Jesús Navas, un héroe contra el tiempo y contra la artrosis
El capitán del Sevilla, con una lesión por desgaste de su cadera, ya es el sevillista más longevo en marcar, convertido ya no sólo en una leyenda, sino en un líder a sus 38 años
Sus lágrimas al final del sufridísimo partido fueron todo un símbolo de su lucha constante y de su impotencia por no haber podido seguir en el campo
El golazo de Jesús Navas: funcionó el laboratorio de García Pimienta
Quizá le faltaba eso después de haber dado tantísimo al Sevilla: marcar un gol triunfal, convertirse en un líder salvador. Lo consiguió el sábado 14 de septiembre de 2024, con el equipo nervionense metido en un lío importante al iniciar la nueva temporada sin victorias y con el sevillismo en pie de guerra contra la directiva, en un ambiente crispado, con el Ramón Sánchez-Pizjuán convertido en un volcán de emociones fortísimas. Jesús Navas jugó por primera vez de titular esta Liga y se erigió en el héroe absoluto del partido. Lo dejó todo hasta que su cadera no soportó más la tensión. Fue sustituido en el minuto 68 en medio de una tremenda ovación. El sevillismo se rindió a su héroe.
Nada más sentarse en el banquillo, Jesús Navas se aplicó hielo en la cadera derecha, con ilustrativos síntomas de dolor en su rostro. Pero en cuanto se le pasó el dolor saltó al área técnica una y otra vez. Cuando fue expulsado Juanlu, su sustituto. O en los instantes finales para templar los ánimos, dar instrucciones mientras el crono, lentísimo hasta el minuto 104, corría a favor del Sevilla, que seguía ganando gracias a su golazo. El cuadrágesimo que marca con la camiseta del Sevilla. Nadie en la historia del club había marcado un gol con tanta edad.
El sevillista más longevo en marcar
El palaciego, por si le faltaba algún récord que batir con la elástica blanquirroja, se convirtió en el sevillista más longevo en anotar un tanto. Lo hizo con 38 años, 9 meses y 15 días. Y superó así a Sergio Ramos, quien ostentaba dicho récord desde que marcase, también al Getafe, la pasada temporada en el Coliseum el día que cumplió 38 años.
Cuando Busquets Ferrer pitó el final del encuentro, Jesús Navas saltó a celebrar el ansiado triunfo sin poder reprimir las lágrimas de emoción. Era un llanto de sufrimiento, de rabia, de pulso contra el tiempo y contra su lesión de cadera, una dolencia que se ha cronificado y con la que lleva conviviendo desde hace cuatro años, un partido tras otro, con idas y venidas del dolor que le produce una artrosis fruto del desgaste de los cartílagos de la articulación superior de su pierna derecha, esa con la que tantos y tantos centros y regates ha realizado en sus 20 años en la élite, siempre sin esconderse, sin escatimar un esfuerzo ni una carrera desde su debut con la camiseta del Sevilla en el Sánchez-Pizjuán. Fue en un partido contra el Espanyol, el 23 de noviembre de 2003, día de San Clemente. Acababa de cumplir 19 años.
Jesús Navas (Los Palacios, 21-11-1985) anunció en verano, tras el episodio de su amago de adiós, que renovaba hasta diciembre de este año. No era una afirmación gratuita. Quiere ser el enlace entre el pasado y el futuro en una temporada complicadísima de transición en la que son necesarias las referencias como la suya. Ninguna mejor. García Pimienta ha comentado más de una vez que lo quiere convencer para que no cuelgue las botas en diciembre, aunque hasta la quinta jornada no lo ha puesto como titular, y de extremo. No dependerá tanto del deseo del técnico ni de los directivos del Sevilla como de su estado físico. Porque el dolor que le produce esa articulación desgastada durante casi un millar de partidos de élite no es asunto menor. Otro ya habría colgado las botas. Pero estamos hablando de Jesús Navas González.
963 partidos en la élite sin descanso
En estos 20 años que cumplirá en noviembre desde su debut en la Liga, el palaciego ha disputado 936 partidos de élite, divididos así: 692 con el Sevilla (506 de Liga, 47 de Champions, 66 de UEFA Europa League, 64 de Copa, 4 de Supercopa de Europa y 5 de Supercopa de España); 183 con el Manchester City (123 de Premier, 31 de Champions, y 29 entre FA Cup, Community Shield y Copa de la Liga); 56 con la selección absoluta y 5 con la selección sub 21.
Precisamente en la selección sub 21 dio la cara un incipiente problema que superó luego: sus crisis de ansiedad por verse en concentraciones alejado de su hogar. Dejó la selección, y en el Sevilla abandonó la concentración de Cartaya después de que el club intentara convencerlo de que se quedara, con sus familiares y su representante entonces, Jaime Rodríguez de Moya, acompañándolo en el hotel. No hubo manera. Fue en julio de 2005, con Juande Ramos y tras su temporada de asentamiento en Primera con Joaquín Caparrós. Aquel verano se vino de Cartaya a entrenar a Sevilla con el entonces preparador físico de cantera Agustín López Páez, ahora coordinador de cantera.
Sin aquel episodio, habría jugado incluso más partidos en la élite, con la selección sub 21 y con la absoluta, en la que tardó en entrar. Lo hizo ya tarde para su valía. No participó por ejemplo en la Eurocopa de 2008. Pero luego ganó el Mundial 2010 y la Eurocopa de 2012 en una primera etapa, y la Liga de Naciones 2023 y la Eurocopa de 2024, esta como segundo capitán. Ahora, retirado de la selección, ya sólo es un líder, una referencia, un héroe del Sevilla, con el que ha ganado ocho títulos de los 15 de su palmarés, tres en el City y cuatro con la selección absoluta. Y ahí sigue. Ahora la pregunta es... ¿por cuánto tiempo?
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