Jesús Navas: "Quería mostrar lo que es el Sevilla y lo que queremos que sea"
A escasos días de un homenaje que estará lleno de “sorpresas”, Jesús Navas analiza su carrera y el medio año de su retirada, “seis meses que han sido un regalo”, y desgrana el “legado” que ha querido dejar en Nervión
La orfandad que deja en el Sevilla Jesús Navas
Se acerca el último gran baño de masas de Jesús Navas González (Los Palacios, 21 de noviembre de 1985). Un gran acto de homenaje colectivo a la mayor leyenda que ha vestido la camiseta del Sevilla, durante 705 partidos oficiales. El hombre de los ocho títulos con el Sevilla (15 en total), el de todos los registros y logros inalcanzables. El mayor embajador del club de Nervión desde la sencillez y la humildad a pesar de ser el internacional español que atesora más títulos, cuatro (un Mundial, dos Eurocopas y la Liga de Naciones).
Acudirán ex compañeros, ex entrenadores, ex directivos, del Sevilla y de otros clubes, que también invitó a Manuel Pellegrini, su primer técnico en el Manchester City antes de que Pep Guardiola lo descubriera como lateral derecho, y a Joaquín, una especie de hermano futbolístico en la otra ribera futbolera. Estará también José María del Nido, cuya sanción ha sido aplazada por el Sevilla hasta después del gran homenaje a Jesús Navas, quien lo tiene claro e igualmente “lo invitaría”. “He estado con él mucho tiempo”. Será uno más en un acto que pondrá a rebosar de emociones el Ramón Sánchez-Pizjuán el próximo lunes. Ya retirado del fútbol después de los 16 partidos jugados –vaya guiño– en media temporada, el mito analiza ese momento y su carrera.
–Ha pasado de ser el que más centros daba al que más autógrafos firma…
–Voy asimilando estos momentos y estas emociones que me vienen sin parar. Y disfrutándolos.
–¿Ha tenido sueños o pesadillas con su despedida o mejor dicho sus despedidas?
–Ya para mí estos seis meses han sido un regalo sabiendo los problemas que tenía. Llevo varios años con el problema, pero en este último ha ido a más y ya para mí haber podido volver a entrenar y a jugar ha sido algo muy grande.
–¿En qué momento se dio cuenta de que tenía que dejarlo? ¿En qué momento se dijo ‘no puedo seguir’?
–No sé. Sí sé que en este último año y medio fue a más. El dolor ha ido a más. Terminaba los partidos y no podía andar apenas y ahí ya se complicó. No podía seguir.
–¿Esperaba haber jugado más este medio año o se va contento?
–Yo lo que quería era estar con ellos, con los compañeros. Veníamos de dos años muy difíciles y yo quería estar con el equipo, a pesar de mis problemas, en esta transición… Ayudando a los más jóvenes y que vieran lo que es el Sevilla.
–¿Lleva la cuenta de los años que se llevó en el Sevilla desde la llamada de Pablo Blanco?
–Sí, empecé a los 15 años. Y no se me ha hecho largo. Al revés. Se me ha hecho corto mirándolo ahora. Para mí jugar al fútbol es lo máximo, disfruto con ello y por eso he jugado hasta los 39 años en el Sevilla y también en la selección. Vivo por darle alegrías a mi Sevilla. Y si no hubiera sido por la cadera habría seguido, seguro. Para mí ya era muy difícil decir hasta aquí. Pero no es algo nuevo, llevaba cuatro años con ello y ya no podía más.
–¿Qué personas lo han marcado en este vasto y prolífico trayecto desde los 15 años?
–Bueno, mi abuelo, que me llevaba a entrenar. Mi familia. Luego mis niños, mi mujer… Esos valores que me han enseñado me han ayudado a seguir siendo el mismo desde el primer día para seguir siendo el mismo.
–¿Y algún entrenador?
–Sí. Caparrós fue el que me dio esa oportunidad de cumplir el sueño de jugar en el primer equipo. Y siempre voy a estarle agradecido. Pero he tenido muchos entrenadores y de todos he aprendido.
–¿Tiene fresco su debut en el Sevilla?
–Sí, claro. Fue con Caparrós en Montjuïc. Entré por Paquito Gallardo y a raíz de ese momento hemos conseguido muchas cosas...
–Luis de la Fuente se volcó con usted en su última etapa en la selección, que coronó además con su segunda Eurocopa, su cuarto título con España justo antes de colgar las botas. Lo ha puesto como ejemplo y referencia para los nuevos valores, por su humildad, por entrenar cada día como si fuera el primero...
–Esta última etapa ha sido de muchísima alegría. Me he llevado muchísimas alegrías. El cariño que nos tenemos mutuamente es muy grande. Él estuvo conmigo en el Sevilla en juveniles y luego en esta última etapa ha sido increíble y hemos conseguido esos títulos como guinda.
