La frase de Víctor Orta y la sorprendente continuidad de Diego Alonso en el Sevilla
Sevilla FC
La confianza de los jugadores, expresada en público y en privado, en el uruguayo y la falsa imagen de buen fútbol del equipo, con mucho toque y nulo remate, lo mantienen por ahora en el banquillo
El Sevilla de Diego Alonso: un buen plan sin pólvora... no es plan
El Sevilla, el peor cabeza de serie y el único que se queda fuera de Europa
La pregunta fue clarita y la respuesta también. Horas antes del partido en Lens, donde el Sevilla se quedó fuera de Europa antes de Navidad por primera vez en una década, Víctor Orta fue cuestionado sobre si temía que los resultados obligaran a la destitución de Diego Alonso. Pero el charrúa continúa al frente del equipo, sustentado por varios factores.
El primero es la confianza de los jugadores en su discurso y en su ideario futbolístico, que ha tenido hasta ahora el grosero resultado de seis derrotas y cinco empates en las competiciones de verdad. Contar las victorias ante un equipo de Regional Preferente, por 0-3, y otro de Tercera RFEF, por 0-2, resultaría grotesco.
Los resultados contra los discursos
Cuatro derrotas en sus cuatro partidos de Champions, tres de ellas en los minutos de prolongación, lo que lo ha convertido en el peor cabeza de serie y el único fuera de Europa tras esta fase de grupos. Y otras dos en la Liga, en San Sebastián y en Mallorca, conforman el currículum de Diego Alonso, por lo que es inexplicable su continuidad.
Más aún teniendo en cuenta la pregunta y la respuesta durante la comparecencia del director deportivo ante los medios desplazados a Lens, antes del partido. ¿Teme que los resultados, no el director deportivo, se carguen al entrenador? "Pues desgraciadamente, sí. Lo temo porque es lo que pasa en el fútbol. No voy a inventar yo algo que lleva en la Biblia del fútbol tanto tiempo. A veces pasa. Quien se carga a los entrenadores y también a los directores deportivos a medio plazo son los resultados, y cuando llevas tanto tiempo en esta profesión, no puedes querer sólo lo bonito", dijo Orta.
José Castro también fue preguntado en la previa si podía garantizar la continuidad de Diego Alonso ocurriera lo que ocurriera en Lens... "Yo no voy a hablar de hipótesis, ocurra lo que ocurra... Diego Alonso es nuestro entrenador y tenemos que ayudarle y apoyarlo. Creo que el equipo ha mejorado en juego, que no en resultados". No fue determinante su respuesta.
El respaldo de los jugadores
Pero el comité de dirección del club, respaldando la opinión del director deportivo y de los jugadores, que se han expresado tanto de forma pública como privada a favor de su continuidad, ha decidido dar otro margen a Diego Alonso.
Lo más llamativo, quizá, es que sea por la presunta imagen digna del equipo en los últimos partidos. En Mallorca sí tuvo trabajo el portero Rajkovic y la injusticia del VAR -obviar el penalti a En-Nesyry y rebuscar el resquicio para anular el gol de Pedrosa- reforzó esa postura de condescendencia con el técnico. ¿Pero en Lens? Otra vez un equipo muy académico sin colmillo.
Un presunto buen juego, sin pegada alguna
Apenas realizó un par de remates a portería un Sevilla que tocó, que mandó, que combinó, que pisó muchas veces el balón como si estuvieran jugando al fútbol de salón cuando se estaban jugando la supervivencia europea y económica de un proyecto ya fallido. Hubo un disparo con paradón de Samba obra de Rakitic entre un sinfín de faltas y córneres desperdiciados en la primera parte. Y ya en la segunda, un remate al larguero de Pedrosa, además de un postrero disparo alto de Sergio Ramos y una ocasión en la que En-Nesyri le entregó la pelota a Samba con un rematito cuando Rakitic iba a empalar a portería.
Y el resultado fue el que fue. Dos pérdidas en la salida, dos goles en contra, el primero por otro penalti cuya injusta rigurosidad también refuerza la idea de que el infortunio se está cebando con el pretendido buen fútbol que predica Diego Alonso, un hombre que se ha empeñado en construir el equipo de delante hacia atrás, con lo que deja muy expuesto el sistema defensivo, y que, también es cierto, tenía 14 bajas en Lens, lo que lo obligó a cambiar a un sistema de tres centrales y carrileros más propicio para la plantilla que tiene, apenas sin extremos y con un solo delantero válido, ya que Rafa Mir vive su particular ostracismo en el Sevilla.
El factor intrínseco de Víctor Orta
Otro factor es que el comité de dirección no quiere tomar la decisión, histórica e inédita en Nervión, de haber destituido a dos técnicos antes de Navidad -cada vez parece más inoportuna la de Mendilibar, aun con varios jugadores a favor de ella-, cuando la temporada pasada ya hubo dos destituciones.
Porque, además, destituir a Diego Alonso menoscabará en grado sumo la confianza en Víctor Orta, puesto que el uruguayo es su primer gran apuesta desde que relevó a Monchi. Sería casi como una doble destitución, porque significaría quitarle determinación al proyecto del nuevo director deportivo.
Getafe, Granada y Atlético de Madrid en menos de una semana, de sábado a viernes, con dos partidos a domicilio, marcarán el sino de Diego Alonso antes del parón navideño, antes de que 2023 dé paso a 2024. En enero sí podría haber ya nuevo entrenador.
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