que a su vez percibe Pepe Castro, que son sueldos de altos ejecutivos de empresas de postín, contrastan una enormidad con el balance de resultados de esos gestores.
Cada vez más desmarcados
Precisamente esa soldada es uno de los puntos en los que convergen a Del Nido, sus delfines y los accionistas que no transigen con la vuelta del expresidente al “sillón de don Ramón Sánchez-Pizjuán”. El colectivo Accionistas Unidos, por ejemplo, sigue con su cruzada para que los consejeros cobren un fijo sensiblemente menor y que el resto sean variables en función de un rendimiento societario que hoy es una quimera. Representarán a unos mil accionistas, unos 8.300 títulos y su postura, cada vez más crítica con el consejo –votarán no a la gestión del ejercicio 23-24, aunque se abstendrán en las cuentas– es la de muchísimos sevillistas ajenos a esa agria lucha entre Del Nido y Del Nido: un clamor por un cambio consensuado y mientras, santiguarse por el futuro de un club a la deriva. “En el nombre del padre, del hijo y...”.
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