El club espera aún poder reconducir el asunto de los Biris

Sevilla/En el Sevilla hay preocupación con la situación creada a raíz de la prohibición de la promoción o el apoyo del grupo Biris Norte, calificado como grupo violento por la Comisión Estatal contra la Violencia. La Oficina Nacional de Deportes (OND), dependiente de la de la Dirección General de la Policía, es la encargada de velar por el cumplimiento del mandato de Antiviolencia, al que el Sevilla dio el domingo carta de oficialidad al prohibir la entrada de la pancarta de Biris, cuyos miembros levantaron acta notarial del hecho.

En el club aún mantienen esperanzas en que se pueda reconducir la situación, pues entienden por un lado injusto que paguen justos por pecadores, dado que Antiviolencia tomó esta decisión tras la agresión con resultado de herido por arma blanca el pasado 21 de noviembre por 14 hinchas, de los que 11 eran afines a Biris y socios de Gol Norte hasta que el club les retiró los carnés, y acusa de violento a todo un grupo de unos 2.000 aficionados. Y por otro lado ve perjudicial que la ausencia de animación desde Gol Norte cree una frialdad que no ayude al equipo a luchar por las más altas metas en una temporada de elevadas expectativas.

Para intentar reconducir la situación, el club está dialogando con responsables de Biris Norte para hacerles ver que es imprescindible que condenen la violencia y se desmarquen de actos como la agresión brutal de El Papelón, aunque fuera entre ultras. Si no hay condena, es inviable que la OND levante la calificación de grupo violento a los Biris, y por ende, que levante el veto a la pancarta de marras. El club, mientras exista esa prohibición, no puede dar vía libre a la exhibición de iconografía biri de grandes dimensiones (sí permite la exhibición de prendas y logos pequeños), porque se expone a una sanción muy dura, incluso de cierre.

Entretanto, en Biris Norte también hay cierta división entre los que quieren condenar la violencia y los que se sienten traicionados por el club y ven trato discriminatorio, al no sentirse responsables de las agresiones. Aunque hubiese acercamientos, sólo con tiempo, con el cese de los insultos y la condena de la violencia se podría reconducir la situación.