Ni la intensidad tapa los errores de concepto

El futbolista pone todo lo que tiene sobre el campo y trata de abstraerse de la crispación que baja de la grada y el entrenador intenta poner cierto orden dentro de lo que su sapiencia y experiencia futbolística –que es poca esta última– le marcan, pero todo el Sevilla en sí es un error de concepto. Pese a ello, la intensidad mantuvo al equipo compitiendo bastantes minutos, pero conforme fueron fallando las fuerzas y se iban yendo jugadores que más o menos tratan de medio mantener el muro en pie, éste se cae porque no tiene consistencia alguna.

García Pimienta, con la anécdota (por ser generosos, vamos a dejarlo en eso) de la primera titularidad de Akor Adams, planteó un duelo con mucha presión y muy arriba a la salida de balón de Atlético y un ataque directo en busca de los duelos aéreos del nigeriano cuando la forma de llegar no fuera el robo adelantado. Para ello, eso sí, apeló a una extraña opción para acompañar al punta en ese 4-4-2. En tres partidos ha variado en esa función de Saúl a Lokonga pasando por Juanlu en el derbi. Pero el belga no es un jugador ni dinámico para ello ni con el mínimo concepto ofensivo. Pero bueno, duró lo que duró y el plan –no se sabe si A, B o C– dio para competir al menos 45 minutos. Pero después todo se desmoronó al acabarse las fuerzas.

Defensa

El Sevilla planteó de salida un inicio defensivo muy agresivo que adelantó varios metros la posición de la defensa y el centro del campo. Eso logró aislar a Julián Álvarez y a Griezmann y generar cierta superioridad numérica en el centro del campo porque la posición de Lokonga con balón generaba incertidumbre en el Atlético, lo que permitió a Agoumé dar un paso adelante con libertad.

Pero en la segunda mitad el equipo fue dando pasos hacia atrás conforme iban cayendo soldados. Primero fue Vargas, luego Pedrosa, a Agoumé le costaba cada vez más llegar y tras su marcha, Sow también se lastimó. El resultado es que Isaac, increíblemente extremo izquierdo, mientras era Saúl el que presionaba arriba con Akor, era el menos indicado para tratar de tapar la conducción y el tiro de Barrios.

García Pimienta, aparte de ello, fue siempre a remolque en los cambios a causa de los problemas físicos. Tuvo que mover a Kike Salas, sacar a Gudelj (aunque fueron dos retoques que sumaron más que restaron)... pero acabó dejando muy libre el pasillo central justo después de haber basado su dominio ante un equipo como el Atlético precisamente en eso.

Ataque

Hubo buenos momentos, fruto la mayoría de ellos de la intensidad y las ganas de llegar antes que el rival, pero todo se diluyó. El Sevilla generó acciones, protagonizó muchos centros al área (con acciones de mérito de Ejuke, Salas, Lukébakio...), pero a Akor Adams se le anticiparon siempre.

Virtudes

La intensidad mientras duró.

Talón de Aquiles

Todo en sí es un error de concepto.