El futuro de Navas, Ramos y Quique Sánchez Flores: la importancia de apostar

El Sevilla se ha sacado un máster en sufrir. Las últimas dos temporadas del club nervionense, en LaLiga EA Sports, han estado lejos de lo que se presupuestaba antes de las mismas en la entidad hispalense, y eso ha pasado factura en numerosos aspectos de la plantilla. El más visible, sin duda, en el banquillo. Quique Sánchez Flores ha sido el sexto entrenador en menos de dos años.

Ahora, de cara a la próxima campaña, todo está en el aire. En el Sevilla, las cartas están sobre la mesa. Saben lo que quieren hacer, pero les falta encontrar -o decidirse, más bien- los nombres que liderarán el proyecto. En este debate aparecen tres nombres, con tres situaciones distintas, pero con una arista en común: la necesidad de apostar por ellos. Sergio Ramos, Quique Sánchez Flores y Jesús Navas, las tres piezas claves de la permanencia en la máxima categoría del fútbol español.

Sergio Ramos, cuestión de fe

El camero regresó a la que siempre fue su casa el pasado mes de septiembre. Después de un inicio titubeante, tanto en lo deportivo como en lo extradeportivo, Sergio Ramos logró aunar opiniones y se ha acabado erigiendo como lo que es: un líder. El central sevillista tiene mucha culpa de que su equipo haya sellado la permanencia a falta de cuatro jornadas de LaLiga EA Sports.

Salió en los peores momentos, fue la mano dura, siempre, con sus compañeros y mantuvo la competitividad cuando más complicado era. Es el líder de este Sevilla Fútbol Club, pero su contrato caduca en apenas cincuenta días. De aquí hasta esa fecha, e incluso más allá, todo serán especulaciones sobre su futuro, pero él necesita dos únicas cosas: garantías y confianza.

Ramos sabe que la temporada no ha ido bien, hay cosas, muchas, que mejorar en la entidad, es consciente. También se ha hablado del apartado económico. En su cabeza está quedarse en el Sevilla... pero necesita una apuesta. Seguramente más en lo deportivo que en lo numérico. El camero tomará la decisión que más feliz, o menos triste, le haga. Al club nervionense le queda confiar, de verdad, en él. La pelota está en su tejado.

Quique Sánchez Flores necesita continuidad

El técnico madrileño cerró ante el Granada un círculo perfecto. Quique Sánchez Flores debutó en el banquillo del Sevilla en diciembre, frente al conjunto nazarí, y venció 0-3. En la noche del domingo, certificó la permanencia de un equipo que olía a desastre hace apenas cinco meses, contra el mismo rival.

La opinión popular está con Quique Sánchez Flores. El técnico madrileño, a base de efectividad, se ha ganado a la afición sevillista por completo. Quieren que continúe.

Quique, siempre inteligente, mandó un mensaje en la rueda de prensa previa al choque ante el Granada. Él necesita ver que la directiva y Víctor Orta confían en él. Necesita una apuesta honesta y clara. Sin tapujos. Tampoco se refiere a lo económico. También está la pelota en el tejado del club.

Jesús Navas, la ilusión

El palaciego ha sufrido mucho esta temporada. Seguramente sea el jugador que más parecido siente el escudo del Sevilla a todo aquel que se sienta cada domingo en el Ramón Sánchez-Pizjuán. Lo que pasa en el campo se lo lleva a casa. Ya le pasó la pasada campaña.

Ese temor, ese sufrimiento, a Jesús Navas se le sana rápido sólo con pensar en la posibilidad de seguir defendiendo, un año más, la camiseta del equipo de su vida. El Sevilla aún no le ha llamado, aunque se presupone que lo hará en las próximas semanas. Ya con la permanencia amarrada matemáticamente, José María del Nido Carrasco y Víctor Orta comenzarán con el turno de reuniones -se esperan muchos movimientos-.

El caso del palaciego, si cabe, es más distinto a los de Sergio Ramos y Quique Sánchez Flores, pero también comparte un nexo: la necesidad de sentir que apuestan por él. Si el Sevilla dice "ven", Jesús Navas irá -dentro de unos parámetros, claro está-. Con la Eurocopa, su próxima ilusión, en mente, el capitán nervionense mantiene intacto su deseo por continuar. La pelota, también, está en el tejado del club hispalense.