Incertidumbre y cautela: el caso de Kike Salas y las apuestas
El club y su agencia de representación, que le prestaron inmediata asesoría jurídica y ayuda, se sorprendieron de una noticia cuyas consecuencias son muy inciertas
La escasa cifra de las dos apuestas que implican a Kike Salas
Como si el Sevilla fuera un remanso de paz, bombazo informativo al canto. Las ediciones digitales de toda España volaron con la noticia adelantada por El Confidencial: Kike Salas había sido detenido por un presunto amaño de apuestas sobre tarjetas amarillas que forzó al final de la pasada temporada. Los datos objetivos coincidían con tal acusación: vio siete amarillas –de las 10 en total– a partir de la jornada 30 de una Liga a cuyo final llegó salvado el Sevilla de Quique Sánchez Flores. Que estén acusados dos personas de su entorno en su pueblo, Morón de la Frontera, le daba el tono pintoresco y costumbrista al asunto. Ríos de tinta. Juicio paralelo. ¿Y la presunción de inocencia? Se va por el sumidero, como primera consecuencia de lo que parece una niñería de jóvenes alocados, una fechoría propia de esta era de apuestas digitales. El montante de las dos apuestas denunciadas es menor: una de 1.000 euros y otra de 5.000.
Pero tal niñería puede llevarse por delante la incipiente carrera del joven internacional sub 21. Kike Salas (Morón de la Frontera, 23-04-2002) acababa de renovar su contrato con el Sevilla hasta 2029 justo antes de Navidad. La noticia corrió como pólvora prendida en este cúmulo de estopa seca que es el Sevilla de hogaño. A todos cogió con el pie cambiado. La comparecencia de Víctor Orta tras presentar a Rubén Vargas era especialmente fría y tensa. El director deportivo estaba más lacónico que nunca mientras el presidente, José María del Nido Carrasco, no dejaba de atender a su móvil en la sala de prensa junto a José Castro y Gaby Ruiz, ayudante de Orta, también cariacontecidos. Había otro lío en el Sevilla.
El traslado por la Policía a Morón
La Policía Nacional se personó en la ciudad deportiva del Sevilla para llevarse a declarar a Kike a Morón de la Frontera, donde está siendo investigado como presunto implicado en forzar tarjetas amarillas para beneficiar a unos amigos apostantes. El joven central, canterano, sevillista de cuna y sobrino de un ex sevillista como Víctor Salas, terminó su entrenamiento y luego fue trasladado a declarar a la Comisaría de su pueblo. Se acogió al derecho a no declarar y fue puesto en libertad.
Está implicado en una investigación en la que hay indicios de que colaboró necesariamente con dos amigos suyos moronenses que se beneficiaron de unas apuestas no muy elevadas: de ahí que los premios tampoco lo sean. El jugador sevillista no está acusado puesto que no se ha beneficiado monetariamente de dichas apuestas. Los otros jóvenes sí están acusados de presunta estafa a la casa de apuestas que los denunció. De momento, Kike Salas sólo está implicado y cuenta con la presunción de inocencia que pidió respetar el club en un escueto comunicado. El Sevilla, además, en espera de acontecimientos, le ha prestado asesoría jurídica.
El comunicado del Sevilla
“El Sevilla FC, tras los hechos acaecidos este martes en relación a nuestro jugador Kike Salas, quiere mostrar su total respeto a los procedimientos judiciales. Igualmente, quiere destacar su respeto al principio de presunción de inocencia de nuestro futbolista. Naturalmente, el Sevilla FC condena cualquier conducta fraudulenta en el mundo del deporte y en particular las que puedan afectar a la integridad de la competición”, rezaba la escueta nota del club.
Desde el entorno del Sevilla trasladaron que el jugador “está muy tranquilo” porque se siente completamente “inocente” de esta presunta implicación. De su cuenta bancaria no salió ni entró ninguna cantidad que se pueda relacionar con ese presunto amaño que ha denunciado la casa de apuestas, según las mismas fuentes. Pero la investigación está ahí y sorprendió a todo el mundo. También a su agencia de representación, You First Sport. Loren del Pino se trasladó a Morón para asesorar a su representado y esclarecer el asunto, conocer los detalles de su declaración y la denuncia.
Antecedentes con sanción y sin sanción
Recientemente salieron a la palestra los casos de Lucas Paquetá, que sigue jugando en el West Ham, o el ex bético Luiz Henrique por un hecho similar que investigó la FA (Federación Inglesa), tan pulcra con la legalidad de las apuestas y la implicación de los jugadores. No es fácil demostrar la voluntariedad dolosa en las tarjetas forzadas.
Pero también hay casos en los que las denuncias por líos con apuestas se llevaron por delante a futbolistas. Y ahí está el caso de Sandro Tonali, jugador del Newcastle que estuvo diez meses sancionado por la FA y por la Federación Italiana tras verse implicado en casos en los que apostaba él mismo. Reconoció su ludopatía, se sometió a terapia y volvió a jugar.
Próxima parada, Montilivi
El escaso montante de la presunta estafa en el caso de Kike Salas le quita hierro al asunto. Pero el jugador puede ser acusado de estafa, que tiene penas de cárcel desde seis meses y varía según el montante de la misma y la relación entre el infractor y la víctima, entre otros factores. De momento, está disponible para García Pimienta y este miércoles se entrenará con normalidad. Habrá que ver si su entrenador lo apoya de veras y lo ve en condiciones de jugar el sábado en Montilivi. De no hacerlo quedará ya estigmatizado por su, por ahora, presunta fechoría.
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