–¿Se puso nervioso la última vez que saltó al Sánchez-Pizjuán o esos nervios del debutante quedaron atrás?
–Al final la afición que tenemos es única y te hace vibrar. Juegas con esa emoción y con esa alegría de darlo todo. Es lo que intenté transmitir también hasta el último día.
–¿Quién cree que se alegrará más por colgar las botas? ¿Su mujer, su madre, sus hijos…?
–Bueno, ellos llevan tiempo viéndome con esos dolores y no creían que pudiera estar estos últimos seis meses ya. Ya me veían caminando que no podía a veces y que es increíble la fortaleza que estaba teniendo. Ellos se alegran porque al final pude seguir jugando al fútbol aunque fuera seis meses más.
–¿Qué diagnóstico concreto tiene su problema en la cadera? ¿Una artrosis, la clásica degeneración articular por desgaste?
–Es el desgaste. Son muchos años centrando y hay veces que estaba mejor. Pero al final cuando jugaba un partido entero era muy complicado porque han sido muchos impactos, saltos y ahí ya se sufre más. No sé si es artrosis o qué palabra médica. Pero es una situación que te bloquea. Se bloquea la cadera y cuando hago un centro cerrado o el cuerpo está en otra posición que no es la normal me quedo ahí bloqueado.
–García Pimienta dijo al principio de su llegada que trataría de convencerlo para que siguiera pero tuvo que tirar la toalla. La Naturaleza manda…
–Él me ha visto entrenando y sabe de mi problema y de mi situación. Se ha sorprendido de mi situación y de cómo he estado ahí, entrenando y sin querer salirme de ningún entrenamiento. Ya eso para mí era espectacular. Quería mostrar lo que es el Sevilla y lo que queremos que sea siempre. Es un problema de salud. Es algo que tengo ahí y no estás al máximo nivel y así no se puede en un club como el Sevilla.
–¿Qué siente cuando escucha o lee que es una leyenda viva del Sevilla?
–Suena fuerte. No termino de asimilarlo… Quizá cuando pase todo y con el paso del tiempo me daré cuenta de lo que he conseguido. Pero sí he notado el cariño de todo el mundo y espectacular.
–¿Porque para usted qué significa el Sevilla Fútbol Club?
–Para mí el Sevilla lo es todo. Es mi vida, es todo. He disfrutado del fútbol y de darle alegría a mi afición, del cariño de todo el mundo… He crecido como persona… Todo.
–¿Va asimilando el día después? ¿Con las botas colgadas y el dorsal 16 reservado en un marco en su casa de Los Palacios?
–No, no estoy preparado todavía para ese momento. Debe pasar el tiempo. Pero es lo que hay, a todos nos llega ese momento y trato de asimilarlo.
–¿Qué va a echar más de menos? La rutina de los entrenamientos, entrar en el vestuario del Sánchez-Pizjuán y ver su taquilla con ese dorsal 16 tan significativo, saltar al césped y sentir la vibración de la afición, pelear en una carrera con un rival?
–Al final todo. Es toda una vida haciendo fútbol y disfrutando de ello. Levantarte, venir a entrenar, tocar el balón… Va a ser complicado, la verdad.
–¿Ha pensado ya en cuál va a ser su papel a partir de ahora en el Sevilla?
–No, no lo he pensado siquiera todavía. Son muchas emociones y no quiero aún mirar más allá. Es mi casa, es mi Sevilla, y se verá con tranquilidad. Ahora mismo no lo he pensado.
–Para el homenaje del día 30 van a venir muchos ex compañeros. Del Sevilla, de la selección… ¿Sabe ya quiénes van a unirse a su despedida o hay sorpresas?
–Algunos los sé. Algunos me han contestado a mí pero a otros los lleva el club… Hay muchos compañeros… Pero creo que debe ser una sorpresa.
–¿Qué momento es para usted el mejor de los mejores en el Sevilla… y el peor?
–En el Sevilla, bueno, la primera Europa League después de tantos años darle esa alegría a la afición... Todos los títulos son especiales… El Mundial, las Eurocopas… Y ha habido momentos muy duros también que he tenido que superar y las pérdidas de Reyes y de Puerta. Intentamos darlo en el campo todo. He llevado el dorsal de Puerta y he intentado todo por él en cada partido. Y eso es lo que tiene que ser, darle alegría a la afición por él.
–¿Y quién echará más de menos a quién? ¿El Sevilla a Jesús Navas o Jesús Navas al Sevilla?
–(Sonrisas) Bueno, no sé… Yo creo que los dos. Tanto la afición como yo nos vamos a echar de menos porque nos tenemos un cariño muy grande.
–¿Qué mensaje les da al Sevilla y al sevillismo?
–Al equipo sobre todo que se quede con ese legado que yo he intentado dar cada día a pesar de mis problemas, darlo todo en el campo hasta el último día… Y que ellos hagan lo mismo, que la afición lo va a agradecer. Que se esfuercen y lo den todo por esta camiseta.
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