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El esquema que orilla a los extremos

Sevilla FC

El 5-3-2 de Quique relega casi al olvido a jugadores como Lamela, Lukébakio o incluso Suso y Pedrosa

Jugar con dos delanteros requiere un equilibrio defensivo y Ocampos fue el único que se adaptó

Así es el nuevo edificio del primer equipo del Sevilla

Dodi Lukébakio ha pasado a ser el tercer delantero tras Isaac y En-Nesyri. / AFP7

El único que se ha adaptado –y bastante bien– es Ocampos. El esquema con el que Quique Sánchez Flores ha logrado crear un equipo con la plantilla que había lógicamente potencia ciertos aspectos a costa de otros. El propio entrenador lo explicaba a la perfección en su rueda de prensa previa al partido ante el Mallorca.

El madrileño necesitó un tiempo para conocer la plantilla y hacer el diagnóstico. El Sevilla con Diego Alonso estaba roto por el medio. Se partía en transiciones y sufría claramente con defensas lentos en espacios abiertos. Tras algunos intentos con el 4-2-3-1, la irrupción de Isaac fue providencial para decidirse por el modelo de los dos delanteros, lo que requería claramente reforzar el sistema defensivo, primero con un esquema híbrido en el que Ocampos hacía de extremo en ataque y se metía como lateral izquierdo en una defensa de cinco cuando el balón estaba en poder del rival.

Por delante, tres centrocampistas con piernas que pudieran defender por dentro, uno de ellos con más creatividad, Óliver Torres, no por ello sin realizar un importante desgaste en defensa, aunque a su ritmo.

¿Qué ocurrió con los extremos? Pues sencillamente que no tienen cabida si no se ponen las pilas para defender, o por dentro o por fuera. Ocampos lo hizo, el resto no, ni Pedrosa siquiera. Coincidió además con lesiones, como la de Lamela, pero está claro que en este planteamiento difícilmente puede entrar el argentino. A Lukébakio le pasó igual. El belga, al menos, entró en los últimos partidos en las rotaciones de los delanteros, con acierto ante el gol además. Hay que recordar el enfado de En-Nesyri con Quique por su cambio ante el Celta. Y el efecto dominó de esta decisión fue que ni Rafa Mir ni Alejo Véliz, dos arietes además más estáticos que móviles, aparecieran más.

Se puede decir lo mismo de Januzaj, un extremo que si no tenía sitio en el esquema de cuatro defensas ahora lo tiene realmente imposible. Y Suso, por su calidad y visión de juego tiene la capacidad de adaptarse a jugar por dentro en partidos en los que haga falta fútbol, como el del lunes, pero si hay que equilibrar en defensa –porque para jugar con dos delanteros hay que contrarrestar–, no.

¿Hannibal? Pues algo igual. Aparte de que tiró la camiseta en la opción que tuvo de reivindicarse.

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