Sueños esféricos
Juan Antonio Solís
En nuestras miserias manda Javier Tebas
Nombres propios
Sensación más agria que dulce para todos los sevillistas después de empatar en casa contra un Alavés que llegaba en los puestos de descenso. El estreno de Caparrós en el banquillo en su cuarta etapa al frente del equipo sevillista no sirvió para un triunfo, como había sucedido en los tres anteriores, y se quedó en un empate que puede tener su valor respecto al rival, pero que dejó la impresión de que el Sevilla puede sufrir muchísimo en esta recta final.
El pase de Sow es perfecto llegando a la línea de gol y el balón le llegó con todas las ventajas, incluso con Sivera clavado en la línea de gol sin poder salir a taparle el tiro. Pero es increíble que el belga fallara una oportunidad así, con toda la portería para él y con la pelota en su pierna izquierda. Le pegó al bulto en lugar de colocar cuando era muy fácil...
Caparrós, como se venía anunciando durante la semana, recurrió a él en la segunda mitad. Éste le respondió con pausa, con combinaciones por el sector derecho, pero le faltó la guinda final para haberse convertido en el protagonista de la tarde. Hizo todo para su especialidad, pero remató alto cuando parecía gol.
Tenía una papeleta complicada en el Ramón Sánchez-Pizjuán, pues llegaba un delantero de los que incomodan mucho, como Kike García. Sin embargo, sin ser brillante, sí tuvo un buen desempeño en lo referente a la concentración y a la anticipación. Pero es mucho mejor por el perfil derecho, donde saca más el balón con criterio.
Le falta ir mejorando en la toma de decisiones y, sobre todo, hacer dos o tres acciones buenas consecutivas sin venirse arriba, pero lo que es una evidencia a estas alturas es que el único futbolista de la plantilla con físico para romper en velocidad y llegar arriba. Nunca ha sido lateral puro y claro que le falta centrar mejor...
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