La extraña renovación, película de estreno en San Mamés

García Pimienta recibe más presión en su compromiso de devolver la confianza de Del Nido Carrasco, ampliada hasta 2027: "Estoy convencido de que las cosas van a salir bien"

García Pimienta: "Isaac no llega al Athletic, esperamos que esté la próxima semana"

García Pimienta y Del Nido Carrasco, muy sonrientes antes de hacerse la foto oficial con la plantilla.
García Pimienta y Del Nido Carrasco, muy sonrientes antes de hacerse la foto oficial con la plantilla. / Juan Carlos Vázquez

Ni la situación anímica y física del equipo tras el sufrido triunfo sobre el Valladolid. Ni la importantísima lesión de Saúl. Ni el sacrificio continuo de Jesús Navas en pos de ayudar a un equipo tan necesitado. Ni la visita a uno de los templos del fútbol español. Ni la diferencia de potencial que ahora mismo tienen Sevilla y Athletic Club. El asunto estrella de la comparecencia de Xavi García Pimienta previa al siguiente partido de Liga fue la renovación de su contrato.

¿Habría cabido esa imagen del anuncio por José María del Nido Carrasco en el vestuario, difundida ad hoc por el club, si Ejuke no hubiese marcado su primer gol como sevillista? Quién sabe. Lo cierto es que, pese a que todos esos asuntos susodichos salieron a la palestra, lo de la renovación fue lo más recurrente.

Una y otra vez los periodistas volvía a un asunto, en una reiteración de preguntas que por un momento llegó a incomodar al técnico, quien prefería centrarse en un partido complicadísimo y orillar su protagonismo... Pero el revuelo formado con la noticia, contraproducente para la imagen de Del Nido Carrasco, ya muy erosionada, debía tener un reflejo en la voz del protagonista principal del hecho.

García Pimienta estrenará su condición de entrenador del Sevilla hasta 2027, tras una ampliación por un año más “ya firmada” según desveló, en un lugar de auténtica alcurnia: San Mamés. Bilbao para lo bueno y para lo malo, porque en el actual contexto a ver qué valiente pone un 2 en la Quiniela en vista del potencial del equipo de Ernesto Valverde y lo mermado que está este Sevilla que ya partía con una plantilla en entredicho.

A todo el asunto, el técnico barcelonés quiso darle carta de naturalidad, como si no fuera extraño que le fuera ofrecida la ampliación antes del partido con el Getafe, es decir, sin ningún triunfo aún después de dos empates a domicilio y dos derrotas en casa en sus primeros cuatro partidos como técnico del Sevilla. “A mí el club me hizo una propuesta, estuvimos muy contentas las dos partes y muy contento de poder seguir vinculado al club hasta 2027”, dijo escuetamente en primer lugar.

La renovación es un gesto que pretende acorazar de confianza al entrenador ante los ojos de su plantilla -como si el común de los futbolistas estuviese pendientes de esas cuestiones políticas- y que, de momento, lo que ha creado ha sido otra arma arrojadiza contra Del Nido Carrasco entre una afición que no sabía si el vídeo del anuncio era real o era otro meme de esos que circulan por las redes sociales. 

Esa ha sido la primera consecuencia, sin que se conozca aún el efecto que tendrá en la plantilla. La segunda consecuencia es que si con su gesto Del Nido Carrasco debe ampliar sus espaldas para aguantar una presión ya casi insoportable, indirectamente también le traspasa presión al entrenador, que ahora se ve obligado a responder a esa confianza ampliada. “El club muestra una confianza hacia el trabajo que estamos haciendo en estos meses. Y yo estoy muy contento con ello y con la confianza mostrada. Y con ganas de demostrar que soy un entrenador preparado para estar aquí, y convencido de que las cosas van a salir bien”, dijo ante la prensa.

El estreno de la renovación será en San Mamés, nada menos, donde el Athletic se aparece ante este Sevilla como un ogro: “Ha ido creciendo temporada tras temporada. Es un histórico del fútbol español y en su campo aprietan mucho más”. Y tanto, por ello, ahora los futbolistas también están obligados a creer en este entrenador renovado. “Tenemos que estar perfectos, al cien por cien. Los errores nos están penalizando. Tenemos que estar muy concentrados los 95 minutos o más y tenemos como mínimo igualar esa intensidad que van a mostrar. Y tener mucha personalidad”. Y tanta. El primero que la va a necesitar es el propio entrenador. La presión es, desde ahora, mucho mayor.

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