La ineficacia ofensiva llama a la desgracia en el Sevilla de Orta, Júnior y Pimienta
Valencia-Sevilla | Informe técnico
Una primera parte de dominio y llegadas por una eficaz presión queda en nada por la falta de definición l El 1-0 tras polémica arbitral deja k.o. a un equipo sin fútbol ante un rival ya replegado
Así jugaron los futbolistas del Sevilla ante el Valencia
El equipo de Nervión ha entrado en esa peligrosísima dinámica en que todo lo que puede salir en contra, sale. Sólo le faltó al hediondo guiso que Lukébakio se hubiera lesionado de cierta consideración en esa acción en que Javi Guerra le clava los tacos, de forma involuntaria, en el tendón de Aquiles. Primero mandó al sumidero varias llegadas prometedoras, sobre todo Isaac con un extraño golpeo de interior, desviado, cuando el remate pedía empeine plano, duro y cruzado; luego, no tuvo entereza mental para sobreponerse al desvarío arbitral del murciano Sánchez Martínez; y finalmente, dimitió del partido en una segunda parte ayuna de fútbol y de carácter para rebelarse.
Defensa
La valiente y eficaz presión adelantada del Sevilla hizo que en la primera parte apenas tuviera que defender replegado y posicionado. El peligro del Valencia llegó en sendos contragolpes. El primero no acabó en gol de milagro con el desdoblamiento de Diego López por la derecha, su centro raso y envenenado al corazón del área y el desvío de Badé a la cruceta al evitar el remate con todo a favor de Sadiq. Nyland repelió en la misma jugada el remate de Gayà (36’). El segundo contragolpe acabó ya en la jaula sevillista con el forzado remate tras recortar y caerse de Javi Guerra. Fueron sólo dos veces, pero con mucha pólvora.
En la segunda parte, poco tardó el equipo sevillista en abrir demasiados espacios entre sus líneas y el Valencia lo aprovechó para hacer transiciones rápidas hasta Nyland con Javi Guerra y Luis Rioja como hilos conductores. Es preocupante el bajón físico del grupo a la hora de juego de los partidos.
Ataque
Categórico: Lukébakio no puede ser el que resuelva los problemas cada partido y si él no lo hace, al Sevilla se le nubla la vista por completo cuando mira a la portería contraria. Remates blandos o centrados, cuando no desviados, o centros laterales al área cuando no hay un solo cabeceador. La falta de calidad en los últimos metros convirtió en una anécdota la fantástica presión con recuperaciones de los nervionenses en zonas adelantadas, donde con un par de pases, el fuego podía brotar ante Mamardashvili.
El triple cambio de Saúl por Lokonga, Idumbo por Isaac y Ejuke por Peque empeoró si cabe la producción ofensiva (el medio ilicitano jamás se comprometió en armar el juego unos metros más atrás de donde se desubicó) y el Valencia ya no perdió el control.
Virtudes
Esa presión eficaz de la primera parte.
Talón de Aquiles
Muy limitado en la definición, con mandíbula de cristal al encajar y sin fútbol en la medular ante rivales replegados.
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