García Pimienta reincide en la nula reacción con los cambios

El error tan obvio de Agoumé, que condicionó la derrota en Butarque, no puede ocultar que el Sevilla iba camino de un empate raquítico ante un Leganés muy limitado. La sensación es que el equipo de García Pimienta dejaba pasar los minutos intentando madurar el partido sin terminar de hincarle el diente. Cierto es que en estos momentos la plantilla está muy mermada por las lesiones. Y que el parón debe servir para recuperar a futbolistas de peso como Nyland, Badé, Nianzou, Saúl y también Suso. Pero eso no exime al entrenador de intentar buscar soluciones.

Un defecto que se ha repetido, y no sólo en las dos últimas derrotas, en García Pimienta es su falta de reacción durante los partidos. Quizá por la merma de efectivos. En el banquillo había poco que rascar, pero lo cierto es que tiró de Juanlu y Peque en Butarque justo después del 1-0 que marcó Miguel de la Fuente de penalti. Y esto fue ya en el minuto 82. Antes, pese a la espesura de su equipo, apenas había realizado un cambio y ya en el ¡minuto 73! Salió Jesús Navas por el inoperante Iheanacho, justo después de dos acciones ofensivas de éste.

Contra la Real Sociedad, entró Jesús Navas por Idumbo cuando éste se lesionó en el minuto 25. Con 0-1 ya en el marcador, el sevillismo esperaba que diera un golpe de timón en el descanso y realizara algunos cambios para hacer girar el guión del partido. Pero, tampoco. Como en Butarque, esperó al puntillazo para hacer los cambios. En Leganés sacó en el minuto 88 a Peque y Juanlu -debido a una sobrecarga de Carmona- en un intento tardío y desesperado. Quizá porque estaba contento con lo que estaba viendo hasta esa clamorosa pifia de Agoumé. “Hemos estado bien y a medida que ha avanzado el partido hemos estado mejor, pero ese error tan grave que hemos cometido en nuestro mejor momento ha sido una pena”, dijo tras el partido. ¿El mejor momento?

La lectura tras los partidos de García Pimienta también empiezan a ponerse en el foco. El sevillismo busca culpables de la desazonadora situación del equipo, tras dos derrotas que vuelven a levantar todas las dudas en el proyecto. Tras el parón tendrá más potencial humano en forma de futbolistas el técnico barcelonés, que aún tendrá que seguir esperando a Ejuke.

Por el camino, se van sucediendo yerros que invitan al técnico a señalar a los culpables. Ora Marcao, ora Agoumé... “Dos errores muy graves en dos jornadas que nos han costado dos penaltis, incluso este con una tarjeta roja”. La solución no puede ser ir poniéndoles equis a los jugadores que cometen yerros groseros. Hay que meter el bisturí a fondo. Y también hacer autocrítica con esa falta de reacción con los cambios.